Los sindicatos CGT, CNT, ESK, Solidari y Steilas se han juntado para conmemorar este 1 de Mayo con el lema Bide Bakarra/Unidad, dignidad y lucha. Han denunciado la precariedad laboral, sobre todo en las mujeres; el desmantelamiento sistemático de los servicios públicos; y la persecución al sindicalismo con la todavía vigente ley mordaza.

Han partido a las 12.00 horas desde su punto habitual, la plaza de Recoletas, para concluir en la plaza del Vínculo, en la que han leído un manifiesto conjunto.

Estos sindicatos han defendido que hay que “salir a la calle a plantar cara por todas las injusticias sufridas y a quien las permite, es decir, al sistema criminal, racista y machista que se emplea a fondo con la clase trabajadora y, en especial, con las mujeres”.

CGT, CNT, ESK, Solidari y Steilas han leído un texto consensuado en castellano y en euskera en el que han demandado “un reparto del empleo, para que haya para todas las personas y para trabajar menos con el mismo salario”.

La crisis de cuidados

Estas centrales han rechazado la situación de la mujer en el mercado laboral. “Asumen dobles y triples jornadas laborales y quieren que sigan siendo ellas quienes paguen la crisis de cuidados”, han reiterado.

Además han defendido unos servicios públicos sólidos, como en educación y sanidad; y han vuelto a exigir que las mutuas “no controlen la salud de la clase trabajadora”. Han subrayado que estas obtienen grandes cantidades al año de las arcas públicas provocando la “descapitalización” del sistema público de salud.

Contra la ley mordaza

Por último, han remarcado que “los movimientos sociales y los sindicatos de clase deben seguir tejiendo redes de solidaridad y apoyo mutuo para hacer frente a la ley mordaza y otras acciones represivas; y a la complicidad entre empresas, burguesía, patronal y partidos políticos”. Como ejemplo han recordado la represión que sufren personas compañeras de “La Suiza en Asturies, de Cadiz, Ponferrada y tantas otras a quienes están amenazadas con penas de cárcel por hacer sindicalismo”.

Por ello, han insistido en que continuarán luchando porque “hacer sindicalismo no es un delito”.