pamplona - El cierre de oficinas bancarias no se detiene. Y en Navarra se intensificará en cuanto termine el verano, momento escogido por Banco Santander para agrupar buena parte de sus oficinas con las del Popular, adquirido a precio de saldo y que en Navarra aporta una red especialmente densa, en parte como herencia del antiguo Vasconia. Será un paso más en un camino emprendido en 2008 y cuyo final todavía no se adivina. En marzo, la banca tenía abiertas en la Comunidad Foral 486 sucursales, 19 menos que en marzo de 2018 y 230 menos que a finales del año 2008, cuando su número tocó techo.

Las 486 oficinas que, según el Banco de España, se mantenían activas en Navarra conforman el número más reducido desde mediados de 1982 y la cifra significa que en Navarra se han cerrado ya 3 de cada diez oficinas abiertas en 2008, cuando se alcanzó la cifra de 716 sucursales. Este no era, en cualquier caso, un registro histórico. El máximo se alcanzó a finales del siglo XX, en los momentos previos a la integración de Caja de Ahorros de Navarra y Caja Municipal de Pamplona. Entonces, Navarra contaba con 755 sucursales. La pérdida del 32% de las sucursales puede parecer muy elevada, queda por debajo de la media española. Cuatro provincias (Barcelona, Castellón, Tarragona y Girona) han perdido más de la mitad de sus oficinas desde 2008. Pero Madrid, Valencia y Zaragoza, por citar tres territorios especialmente poblados, han visto cómo eran clausuradas el 45% de las sucursales existentes antes de la crisis.

No todas las entidades se han comportado igual durante este periodo. De hecho, las cooperativas de crédito, representadas por Caja Rural de Navarra y por Laboral Kutxa no han adelgazado su red durante este tiempo. La primera ha ganado cuota de mercado y ha seguido abriendo sucursales, si bien de modo casi exclusivo en sus áreas de expansión, como Bizkaia y La Rioja. En Navarra tiene 139 oficinas, muy cerca ya de CaixaBank. Laboral Kutxa, que recientemente ha trasladado sus oficinas centrales de Pamplona desde Yamaguchi hasta el Paseo de Sarasate, cerró 30 oficinas en toda su red tras incorporar a Ipar Kutxa.

Casi una tercera parte de las 230 oficinas cerradas en Navarra pertenecían en 2008 a Caja Navarra y CaixaBank, que entonces sumaban más de 220 sucursales. Con la adquisición de Banca Cívica, CaixaBank inició un proceso de reducción en la red que pareció quedar concluido después de un par de años. Pero la entidad catalana, que cuenta con un 35% de la cuota del negocio bancario en Navarra, ha apostado en los dos últimos años por una transformación de su red, con oficinas de mayor tamaño, sin apenas puestos de caja, y enfocadas al asesoramiento personalizado. Tras las salidas de personal pactadas en este verano (123 voluntarios, por encima de las exigencias de la empresa), la red actual de oficinas de CaixaBank se situará en unas 145.

Del resto de grandes entidades, ninguna se ha salvado de los cierres, BBVA, Bankia, Santander, Sabadell e Ibercaja han restringido su presencia física, con una apuesta cada vez más decidida por la banca móvil -incentivan a sus propios trabajadores para que los clientes empleen la app- y por los cajeros. Los horarios de caja son cada vez más reducidos.

Cierres veraniegos temporales. Al adelgazamiento de la red se añade en verano el cierre temporal de algunas oficinas tanto en Pamplona como en pequeñas localidades. Buena parte de ellos se ha concentrado en agosto y, en el caso de Caixabank, ha coincidido con la salida de más de un centenar de trabajadores acogidos a las salidas incentivadas.

43%

reducción en españa. La red se ha recortado desde las 45.579 oficinas a las apenas 25.886 de marzo.