La temporada del espárrago de 2025 está poniendo en evidencia las limitaciones de este cultivo y la precariedad en la que muchas veces se realiza su recolección. Las insistentes lluvias de esta primavera han retrasado considerablemente su recogida y en las actuales condiciones hay todavía un alto porcentaje de parcelas que corren el riesgo de no ser habilitadas para su explotación ya que la recolección suele finalizar ya en el mes de junio.
Las tierras cargadas de agua impiden que las maquinarias puedan entrar en ellas para batir la tierra y realizar los caballones en los que se desarrolla este tallo para que salga con las condiciones necesarias que exigen las conserveras que velan por la calidad del espárrago de Navarra.
Productores
Es el caso de Jenaro Pascual cuya explotación en Etayo no ha podido ser trabajada todavía y tendrán que pasar varios días hasta que pueda meter la maquinaria para trabajar la tierra y poder colocar las tiras de plásticos opacos que caracterizan los paisajes primaverales sobre todo en Tierra Estella. “Ha habido otros años que también se ha retrasado pero este año creo que vamos a batir récord de tardanza, a ver si finalmente nos deja y merece la pena trabajarlos para recoger espárrago solo unos días”.
“En cuatro años dejaré de cultivar espárragos. Con estos precios y estos costes no merece la pena”
Entre La Berrueza y Valdega en Tierra Estella tiene sus fincas de espárrago Javier Pérez de Zabalza. Sus parcelas de Legaria fueron de las primeras de Navarra en prepararse para la recogida de espárrago, pero también tiene todavía más de siete hectáreas en Piedramillera sin preparar por las malas condiciones que impone el barro. Javier vende todo su producto en verde en una tienda que ha habilitado en Murieta que estos días tiene que cerrar muy pronto ante la escasez de espárragos. “Encima de que no tenemos todas las parcelas con estas temperaturas salen pocos espárragos”.
Este emprendedor con todo, tiene claro que no va a seguir mucho tiempo con este cultivo. “Tengo esparragueras recién plantadas pero en cuatro años dejaré de cultivarlas. Con estos costes y estos precios no merece la pena”, aseguraba Pérez de Zabalza. Así añadía que este cultivo es muy incierto y sacarle rentabilidad es “muy complicado”. “Sube la mano de obra y los abonos y te juegas el trabajo de todo el año en unos pocos días. Así no se puede competir. Habrá que dedicarse a otra cosa”, explicaba con resignación este joven agricultor de Valdega.
Recolectores
Y es que las lluvias y el frío están retrasando la salida del espárrago, pero también su recolección está siendo más difícil. “Más que el frío o el calor, lo que peor llevo es tener que estar toda la noche con barro para sacar los espárragos”, relataba Rosa María Rivera que con apenas 20 años afrontaba su primera campaña en Navarra. “Antes estuve cogiendo en Francia y éste es el primer año que vengo a Navarra”, dijo. Esta vez ha venido junto a su novio Ismael Hidalgo que se encontraba en una parcela de Oco, “poniendo los plásticos”. “Hasta ahora no nos había dejado por el barro que había en la parcela”, exponía.
“A recolectores y propietarios nos pasa lo mismo: no sabemos el precio hasta el fin de la campaña”
A Ismael no le asusta el trabajo en el campo, ya que se dedica también a la vendimia, la recogida de oliva y ahora al espárrago, una labor que se realiza fundamentalmente por la noche y este año rodeados de frío y la humedad. “Lo pasas peor porque te duelen más los huesos”, especificaba. En la misma parcela, su padre, Manuel Hidalgo, de 51 años, recoge los primeros espárragos de la temporada a finales de abril: “Llevo viniendo a Navarra desde hace más de 40 años”, contaba este vecino de Jodar, que junto con otros 5.000 salen cada año desde este pueblo de Jaén hacia Francia, y de los que 1.300 lo hacen para la campaña del espárrago en Navarra.
A las inclemencias climatológicas estos recolectores también sufren las incertidumbres de los precios porque la producción de la finca se reparte a partes iguales entre los recolectores y el dueño. “Nos pasa lo mismo que a los propietarios de las parcelas, que no sabemos el precio hasta final de campaña, así que todo lo que podemos hacer son cálculos pero no sabemos nunca cuánto dinero estamos ganando”, resaltaba Ismael, que valoraba también el esfuerzo de los propietarios de las fincas.
“Las tienen que cuidar todo el año y ahora no saben ni si las podremos explotar”, manifestaba. Y es que las lluvias constantes de esta primavera están afectando, además de la merma en la producción, al ánimo de recolectores y propietarios de las parcelas donde cada año se cultiva el oro blanco de Navarra.