pamplona - La marca Volkswagen cerró 2018 con un beneficio operativo antes de efectos extraordinarios de 3.239 millones, un 1,9% menos, según los datos presentados ayer por la compañía en Wolfsburg. Los resultados del año pasado de la factoría de Landaben se conocerán a finales de marzo, un ejercicio marcado por los días de cierre ante la falta de motores y los preparativos para lanzar el T-Cross.

El beneficio operativo de la marca VW no incluye un cargo extraordinario de 1.900 millones derivado del caso del software que alteraba las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) de algunos vehículos diésel, que en 2016 y 2017 fue de 5.200 y 2.800 millones, respectivamente.

El director de Operaciones de la marca, Ralf Brandstätter, destacó que la entrada en vigor del WLTP también tuvo un “significativo” impacto en el tercer trimestre. Cerró 2018 con un volumen de negocio de 84.585 millones, un 6,8% más. Además, prevé que sus ingresos aumenten un 5% en 2019.

El fabricante concluyó el ejercicio con una cifra mundial de ventas de 6,2 millones de vehículos, un 0,2% más que en el curso anterior, con fuertes crecimientos en Italia (11,8%), Rusia (18,5%) y Brasil (28,6%). Los modelos Polo, T-Roc y Tiguan fueron los más demandados. El retorno operativo sobre ventas se situó en el 3,8% al término de 2018, lo que se traduce en 0,4 puntos porcentuales menos que en el año previo. El responsable de Ventas y Marketing, Jürgen Stackmann, indicó que VW espera un margen operativo entre el 4% y 5% en 2019. Anunció que amplía de 11.000 a 19.000 millones su inversión hasta 2023 en electromovilidad, conducción autónoma, nuevos servicios de movilidad y digitalización. Además, el presidente del grupo VW, Herbert Diess, dijo que la electrificación llegará “en algún momento a España”, que tiene plantas en Pamplona y Martorell, ya que la cuota de eléctricos en la flota total del grupo tendrá que alcanzar el 40% en 2030. Sin embargo, por el momento, la marca apuesta por los modelos convencionales en Landaben, que se traduce en estabilidad en el empleo, ya que la electrificación va a provocar la reducción de entre 5.000 y 7.000 puestos de trabajo en Alemania hasta 2023, pero sin despidos forzosos. Diess explicó que la producción de eléctricos ha comenzado primero en las marcas premium Audi y Porsche, después en el segmento A, que es el Golf, los todocaminos y posteriormente en las berlinas. De esta forma dijo que “en algún momento, la producción de eléctricos llegará al segmento del Polo, que es un automóvil más pequeño, pero de gran volumen de ventas”. - Efe