El Instituto Navarro de Inversiones (INI), empresa pública puesta en marcha en 2022 con el objetivo de apoyar al tejido empresarial de Navarra, ha cumplido dos años de vida sin haber ejecutado todavía ninguna operación. Un hecho que, según el Gobierno, no significa que la sociedad carezca de actividad. De hecho, está previsto que antes del verano “haya novedades” de cierta relevancia en su seno. 

El Ejecutivo ha ido realizando periódicamente aportaciones de nueve millones de euros al año, por lo que en estos momentos la sociedad dispondría de unos 27 millones de euros en caja para realizar operaciones de diferente tipo. El INI se configura “en base a un modelo de Banco Público de Desarrollo y su función principal es el apoyo financiero estratégico, a través de la inversión directa, la participación en equity y el desarrollo de fondos de capital riesgo para participación en capital”, explica la propia sociedad en su página web.

“La empresa está activa”, explican desde el Gobierno de Navarra, que controla la sociedad a través del Departamento de Economía y Hacienda, dirigido por José Luis Arasti, presidente de la empresa, que cuenta con Bernardo Ciriza (ex consejero del Gobierno y actual presidente del PSN), como vicepresidente. Francisco Fernández Nistal, director general de Corporación Pública Empresarial de Navarra, es el consejero delegado. Este medio ha tratado de ponerse en contacto con él sin haber obtenido respuesta desde CPEN.

Los tres forman parte de un consejo de administración que desde el pasado verano se ha reunido una vez. “Está previsto que haya otra reunión antes del verano”, explican desde el Gobierno de Navarra, donde la puesta en marcha de la sociedad pública generó discrepancias entre el PSN, que en la práctica controla la sociedad, y Geroa Bai, al entender este último partido que el INI se solapaba con Sodena, adscrita al Departamento de Industria, dirigido por Mikel Irujo. También la Cámara de Comptos ha visto duplicidad entre las funciones de una y otra sociedad.

Un comité de inversiones que busca, criba y propone. Con el objetivo de despojar al Instituto Navarro de Inversiones de cualquier pátina partidista y política se configuró un comité de inversiones integrado por profesionales como Federico Conchillo,: Iñaki Iraizoz, Águeda Tortajada, Ascen Cruchaga, Ignacio Olábarri y Jon Angulo. Su labor es cribar, seleccionar y proponer oportunidades de inversión al consejo de administración. 

 Un consejo de administración que tiene la última palabra. La decisión final de invertir o o invertir en las compañías correspondería en todo caso al consejo de administración, según confirmaban desde el propio Gobierno de Navarra. En la actualidad este consejo está integrado por José Luis Arasti, como presidente, Bernardo Ciriza, Francisco Fernández Nistal, Maite Domínguez , Julio Cifrián. Luis Campos, Montse Guerrero, Miguel José Ugalde María José Ballarín y Alejandro Legarda.

La puesta en marcha de INI obedece al acuerdo presupuestario que en 2022 alcanzaron PSN y EH Bildu. El 11 de mayo de ese mismo año, el Gobierno de Navarra anunció la creación del INI, que en agosto celebró su primer consejo de administración, presidido por Elma Saiz. En la página web de la empresa figuran las actas de los tres consejos de administración celebrados en el primer semestre de 2023. La última se corresponde a junio de 2023. Desde entonces se ha celebrado un consejo más, pero su acta no se ha publicado todavía. 

En la información pública figura también el presupuesto de 2023 (no así el de 2024), en el que constan unos gastos de personal de 73.333 euros que se corresponden, según el Gobierno de Navarra, con la contratación laboral de un director de inversiones a lo largo del anterior ejercicio. 

¿Un banco público estilo europeo?

Más allá de la disputa política y de la falta, en apariencia, de unos objetivos claros y compartidos, la puesta en marcha de un instrumento financiero público, capaz de apoyar a las empresas e incluso de reforzar el arraigo del tejido económico propio, tiene todo el sentido en un momento político global que está confirmando el regreso del estado como un agente económico relevante.  

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Navarra, con Sodena demasiado zarandeada en los últimos años por unos y otros, no disponía de este instrumento, un banco público de desarrollo que sí existe en otras regiones europeas, en algunos casos desde hace décadas. También comunidades como Catalunya, País Vasco y Comunidad Valenciana han puesto en marcha en los últimos años institutos públicos de finanzas con objetivos similares. Ninguna de estas entidades capta dinero de particulares, sino que se nutre de los presupuestos públicos para financiar sus operaciones.

“No podemos ser ajenos a la realidad que dicta Europa. Conviene señalar en este sentido que la Comisión Europea en diferentes comunicaciones hace referencia a que “la principal motivación económica de un Banco de Promoción (NPB) es que las fallas del mercado pueden conducir a una menor inversión y, por lo tanto, a un crecimiento futuro más lento de lo que sería económicamente eficiente, y que una institución con mandato público esté en mejores condiciones que los operadores privados para superar estas fallas del mercado”, explica la propia institución en su web, en la que hace referencia a a deficiente inversión privada en investigación y desarrollo, infraestructuras, educación o proyectos vinculados a la transición ecológica y digital.