pamplona - La competitividad de Navarra se deterioró de manera grave durante la década comprendida entre 2010 y 2017. Así lo muestra el último informe de la Comisión Europea que analiza diversos indicadores en 268 regiones de la Unión Europea y que sitúa a Navarra como el territorio número 165. Por detrás de solo tres comunidades españolas, pero cada vez más lejos de los territorios punteros del continente. A comienzos de la década se situaba en el puesto 131.

Este índice se actualiza cada tres años y evalúa a cada una de las 268 regiones europeas en términos de innovación, gobernanza, transporte, infraestructura digital, sanidad o capital humano. El objetivo es ayudar a los gobiernos regionales a detectar sus puntos fuertes y débiles a la hora de diseñar futuros programas dentro de la Política de Cohesión del bloque.

En el caso de Navarra el diagnóstico es claro. La Comunidad Foral necesita mejorar sus infraestructuras, su sofisticación empresarial y la eficiencia de su mercado laboral. En estos tres indicadores la Comunidad Foral registraba en este informe un comportamiento por debajo de la media, si bien casi todos los datos pertenecen al periodo 2015-2017, por lo que podrían haberse quedado obsoletos. En este tiempo, el mercado laboral ha mejorado de forma significativa, el aeropuerto de Noáin ha incorporado una conexión regular a Fráncfort y el cuadro macroeconómico ha mejorado también de forma apreciable, sobre todo en lo que se refiere a la salud de la Hacienda.

No ha variado de manera significativa, en cambio, el tamaño de las empresas, que sigue siendo pequeño y supone una de las grandes carencias para un territorio relativamente pequeño como Navarra.

Por el contrario, la Comunidad Foral presenta buenos indicadores en el área de salud -donde mejor aparece- y también sale bien posicionada en educación superior, indicadores en los que mejora su comportamiento, si bien de forma modesta, en línea con las regiones comparables.

La puntuación de Navarra no desciende durante los últimos tres años, si bien otros territorios evolucionan de manera más favorable. En esta clasificación, la Comunidad de Madrid es la primera región española y se sitúa como la número 98 de un total de 268 en el conjunto de la Unión Europea, gracias a su elevada puntuación en ámbitos como la infraestructura, la sanidad o la innovación en comparación con otras zonas con un nivel similar de desarrollo económico. Por contra, se queda atrás en áreas como la estabilidad macroeconómica o la eficiencia de su mercado laboral. Euskadi, que ocupa el puesto 125 de 268, obtiene sus puntuaciones más bajas en los mismos ámbitos que la Comunidad de Madrid, y destaca en el ámbito de la sanidad en comparación con otras regiones similares.

A nivel comunitario, la clasificación está liderada por la región de Estocolmo, seguida de Londres y su zona metropolitana y, en tercer lugar, la región holandesa de Utrecht. Las regiones más competitivas, en todo caso, se encuentran en Alemania, Dinamarca, Países Bajos y Austria, así como en el norte de Bélgica y el sur de los países nórdicos. Son las grandes áreas urbanas las que mejoran en mayor medida la puntuación en este ranking.

Las regiones menos competitivas del bloque comunitario, por contra, se sitúan en el Este (Bulgaria, Rumanía y Polonia), los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) y los países del Mediterráneo (España, Italia y Grecia).