Santurtzi - Para que todo club o colectivo funcione, hay muchas personas que deben dedicar gran parte de su tiempo libre. Es el caso de Romina y Txema Rodríguez, dos de los motores que propulsan al Club Ajedrez Santurtzi en su día a día. Lo suyo es pura pasión y dedicación al mundo del ajedrez, a su fomento entre la ciudadanía. “El club tiene 33 años y yo llegué hace 31. Jugué un torneo en fiestas de Kabiezes y quedé segundo en la clasificación general. Me dijeron que por qué no me animaba a venir al club y hasta hoy”, resume Txema, quien en todo este tiempo ha ejercido de jugador, entrenador... Ha trabajado desde casi todos los puestos imaginables para que el club siga creciendo. Por su parte, la primera toma de contacto de Romina con el mundo del ajedrez fue con 12 años. “Pedí a los Reyes Magos un tablero de ajedrez de madera que aún conservo. Después estuve recibiendo clases durante año y medio”, reconoce. Esto estaba ocurriendo en su Donostia natal y, mientras, a unos 100 kilómetros de distancia, el Club de Ajedrez Santurtzi daba los primeros pasos en su Escuela de Ajedrez y, en ese proyecto estaba, cómo no, Txema. “Había que fomentar el ajedrez entre la ciudadanía, pero, sobre todo, entre los más pequeños para crear una cantera de jugadores”, remarca Txema.
En este tiempo, la Escuela de Ajedrez ha ido creciendo y creciendo y, a día de hoy, dan clases a casi 700 pequeños, unos 65 en el polideportivo Mikel Trueba de Santurtzi y los más de 600 restantes en colegios de Santurtzi y otras localidades como Muskiz, Barakaldo y Sestao.
En esas sesiones con escolares también participa Romina hoy día como monitora. Ella pasó a formar parte del Club Ajedrez Santurtzi en 2010 y, desde entonces, se ha convertido en una persona muy importante en el funcionamiento del club. “Hay muchos momentos en los que te lo pasas genial, disfrutas con los niños, viendo cómo aprenden y cómo se divierten”, reconoce Romina. Esa misma satisfacción siente Txema al ver cómo los más txikis disfrutan y aprenden con ellos. “De nada sirve tener un gran nivel ajedrecístico si no lo sabes transmitir. El ajedrez les tranquiliza y les enseña a ser más analíticos, a saber elegir, empatizar...”, señala txema. El club santurtziarra no solo forma a ajedrecistas, sino que también forma a profesores de ajedrez, lo que hace que la labor de la entidad santurtziarra cobre una amplísima dimensión.
Torneo de Navidad Pero, sin duda, la actividad estrella de todas las que organiza este club es el Torneo de Navidad, una actividad que cumple su octava edición y que se celebrará el próximo 1 de diciembre en el colegio Mikel Trueba. “Empezamos hace ocho años juntando a 100 personas en el Parque Gernika y, ahora, juntaremos a 550 jugadores en el polideportivo Mikel Trueba”, precisa Romina. Esas 550 plazas ha sido el límite que ha puesto la organización del torneo, pero es probable que haya más peticiones que plazas. “El año pasado había 525 plazas y 30 personas se quedaron en la lista de espera”, apunta Txema. Ante un evento de tal envergadura, la preparación ha de ser casi constante. “Estamos casi todo el año preparando este evento. Buscar patrocinios, analizar los aspectos a mejorar... Es una labor continua”, apunta Txema.
Es un trabajo costoso, pero tremendamente gratificante para ellos. “Ver la pista del polideportivo llena de mesas y tableros de ajedrez, ver a más de 500 personas jugando a la vez es precioso”, reconocen los organizadores de este torneo gratuito. Para este año, han creado un formulario on line como gran novedad. “Siempre buscamos mejorar”, aseguran Romina y Txema, dos personas que viven su tiempo libre entre peones y alfiles.