La cúpula de VW defendió ayer en una reunión con el comité de empresa sus planes de reducción de costes entre los que se plantean posibles cierres de fábricas en Alemania y los consecuentes despidos por los que los trabajadores protestan en las calles.
Un directivo del grupo informó a la plantilla de que al gigante automovilístico le “faltan” en relación al periodo de antes de la pandemia las ventas de 500.000 vehículos, lo que supone el equivalente a la producción de dos de sus fábricas. “El mercado (para esa producción) ya no existe”, declaró el jefe financiero, Arno Antlitz, según recogieron medios germanos.
Unos 25.000 empleados se reunieron en la sede de la compañía en la ciudad norteña de Wolfsburg para hacer llegar sus reclamaciones a la dirección y al Gobierno de coalición de Olaf Scholz. “Todavía tenemos un año, quizá dos, para enderezar la situación. Pero tenemos que aprovechar este tiempo”, aseguró Antlitz, para añadir que la compañía “lleva años” gastando más dinero del que se gana, una estrategia que no es sostenible “en el largo plazo”.
La respuesta de IG Metall
El consejero delegado de la automovilística, Oliver Blume, en plena lucha contra la desaceleración de la demanda de coches eléctricos y ante la llegada de la competencia china, defendió estos planes y dijo estar dispuesto a llevarlos a cabo en un claro envite contra los sindicatos en el país. Las palabras de Blume soliviantaron a la principal unión de trabajadores de Alemania, IG Metall, cuyo principal objetivo es mantener el mayor número de puestos de trabajo en las plantas y salvaguardar las condiciones laborales de la mayor economía de la zona euro.
De quién es la culpa
Daniela Cavallo, presidenta del comité mundial, afirmó que la culpa de la crisis de VW es de la dirección, no de los empleados argumentando que no debe haber cierre de fábricas, ni recortes salariales. Por su parte, un portavoz del Gobierno de Scholz confirmó que no interferirán en el proceso de negociación ya que esta es una crisis que le corresponde solventar a la propia empresa. La canciller tiene clara la importancia de la compañía como una de las mayores empresas de la industria del automóvil y dice ser consciente del desafío de transformación al que se enfrenta la industria.
Paquete de incentivos al eléctrico
Sin embargo, el ministro de Economía, Robert Habeck, admitió en las últimas horas que deben tomarse medidas para garantizar que Alemania siga siendo un importante productor de automóviles. Entre las últimas actuaciones, el Ejecutivo germano aprobó un paquete de incentivos a la compra del coche eléctrico, entre los que se contempla una reducción de impuestos por un importe medio anual que, según los cálculos del Ejecutivo, será de hasta 465 millones entre 2024 y 2028.
A partir de ahora, las empresas podrán deducirse hasta el 40% del valor de los vehículos eléctricos y de cero emisiones recién adquiridos de la declaración de impuestos durante el año de compra, cifra que se irá reduciendo progresivamente hasta alcanzar el 6% al final del ciclo proyectado para antes de final de década.
En este contexto, Berlín asevera que esta no es solo una crisis laboral, sino que la estabilidad de Volkswagen es “vital” para asegurar las cadenas de suministro automovilísticas europeas en un momento de fuerte competencia con la irrupción de las marcas chinas en los mercados comunitarios y las guerras comerciales abiertas con Pekín, a la espera de lo que pueda suceder en EEUU tras las elecciones del próximo noviembre.
Por su parte, Stephan Weil, el primer ministro del estado federado de Baja Sajonia, donde se halla la sede del grupo, declaró que hay “consenso” sobre el hecho de que la empresa debe ser “más rentable”. Para alcanzar este objetivo hay diversas vías y el cierre de una fábrica –algo que no ha ocurrido nunca en Alemania– es la “última medida”.
El grupo fabrica vehículos en Alemania en Wolfsburg, Emden, Osnabrück, Hannover, Zwickau y Dresde y produce además componentes en Kassel, Salzgitter, Braunschweig y Chemnitz. En julio, el grupo admitió estar valorando cerrar la fábrica de Audi en Bruselas ante la caída de la demanda de coches eléctricos de alta gama.
En Landaben
Reunión del comité de VW Navarra. El comité de VW Navarra, UGT, CCOO, ELA, LAB y CGT, previsiblemente va a reunirse este viernes 6 de septiembre.
Defender la fábrica navarra y sus proveedores. Ante la revisión de la estrategia del coche eléctrico por parte del Grupo, el presidente del comité de VW Navarra, Alfredo Morales (UGT), dijo que como parte social defenderán el proyecto eléctrico de la factoría de Landaben y a sus proveedores, como Hyundai Mobis.