- Otra empresa privada hará negocio en los próximos años con una infraestructura impulsada por el sector público de Navarra. Se trata de KC Impact, gestora española que cuenta con el respaldo de Nortia Capital y cuyo propietario fue uno de los grandes empresarios del juego, que ha cerrado un acuerdo con OHLA para adquirir el 65% de Aguas de Navarra, sociedad que se encarga de construir la ampliación del Canal de Navarra.

En concreto, OHLA ha vendido su participación, más del 65%, en la concesionaria Aguas de Navarra por alrededor de 25 millones, según adelantó ayer Expansión. La entrada del nuevo socio profundiza en un modelo de construcción y desarrollo de las obras públicas, promovido en tiempos de UPN, y del que abundan los ejemplos en la Comunidad Foral. Audenasa, de la que Navarra no recuperará el control hasta 2029 y la Autovía del Camino son dos de los ejemplos más claros de un sistema que permite a la administración agilizar algunos plazos y simplificar la gestión, si bien le priva también del control y la explotación de sus propios recursos.

El Departamento de Cohesión Territorial explicó que el Gobierno de Navarra "era conocedor de la venta", si bien señalaron "no tener información" sobre si el Ejecutivo se había planteado una compra de la participación, con el objetivo de tener el control de una infraestructura tal relevante.

En este caso, Aguas de Navarra es la sociedad concesionaria encargada de la construcción y explotación de las infraestructuras de interés general de la ampliación de la primera fase de la llamada zona regable del Canal de Navarra, durante un periodo de 30 años. El otro 35% de la sociedad pertenece a Agbar (Aguas de Barcelona), de cuyo capital salió la Caixa en 2014, pero a donde podría volver, según distintas informaciones publicadas. Francisco Iribarren, exvicepresidente económico del Gobierno de Navarra con UPN y Miguel Sanz, es el responsable de esta sociedad.

El objetivo principal de este proyecto es impulsar la optimización de uso del agua y su consecuente impacto medioambiental, reducir el consumo de energía y promover la cohesión interterritorial a través del impulso económico de actividades agrarias y agroindustriales en la región para la generación de igualdad de oportunidades en el mundo rural. Una vez finalizado, dará servicio a más de 15.000 hectáreas en 15 municipios navarros situados en las riberas de los ríos Arga y Ega, de las cuales 6.840 hectáreas ya se encuentran en operación.

La empresa que ha adquirido la participación en una empresa valorada en 140 millones se hace cargo de la parte correspondiente a la deuda. Y admite que, además de ser un proyecto en fase de construcción y enmarcado en el sector de medioambiente, cuenta con un bajo riesgo debido al canon por disponibilidad de una administración pública como es el Gobierno de Navarra, "Encaja en su estrategia de negocio", dicen desde KC Impact. De hecho, la empresa también invirtió el año pasado en otro activo concesional de derechos perpetuos de agua en dos regiones de Chile junto a Sacyr, siendo el sector medioambiental clave en su estrategia de inversión.

Además, la gestora prevé cerrar próximamente otra inversión en Europa y expandir su actividad en el mercado norteamericano, donde ya ha sido precalificada para la última fase en un proyecto de gestión de residuos en Estados Unidos y se espera seleccionar el adjudicatario a finales de este año.

El nuevo dueño de la zona regable de la ampliación del Canal de Navarra será por tanto Manuel Lao, propietario del holding Nortia Capital, que respalda a KC Impact.

Lao, de 77 años y nacido en Almería, posee una biografía de esas que bien podría haber inspirado una novela, una de esas que narran el auge de alguien hecho a sí mismo en un entorno de hambre y dificultad. Cuentan que de niño pastoreaba ovejas en Las Tres Villas, un municipio de la sierra de Filabres, próximo al desierto de Tabernas. Y que con solo 12 años viajó hasta una Catalunya que entonces atraía de decenas de miles de emigrantes de una España pobre, seca y que no dejaba de vaciarse.

En Terrassa, Lao encontró el terreno propicio para su despegue. A los pocos años de llegar, el resto de su familia se unió a él y Manuel compaginó estudios y trabajos muy variados. Obtuvo un título de maestría industrial y en 1978, cuando el viento cambiaba y era fundamental adivinar la dirección, Lao se dio cuenta de que el juego, a punto de ser regulado, se iba a convertir en un negocio boyante.

De hecho, el bar familiar ya había hecho sus pinitos en el sector, con una lotería de la que vendían boletos. Y con el dinero ahorrado, Lao decidió comprar las primeras máquinas recreativas que llegaron a España. Fue el origen de Cirsa, una firma que no iba a dejar de crecer y que en 2019 fue adquirida por Blacsktone, que la valoró en 2.235 millones de euros. La venta sirvió para saldar la deuda del grupo. Y aún quedaron 1.285 millones de euros, que se repartieron entre los propietarios de las acciones. Manuel (97,17% de las participaciones) y su mujer, Rosa, y sus tres hijos, Manuel, Esther e Ingrid (2,83%).

Un fondo francés. A finales del pasado año, Acciona decidió desprenderse de su participación en Aguacanal, la concesionaria de la primera fase de la zona regable del Canal. La compañía, presidida por José Manuel Entrecanales, vendió el 50% de Aguacanal al fondo de inversión francés Meridiam. Este gestor de activos, con sede en París y fundada en 2005, desarrolla, financia y gestiona proyectos de infraestructuras públicas en Europa, América y África.

Agbar y Acciona. Hace 14 años se constituyó Aguacanal entre siete empresas, teniendo Acciona al igual que Aguas de Barcelona (Agbar), el 35% cada una. Ese accionariado evolucionó, al quedar Agbar con un 50%; y Acciona con el otro 50%.