pamplona - El mismo día que el ministro de Agricultura Luis Planas anunció la reforma de la ley de la Cadena Alimentaria para prohibir la venta de alimentos por debajo del coste de producción, el sindicato EHNE convocó una rueda de prensa para anunciar la posibilidad que tienen los ganaderos de vacuno de leche de demandar a las ocho empresas que compusieron un cártel para pactar precios por el que pagaban a los productores menos que el valor real de mercado. El presidente de EHNE Nafarroa, Imanol Ibero Azkarate, denunció aquel martes 25 de febrero que este caso confirma "la mala situación que vive el sector primario, con precios inadecuados a los costes de producción". Ibero considera que la reforma de la cadena alimentaria va en la dirección correcta, pero reitera que "se necesitan recursos económicos" y que "debe reforzarse la inspección" para cumplir con la norma. Este viticultor de 31 años aboga por un sector "constituido por explotaciones familiares de agricultores y ganaderos, y no por empresarios agrarios o fondos de inversión". Para este joven, que representa la segunda generación de la bodega de vino ecológico Mendiko de Aibar, "los agricultores y ganaderos aportan riqueza al mundo rural, cuidan el medio ambiente y mantienen vivos los pueblos". Desde su localidad, a 42,4 kilómetros de Pamplona, colabora para evitar el despoblamiento: tanto el viernes 28 como el sábado 29 de febrero asistió a las jornadas que abordaron esta materia, organizadas por el Gobierno de Navarra, el Parlamento y la Federación de Municipios y Concejos. El presidente de EHNE, que inicia en 2020 su último año de mandato, insiste en cambiar el modelo de reparto de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) para favorecer la viabilidad de las explotaciones y propone que las personas jubiladas del sector liberen sus tierras para que puedan incorporarse jóvenes. "El perceptor de PAC que carece de actividad justifica la ayuda con su terreno y dificulta la entrada de nuevos profesionales porque no disponen de superficie", detalla Ibero. El jueves 30 de enero este sindicato secundó un paro "por la dignidad de las personas" y no se sumó a la protesta del miércoles 19 de febrero, organizada por UAGN y UCAN, "principalmente por un motivo coyuntural" de fechas. "No descartamos una dinámica conjunta de trabajo en el futuro", afirma el presidente de EHNE.

El pasado 30 de enero salieron a la calle para exigir un mundo rural vivo, ¿qué modelo defiende su sindicato?

-Una agricultura y ganadería basada en las explotaciones familiares, ya que este sector está mucho mejor en manos de estos profesionales y no en empresarios agrarios o en fondos de inversión. Debemos articular esta demanda con el resto de la sociedad a la que la misma lógica económica imperante discrimina al 99% de ella: a las personas trabajadoras, a los pensionistas, a las mujeres, a los jóvenes y a los migrantes.

¿Puede convivir un modelo de negocio dirigido a la venta directa con el de gran tamaño destinado a industria y exportación?

-Puede convivir, de hecho lo está haciendo. Ojalá siempre pudiéramos llegar al consumidor directamente, pero somos conscientes de que exportamos muchos productos y de que la población se concentra en las grandes ciudades. Por lo tanto, es lógico trabajar con la industria y con la distribución; y por ello es fundamental que esas relaciones contractuales en la cadena alimentaria sean justas para que todos vivamos con dignidad. Pero, hasta ahora, la apuesta de la Administración ha pasado por la exportación, la industrialización y la distribución a gran escala. Por tanto, para favorecer los circuitos cortos de comercialización queda mucho camino por recorrer, como desarrollar la ley de venta directa.

¿Por qué no se sumaron a la movilización del 19 de febrero de UAGN y UCAN?

-Principalmente por un motivo coyuntural. La huelga del 30 de enero reivindicó un mensaje de dignidad para todo tipo de personas, pensionistas, trabajadores, migrantes, parados, etc, y entendimos que el sector primario debía estar representado como parte discriminada de este sistema. Unos días antes de la huelga, cuando estábamos preparándola, nos llegó la invitación de UAGN, pero valoramos que dos movilizaciones seguidas no eran factibles. De esta forma, de cara al futuro no descartamos una dinámica conjunta de trabajo.

¿Qué propuestas deben aplicarse para asegurar el relevo generacional en el sector?

-La principal medida radica en poner límites. Acotar las grandes ayudas que perciben algunos beneficiarios de la PAC, a quienes nos resistimos llamar agricultores y ganaderos; y restringir los tamaños de las explotaciones. En Navarra contamos con unos cien millones de ayudas directas vía derechos u otras subvenciones asociadas o del Plan de Desarrollo Rural (PDR), de los que se benefician unos 13.000 perceptores, de los que unos 5.000 desarrollan su actividad en este sector. Nosotros proponemos repartir esas ayudas entre estos últimos, que obtendrían una media de 20.000 euros para cada uno. Aunque tampoco tenemos esos 5.000 agricultores y ganaderos dedicados a ello realmente, y una meta sería alcanzar esa cifra. Además, resulta necesario liberar tierra y permitir su acceso para asegurar el relevo generacional. Los jubilados podrían no cobrar ayudas y liberar su tierra en propiedad estableciendo unas rentas justas. Por último, la Comunidad Foral dispone de tierras de comunal que deben tener una correcta gestión.

