Las entidades bancarias de la eurozona han endurecido las condiciones para acceder al crédito a empresas y hogares durante el cuarto trimestre de 2023 y continuarán haciéndolo en los primeros meses de 2024, debido a la mayor percepción de riesgo por las perspectivas económicas.

Según la encuesta de préstamos bancarios que ha publicado este martes el Banco Central Europeo (BCE), el 4 % de los bancos de la eurozona elevó las condiciones para acceder al crédito a las empresas.

Esto supone un endurecimiento moderado en comparación con el trimestre anterior (12%), pero se suma a la sustancial subida de las exigencias acumulada desde 2022, lo que ha contribuido, junto a la débil demanda, a la caída del crecimiento de este tipo de préstamos.

Asimismo, los bancos endurecieron los criterios para conceder préstamos a los hogares, aunque lo hicieron en menor medida para las hipotecas y de forma más pronunciada en el caso de los créditos al consumo.

Concretamente, el 2% de los bancos aumentó los requisitos para poder acceder a hipotecas durante el último trimestre de 2023 (11% entre julio y septiembre) y el 11 % endureció el crédito al consumo (16 % en el trimestre anterior).

En el caso del Estado español, las condiciones del crédito al consumo se endurecieron, aunque menos que en el trimestre anterior, mientras que los requisitos del crédito a empresas y para las hipotecas no cambiaron.

La demanda también cae

En paralelo, la demanda de préstamos o crédito por parte de las empresas y los consumidores también disminuyó durante el cuarto trimestre de 2024, aunque menos que en el periodo anterior, debido principalmente a las altas tasas de interés.

Por primera vez desde principios de 2022, las entidades bancarias prevén que se produzca un pequeño repunte en la demanda de préstamos a empresas y en las hipotecas durante el primer trimestre de 2024.

La demanda española cayó menos que la media europea en el caso de los préstamos a empresa e hipotecas, aunque fue mayor en el crédito al consumo.

El acceso a la financiación mejoró ligeramente en el caso de los mercados monetarios, los depósitos a largo plazo y los títulos de deuda, mientras que se redujo ligeramente el acceso a la financiación minorista a corto plazo y a la titulación. Además, la reducción del balance del BCE tuvo un impacto limitado en las condiciones de los préstamos.