¿Cómo afronta la industria navarra la cuarta revolución industrial?

-La industria se adaptará mejor que otros sectores. El proceso de digitalización pasa por saber con claridad qué se quiere hacer y formar a las personas para que tengan las capacidades para trabajar en el nuevo entorno.

¿Qué ocurrirá con los empleos que destruya esta revolución industrial?

-Hay un estudio de una asociación digital de la CEOE que indica que en las tres revoluciones anteriores siempre hubo temor a generar desempleo y nunca fue así. El informe decía que la cuarta revolución creará tres puestos por cada empleo destruido, aunque me cuesta creerlo. Esta nueva era suprimirá empleos, pero va a suscitar otras oportunidades.

¿Le preocupa que las multinacionales no asignen vehículos eléctricos a la industria en España?

-Me inquieta todo lo relativo a la automoción en Navarra, porque su industria tiene un peso importante en las exportaciones y en la economía foral. Me alarma la tendencia del coche compartido en el futuro porque contribuirá, junto al vehículo eléctrico, a que no haya tantos. Me parece más importante desarrollar la tecnología de esos vehículos que su montaje, porque ahí está la razón del negocio.

El acuerdo intersectorial entre la CEN, UGT y CCOO de 2018 apuesta por “un empleo de calidad, estable y correctamente retribuido”, ¿dónde detecta esa inestabilidad en Navarra y cómo se puede atajar?

-En los servicios, al aglutinar actividades con baja productividad, y en construcción. No así la industria navarra, que es la que más peso tiene sobre su PIB entre las comunidades, una gran ventaja, que favorece un empleo más estable y con salarios más altos, además de tratarse de una actividad tractora. España y Navarra deben elevar su productividad para lograr una mayor proporción de trabajo estable, porque favorece una población más feliz, evita que el empresario se descapitalice con la pérdida de puestos de trabajo en momentos de crisis, gana en prevención de riesgos laborales, da la oportunidad de formar de manera adecuada a la plantilla y se hace acopio de talento.

El acuerdo intersectorial también señala que “el empleo de calidad debe ser correctamente retribuido”, ¿qué significa esta definición?

-Nos referimos a los salarios pactados en convenios. Creo que en Navarra se acuerdan buenos convenios, con incrementos salariales adecuados.

¿Considera excesiva la subida del Salario Mínimo Interprofesional, que ha pasado de 735,9 a 900 euros?

-No voy a calificar el aumento, pero creo que es un salto muy fuerte, y no se ha discutido con los agentes sociales, por lo menos, con la CEOE. Ha sido una medida atropellada y va a generar cierto desempleo.

¿Cree que con 900 euros al mes se puede vivir?

-No critico la cuantía, sino el salto tan grande que se ha dado. España puede sufrir el efecto cobra. Cuando los ingleses llegaron a la India, se toparon con las cobras, una especie muy peligrosa. La administración inglesa ofreció dinero a quienes entregaban reptiles muertos para reducir su población. Pero los ingleses obtuvieron el efecto contrario: subió el número de cobras, porque hubo familias que criaron para matarlas y obtener una recompensa. Lo mismo puede provocar el Gobierno central con el incremento del SMI, en vez de disminuir el paro, aumentarlo.

¿No es contradictorio que critique la subida del SMI cuando la CEN ha recomendado no firmar convenios con salarios mínimos brutos por debajo de 14.000 euros?

-No, porque un convenio es un acuerdo entre patronal y sindicatos. En cambio, una ley incumbe a todos.

Incidiendo en la calidad del empleo, ¿a qué achaca el incremento de los contratos de siete o menos días?

-No tengo una idea muy clara, porque en Navarra no hay tantos contratos de este tipo.

En 2008 suponían el 22% del total de contratos en Navarra y en 2018, el 38,5%, ¿no cree que es un crecimiento importante?

-Sí, pero no puedo decir el motivo.

¿Considera que se han multiplicado por la reforma laboral?

-No.

¿Aprueba la penalización de los contratos de menos de cinco días?

-En algunos casos, el contrato de menos de siete días tiene sentido; pero hay que trabajar para que los contratos sean más largos y para combatir el fraude.

Entonces, ¿no está de acuerdo con este tipo de contratos?