La PAC, seguramente, va a sufrir un recorte. ¿Cómo puede paliarse ese tijeretazo?

-Es esencial mantener un nivel de financiación parecido al actual, sobre todo porque no hacerlo puede discriminar a unas comunidades autónomas sobre otras, o incluso, a unos países que no son capaces de aportar fondos para su PDR. Todo esto distorsionaría la competencia. Así, si esto ocurre, estaríamos hablando de una renacionalización de la PAC y, por tanto, dejaría de ser comunitaria. Debemos conseguir un modelo de PAC que reparta de manera justa las ayudas al sector estableciendo los límites para mejorar e igualar las rentas de agricultores y ganaderos con las del resto de sectores. Por ejemplo, no puede ser que una persona física cobre 60.000 o más euros por la PAC cada año; no deben enriquecerse unos pocos herederos de derechos y no puede permitirse mercadear los derechos de pago básico, una práctica extendida durante todos estos años.

¿Esta PAC cambiará definitivamente el modelo de reparto?

-No, pero en el próximo periodo 2021-2027, el sector evolucionará hacia un modelo de agricultura u otro, porque estamos en una etapa bisagra. La concentración y la tecnificación pueden echar al traste el modelo de pequeño tamaño, sostenible y responsable. Por ese motivo, debemos tener una PAC seria para alcanzar un modelo claro de sector primario. Otra traba a superar es el individualismo de las personas. Cada productor debe ponerse frente al espejo para reflexionar que el egoísmo no puede apoderarse para intentar salir airoso cada uno por su lado.

¿A quién hay que presionar para cambiar el modelo de distribución de la PAC?

-Al Gobierno central; y a Europa fundamentalmente. Pero también hay que apretar al Ejecutivo navarro. Defendemos un modelo de PAC que defina al agricultor activo o genuino de forma que se acerque al agricultor profesional, cuyos ingresos procedan principalmente de la actividad del sector y que cotice en este régimen de la Seguridad Social.

¿Está de acuerdo en la necesidad de que el sector se agrupe para competir en precios?

-Existen varias cooperativas en diferentes sectores. Estas asociaciones son fundamentales, por ejemplo, para mejorar la posición al establecer contratos con la industria o la distribución, pero existe el peligro de crear estructuras empresariales que pierdan su razón de ser y que se conviertan en un nicho de gerentes con sueldos de auténtica locura, y que luego se transformen en una verdadera carga para el sector.

¿Cómo valora la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria aprobada por el Estado?

-Los cambios van en sentido positivo, ya que modifican dicha norma para intentar aportar más seguridad al sector primario en las relaciones contractuales y, en definitiva, en repartir de manera más justa el valor añadido en la cadena alimentaria. Sin embargo, tendremos que estar atentos en cómo se fijan los precios mínimos por producto, ya que la gran distribución ya ha advertido de que el valor de la competencia puede estar por encima de ganaderos y agricultores; y porque pueden establecerse precios mínimos según las grandes explotaciones, que están muy tecnificadas con unos costes económicos inmediatos menores, en detrimento de los pequeños productores con un perfil artesano, que volverían a devaluarse por la precariedad de unos precios que no cubrirían sus costes inmediatos.

¿La Administración debe aumentar la inspección para velar por su cumplimiento?

-Sin duda, hay que disponer de medios económicos y técnicos para ejecutar esos compromisos, desde la inspección hasta la sanción.

¿Y qué papel tiene el Gobierno de Navarra?

-Su observatorio de precios, que da una referencia para comparar precios en origen y en destino, puede ser una buena herramienta. La Dirección General de Turismo, Comercio y Consumo tiene competencias para llevar estos controles, pero actualmente no se destinan medios suficientes para examinar los posibles incumplimientos en la cadena alimentaria.

¿Qué papel juega el consumidor en todo esto?

-Es fundamental buscar su complicidad, y hacer al consumidor partícipe de su propia alimentación, de su salud y territorio. La sociedad debe conocer el sector y saber por qué es importante desde el punto de vista ambiental, social y económico para mantener vivo el medio rural.

¿Por qué la presencia del sector primario es fundamental en los pueblos?

-Desde nuestro modelo de agricultores y ganaderos en pequeñas explotaciones cuidamos el medio ambiente, desarrollamos los pueblos, favorecemos el reparto de riqueza y posibilitamos una sostenibilidad real del sistema.

Desarrollo Rural insiste en que el PDR mejora la situación del sector, ¿qué partidas deben reforzarse?

-El PDR permite cierto margen para hacer política agraria propia y dirigir el sector hacia un tipo de modelo u otro. Además de la cantidad de dinero de cada partida, hay que retocar los criterios de puntuación y el baremo de los expedientes de las ayudas para dirigirlas a unos modelos más sostenibles desde el punto de vista ambiental, económico y social.

¿El sindicato EHNE está satisfecho con los presupuestos de Desarrollo Rural en 2020?

-En líneas generales vemos que se ha hecho un esfuerzo importante, pero el Canal de Navarra se lleva un tercio del presupuesto, una infraestructura que va a condicionar durante muchos años el dinero destinado a este departamento. Evidentemente, EHNE considera insuficientes estos presupuestos, ya que el sector al igual que Navarra y el planeta necesitan cambios de raíz que cuestionen el eje en el que se basa la organización de nuestra sociedad: ¿en torno a la vida o al dinero?