Construir mejor, de un modo más eficiente, con criterios de sostenibilidad medibles y con capacidad para generar un mayor valor añadido. Son algunos de los objetivos que se han fijado las 41 empresas que se han agrupado en el Clúster de la Industrialización de la Construcción, una iniciativa que pretende impulsar una actividad que va dando sus primeros pasos, con un grupo muy pequeño de empresas que ya ha tomado la delantera y un pelotón de pequeñas compañías que observa el futuro con incertidumbre. 

“No vamos a tener mano de obra”, admitía Iñigo Eugui (Erro y Eugui), presidente del cluster, durante la inauguración de una jornada en la que se repasaron los objetivos del cluster y en la que se puso cifras a su realidad actual. En estos momentos, 41 empresas que facturan 1.352 millones de euros (1.144 de ellos en Navarra) y dan empleo a 2.930 personas. Eugui resumía con estas palabras y cifras la realidad de un sector que se encuentra cada vez más dificultades para contratar y que, al mismo tiempo, busca caminos para abaratar –o al menos no subir mucho más– un producto final, la vivienda, al que muchas personas ya no pueden acceder en propiedad.

Iñigo Eugui, a la derecha, junto a Luis Ilundáin e Iñigo Porres Unai Beroiz

“El negocio está cambiando en todo el mundo, no solo en Navarra”, explicaba Luis Ramis, de la consultora Cluster Development, quien anticipaba asimismo uno de los debates que deberá afrontar el sector al industrializar procesos: obtener mejores márgenes o bajar el precio de la vivienda. “Estamos en un momento de cambio en la cadena de valor. El cliente reclama viviendas más eficientes, más confortables y más saludables. El cluster nace en Navarra, pero no es para trabajar solo en Navarra”, explicaba.

Abrir camino en otros territorios

En este camino, solo las empresas de mayor tamaño logran facturar fuera de Navarra tanto o más que en la Comunidad Foral. Pero todas sabes que quienes no se adentren esta senda tendrán muy complicado sobrevivir. Porque las licitaciones públicas, advirtió Alberto Bayona, de Nasuvinsa, irán incorporando criterios referentes a la industrialización, pero sobre todo porque la automatización de procesos va a permitir la entrada de nuevos actores y servirá para abaratar costes. “Una de las tareas que nos hemos puesto en desarrollar una calculadora comparativa de los costes de construir de forma industrializada o hacerlo del modo tradicional”.  

El cluster, que abrirá una nueva ventana de adhesión en junio, nace para fomentar la colaboración y la complicidad entre empresas que tradicionalmente se han visto unas a otras como competidoras. Pero sin olvidar que cada compañía debe hacer su propio camino. “Existen barreras y quizá la más relevante es cultural y mental”, admitía Aitziberr Morrás de Abaigar, otra de las constructoras navarras que ha apostado por la industrialización. “La innovación siempre tiene un riesgo”. 

El cluster nace con 41 empresas. Las once primeras son socias constituyentes y el resto se ha ido uniendo en sucesivas ampliaciones. Una tercera parte factura más de 20 millones y una tercera parte no llega a los dos millones. Erro y Eugui, Viguetas Navarra, Obenasa, Onhaus, Construcciones Garbayo y Chivite, Unav, Nasuvinsa, Nuevo Sistema Modular, FS Ingenieria, Madergia, Varquitectos, ACR, Abaigar Construcciones, Ademan, Rockwool, Osés Construcciones, Grupo Cetya S.A, Ibáñez Construcciones, DINATEC TÉCNICA (Desait). BSP Consultores, DGA Arquitectura, Blanco del Prim Arquitectos, Bryaxis Arquitectos, Perfinasa, Saltoki, Gurpea, Grup Armangué, 3D Modular, Maquinaria y Servicios ECA, S.A.L., COMAL S.L., PVT, Inrialsa, Larraby, Aislamientos Labrit (Aislatec), Tesicnor, UPNA, Salesianos, Viuda de Sainz, Jit Housing, Sei Structural System, Grupo Cementos Portland Valderrivas. 

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La búsqueda de innovaciones y nuevas soluciones constructivas es uno de los ejes sobre los que pivota el plan estratégico del cluster, que afronta también la descarbononización de la actividad. “Falta homegeneidad y parámetros standar para medir y calcular la huella de carbono”, explicaba Javier Antúnez, de Perfinasa.

“El sector afronta el cambio más profundo de los últimos 80 años”, explicaba Luis Ilundáin, de Viguetas Navarra, quien aseguraba que para avanzar no es necesario “inventar nada”. “Basta ver lo que se está haciendo fuera y convertirse en los mejores copiadores”, aseguraba. El nuevo desarrollo tecnológico será, en todo caso, uno de los cometidos del centro nacional que se va a construir en el campus de la UPNA. “Este centro –resumía Bayona- va a abrir vías de comunicación y colaboración entre los diferentes agentes del sector”