-Son necesarios en determinadas condiciones, pero no hay que abusar.

¿Cree que la crisis y la reforma laboral han precarizado determinados empleos?

-No creo que los hayan precarizado más de lo que estaban. La crisis ha traído mucho sufrimiento y dolor.

¿La reforma laboral se derogará?

-No.

¿Qué cambiaría de la reforma?

-Debemos hablar de productividad a fondo y de formación de los trabajadores, un tema muy verde, para mejorar su empleabilidad y favorecer el acopio de talento. Hay que abordar la conciliación y la flexibilidad interna para que los trabajadores sean más polivalentes, para que así los mismos empleados cambien sus funciones según los requerimientos de cada momento. Tenemos que mejorar en comunicación y transparencia, en diálogo social y en negociación de convenios.

El consejero de Derechos Sociales, Miguel Laparra, ha dicho que en otras comunidades los pactos de políticas activas de empleo son planes de empleo, ¿está de acuerdo?

-No, porque un plan de empleo contempla conciliación, prevención de riesgos laborales, formación, es decir, muchos más temas que no se enmarcan en las políticas activas de empleo. No hemos firmado con el Gobierno un plan de empleo, porque la mayoría parlamentaria rechaza el Consejo del Diálogo Social, que es el órgano del que debe surgir el plan de empleo.

¿Es partidario de recuperar los convenios nominativos del Gobierno con UGT, CCOO y la CEN en materia de empleo?

-Estos convenios se eliminaron porque ELA y LAB no quieren que se establezcan convenios con UGT y CCOO, y consecuentemente con la CEN, porque están en una campaña electoral permanente, y lo único que quieren es quitar delegados para ser los sindicatos más representativos. ELA y LAB lanzaron mensajes de que UGT, CCOO y CEN se financiaban, poco menos que casi de manera fraudulenta con estos convenios, no se decía tal cual pero se dejaba caer. El cuatripartito dijo que había que suprimir los convenios y el Gobierno los eliminó.

¿Le gustaría retomarlos?

-Hay que diferenciar entre concurrencia competitiva y convenio. La primera opción consiste en que una entidad pública oferta el desarrollo de una actividad y varios agentes optan a ser elegidos para su realización. Pero hay aspectos que solamente pueden hacerlos entidades concretas. Por ejemplo, nosotros estamos desarrollando programas en concurrencia competitiva que no tienen sentido, porque solo los podemos impartir nosotros, la CEN.

¿Es favorable de volver a hacer convenios con la Administración?

-Cuando se puede hacer un convenio, debe utilizarse esta fórmula, porque para controlar su buen funcionamiento están los técnicos e intervención. Nadie se financia con ellos.

Aboga por aumentar el tamaño de las empresas, ¿las compañías navarras están preparadas para afrontar fusiones y cooperar?

-No veo mal a las empresas navarras en este tema, y tenemos ejemplos magníficos, como el sector de artes gráficas. Creo que la colaboración es fundamental para producir el acopio de talento en el futuro, y también la cooperación con la Administración.

Ha sido muy crítico con la reforma fiscal de este Gobierno, pero la presión fiscal en Navarra sigue siendo una de las más bajas de Europa, ¿cómo explica esto?

-En España, en conjunto, las empresas pagan mucho más que el resto de las europeas, porque no solo hablamos de Sociedades sino también de cotizaciones que salen de la misma caja; es verdad, que el IVA y otros impuestos, en conjunto, están más bajos que en otros países europeos, pero lo que pagan las empresas no. La CEOE tiene un estudio en el que muestra que si sumamos Sociedades con cotizaciones, superamos a Europa. Navarra no ha aprovechado bien sus peculiaridades fiscales para hacerse atractiva.

Afirma que han huido patrimonios de Navarra, ¿en qué se basa?

-Me baso en informes de Hacienda Foral. Hay que corregir, sobre todo, el relacionado con empresas familiares.

¿Qué política fiscal demanda?

-No soy un experto en esto, pero hay que hacer más atractiva la llegada de empresas.

En materia de fraude fiscal, ¿cómo califica al empresario navarro?

-Quiero pensar que el empresario navarro es más cumplidor, si tenemos en cuenta las características de nuestra sociedad en la Comunidad.

