La actual concesión de agua de Itoiz para regar desde el Canal de Navarra -340 hectómetros cúbicos-, la cantidad de agua que tiene asignada cada agricultor por hectárea actualmente -6.400 metros cúbicos- y la ampliación de la primera fase de esta infraestructura hacen imposible en estos momentos que haya agua para regar la totalidad de las 20.214 hectáreas proyectadas en la Ribera.

Esta es la conclusión a la que se llega al consultar la memoria de la Comunidad General de Regantes del Canal de Navarra referente a 2023.

Su presidente Félix Chueca ha defendido que deben regarse las "53.125 hectáreas previstas en el anteproyecto del Canal y su zona regable".

Sin embargo, si se suman las 22.363 de la primera fase y las 12.500 aproximadamente de la ampliación -sin las complementarias- salen casi 34.900. Cantidad que si se resta a las 53.125, quedan unas 18.200 de la segunda fase para regar con agua del Canal. Así que hay 2.000 hectáreas que no podrían disponer de agua.

En este caso, Chueca remarca que tendrían que estudiarse fórmulas para ver cómo regar esas 2.000 hectáreas. Entre las posibilidades: trasvase de agua destinada a boca o industria a riego, o cambiar la dotación por hectárea a cada regante.

Otro problema

A esto, Chueca ha añadido otro problema: el embalse de Itoiz no ha embalsado el total de su capacidad en los últimos años -418 hectómetros cúbicos- por la ausencia de lluvia. Además, el agua acumulada no solo se destina al Canal sino también a caudal ecológico, a regadíos tradicionales, y a abastecimiento de agua de boca e industria. Por eso, el volumen medio de los últimos años para el Canal de Navarra ha sido de 270 hectómetros cúbicos -y no los 340 concedidos-.

Los regantes prevén la necesidad de construir la segunda fase del Canal en el plazo de cinco años para mantener la rentabilidad del proyecto.

Cita en Larraga

La Casa de Cultura de Larraga ha acogido este viernes la asamblea ordinaria anual de la Comunidad General de Regantes del Canal de Navarra.

Su presidente, Félix Chueca, ha estado acompañado del consejero de Cohesión Territorial, Óscar Chivite; del director general de Desarrollo Rural, Ignacio Gil; y del director financiero de Canasa -empresa pública compartida entre Estado y Navarra- que gestiona el Canal, Paco Úbeda.

Óscar Chivite ha acudido por primera vez a esta asamblea desde que ocupara su consejería, de la que depende la infraestructura. Precisamente dicho departamento ha encargado a Intia-Riegos de Navarra un estudio económico financiero del Canal, para analizar su viabilidad y que incluya la segunda fase.

Los regantes quieren ser agentes activos en la confección del informe que debe estar para mediados de 2024 -aproximadamente para junio o julio-. "Un regadío competitivo pasa por las aportaciones de las administraciones; por establecer un correcto usuario expectante; y por las tarifas de los usuarios", indica la memoria.

¿Quién es el usuario expectante? Aquel que se compromete a aportar el dinero correspondiente a los regantes que todavía no forman parte del Canal pero tienen previsto unirse, en este caso, podría ser la Administración, la cual recuperaría la cantidad económica aportada una vez que los agricultores comenzaran con la actividad.

Los resultados de Canasa

Canasa informó hace unas semanas de que cerró 2023 con un resultado negativo de once millones de euros. Si la solución a estos resultados consiste en una “importante subida tarifaria”, como ha señalado Félix Chueca, esa medida supone “la inviabilidad de las explotaciones agrícolas de los regantes”, ha subrayado.

En la memoria de 2023, aprobada este viernes en asamblea, el presidente de la Comunidad General de Regantes ha remarcado que estos agricultores han asumido tarifas adecuadas durante estos años y que no tienen responsabilidad de las cuentas de Canasa.

En el prólogo de la memoria, Chueca ha hecho hincapié en las razones de esos números rojos: la incorrecta definición de la figura del usuario expectante; el fracaso de las centrales hidroeléctricas como fuentes de ingresos; o la menor aportación económica de la Administración.

La tarifa del 2%

En 2023 ante la ausencia del estudio económico financiero del Canal, exigencia de los regantes, estos tampoco alcanzaron un acuerdo de tarifa con Canasa.

Por ese motivo, de manera unilateral, Canasa aprobó una subida del 2%, que los regantes rechazan.

Por eso, la Comunidad General de Regantes ha abonado la cantidad que corresponde por la tarifa excepto el 2% de aumento -suponen unos 150.000 euros-. En todo caso, está abierta a negociar tarifas transitorias para entre dos y tres años. Los regantes no saben por ahora la tarifa para 2024, ya que dependerá del resultado del estudio.

El director financiero de Canasa, Paco Úbeda, ha señalado que el estudio económico financiero de todo el Canal busca establecer un marco único, que facilitará la fijación de las tarifas para los usuarios -regantes y mancomunidades, entre otros-, y sería la base para la confección del convenio financiero para la segunda fase.

Compromiso del Gobierno de Navarra

Óscar Chivite ha concretado que el estudio económico financiero va a desvelar cuánto va a costar la obra en su totalidad; entre cuántos se va a pagar y la fórmula de abono. Ha vuelto a mostrar el respaldo del Ejecutivo en el proyecto, ha considerado que en el plazo de cinco años el Canal en la Ribera puede estar construido y que actualmente la segunda fase está pendiente de la Declaración de Impacto Ambiental.  

En breve:

Homenaje: La Comunidad General de Regantes ha homenajeado a Fernando Puras por sus diez años de dedicación como asesor jurídico.

Las cuentas: La asamblea ha aprobado las cuentas de 2023 y el presupuesto de 2024. En ambos ejercicios los ingresos ascienden a unos ocho millones de euros.