Pero su respuesta es una opinión no una afirmación.

-Gran parte de los negocios en Navarra son industriales, y es más complicado el fraude. El sector servicios es más propenso a ello.

CEAT, la organización de autónomos de la CEN, solicitó al Gobierno foral más control sobre la renta garantizada, ¿cree necesaria esta ayuda?

-Sí y debe existir, pero siempre he defendido que los receptores deben trabajar en algo, porque sino se puede producir también el efecto cobra. Hay que establecer controles adecuados.

Por primera vez van a presentar en Navarra el programa Promociona, de la CEOE, destinado a mujeres.

-Ha habido directivas navarras que ya han participado en Madrid en las anteriores ediciones, pero es la primera vez que lo vamos a mostrar en la Comunidad. En marzo, la CEN va a exponer el programa a las empresas que quieran promocionar mujeres.

¿Que haya cuatro mujeres de 20 integrantes en el comité ejecutivo de la CEN muestra la realidad de la mujer en la alta dirección?

-Hay menos mujeres en la industria que en otros sectores. Esta actividad es más compleja, con formaciones más específicas en las que se forman menos mujeres. Promociona contribuye a disminuir la brecha salarial y a escalar puestos en las empresas.

Ha indicado que “una de las características de los nuevos tiempos va a ser la necesidad de aunar esfuerzos entre diferentes para desarrollar planes más complicados y ambiciosos en los que ganen todos”, ¿quiénes son esos diferentes?

-En general, la política necesita buenos gestores. La sociedad está harta y quiere que se aborden los problemas serios, y eso es complicado. Hay que sentarse, tener multitud de puntos de vista y resolver el tema de las pensiones, de la reforma laboral, de la inmigración, de la educación...

¿Se refiere a un gran pacto de Estado entre diferentes?

-España es un país avanzado y democrático gracias al gran pacto de Estado del 78 en el que todas las partes cedieron. Debemos seguir esa línea. Dejemos de hablar de progresistas, de conservadores, de derechas o de izquierdas? Eso está pasado de moda. Vamos a ser eficaces escuchando al otro, no imponiendo lo de uno mismo. Si en Navarra somos capaces de hacer eso, nos lanzaremos a una velocidad impresionante.

¿Cómo define la relación de la patronal con el Gobierno de Uxue Barkos?

-De buenas formas, con encuentros y desencuentros. Por nuestra parte, ha sido una relación de lealtad en el acuerdo y en la discrepancia.

¿Teme que en las próximas elecciones autonómicas la fragmentación del voto propicia combinaciones ingobernables?

-Pudiera ser.

¿Qué Gobierno le gustaría para la Comunidad a partir de mayo?

-Uno que se acerque a la ciudadanía, que defienda la economía de libre mercado, la libertad de empresa y la mejora de la productividad.

¿Los partidos políticos en Navarra tienen buenos gestores?

-Buenos y malos gestores hay en todos los partidos.

Esquiva la pregunta.

-Sí.

Ha defendido la buena gestión de Caja Navarra; sin embargo, ¿cómo pudo desaparecer Can y se mantuvieron cajas de otras comunidades limítrofes, como Ibercaja o BBK?

-Siempre vi un interés por hacer todo lo mejor posible para no dañar a los impositores, ni a los empleados, ni a los accionistas, ni a los preferentistas ni a los de deuda subordinada? y eso se logró, y se protegió al máximo la Fundación Caja Navarra, una de las mejores de España. Unicaja, Ibercaja o BBK no se han mantenido como antes, porque se han transformado en bancos. Hay un aspecto importante como la dimensión, motivo por el que no se puede comparar Unicaja o Ibercaja con Can, ya que esta última era muy pequeña.

¿CaixaBank fue la mejor solución?

-Los consejeros generales y los consejos de administración de Caja Navarra tenían ilusión por salir de la tormenta. Banca Cívica fue la primera que surgió para combatir en ese escenario, pero los decretos de Luis de Guindos fueron imposibles de cumplir y, finalmente, nos situamos en el mejor puerto.

¿Se barajó la opción de cajas vascas?

-Hablamos con ellas, pero estaban muy atrasadas. Si Caja Navarra se hubiera incorporado a la Kutxa, no habríamos tenido esta comisión.