EHNE ha advertido de que las tareas para poner en marcha el denominado secuestro de carbono son "complicadas" y ha señalado que estará "expectante a la evolución de este proyecto mientras se aclaren las dudas", indicó en una nota emitida este martes.

El sindicato, presidido por Fermín Gorraiz, ha difundido este comunicado con motivo de la comparecencia del consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Jose Mari Aierdi, este miércoles en el Parlamento, a petición de UPN, para explicar la participación de su departamento en el impulso del programa SoilValues. ¿En qué consiste esta iniciativa? En desarrollar modelos de negocio en materia de salud del suelo mediante el secuestro de carbono.

¿En qué consiste?

El secuestro de carbono en la agricultura consiste en el proceso natural a través del cual el dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera se captura y almacena en el suelo y en la biomasa vegetal (como raíces, cultivos o árboles) por medio de prácticas agrícolas sostenibles.

Sociedad pública

INTIA está trabajando en el marco del proyecto SoilValues para desarrollar durante 2025 y 2026 una Comunidad de Práctica (CoP) centrada en carbon farming, con el objetivo de identificar e incentivar modelos de negocio sostenibles que promuevan la salud del suelo en explotaciones agrícolas. La primera reunión se celebró el pasado abril.

La burocracia

El sindicato ha considerado que "las actuaciones y trámites que hay que llevar a cabo para acometer dicha tarea, cuando menos, son complicadas" y ha explicado que "lo primero que habría que materializar es una bajada de producción acompañada de un descenso de costes".

Empresas certificadoras para 2028

Del mismo modo, EHNE ha apuntado que "el proceso que se vaya a aplicar para ese secuestro de carbono determinará las intervenciones a posteriori". "Por ejemplo, si se emplea cubierta vegetal, solo se podrá desarrollar un cultivo por año y vez, si bien hay otros en los que se podría seguir con más de un cultivo", ha explicado.

Para EHNE, "otra cuestión muy a tener en cuenta es la certificación". "Se trata de un proceso muy lioso y costoso. Hay un marco de mercado de carbono que hay que armonizar y se prevé que para 2028 haya una lista oficial de empresas certificadoras. Hasta entonces estaremos ante un ecopostureo o greenwashing, que están fomentando sobre todo las grandes multinacionales que se encuentran asentadas en nuestro sector", ha afirmado.

La UE quiere proteger el suelo

En cuanto a la financiación, EHNE ha señalado que "ahora mismo las políticas de Europa van en el camino de la protección de los suelos". "Ya hay una directiva sobre ello y el reglamento de la restauración de la naturaleza está vigente. Los ecorregímenes son en sí mismos mecanismos de pago por fomentar prácticas que ayudan a la buena salud del suelo. El pastoreo extensivo, siembra directa o cubiertas vegetales son buena prueba de ello. El sector público ya está poniendo su granito de arena con la mencionada financiación", ha indicado.

EHNE ha añadido que "otra cuestión es la financiación privada que pueda llegar a las explotaciones y que nos venden como oportunidad de negocio, una cuestión que desde el sindicato no lo vemos tan claro dada la complejidad a la hora de medir estas emisiones, así como su secuestro".

El secretario de EHNE, Patxiku Irisarri, ha afirmado que "lo cierto es que, aunque pongamos en marcha políticas de secuestro de carbono, también realizamos emisiones de este mismo elemento". "Es como la cuenta de la vieja: cuánto echamos de menos por lo que secuestramos. Y, si a esto le añadimos el costo de la certificación, ¿qué nos quedará?", ha planteado.

El proyecto 'SoilValues'

En una nota de prensa INTIA explicó que SoilValues es un proyecto Horizon de cuatro años, con un consorcio de 14 socios para mejorar "la salud del suelo mediante modelos de negocio basados en el valor". De esta forma, cinco objetivos marca este proyecto: proporcionar un marco de evaluación exhaustivo de todos los factores que influyen en el desarrollo de modelos de negocio para inversiones en la salud del suelo; establecer seis campos de pruebas en toda Europa para ensayar modelos de negocio nuevos y emergentes para la salud del suelo: establecer doce comunidades de práctica de personas gestoras del suelo, agentes de la cadena de valor, personas inversoras y gobiernos; desarrollar una caja de herramientas de incentivos y recomendaciones políticas para promover la salud del suelo; y sensibilizar e intercambiar conocimientos sobre modelos de negocio para la salud del suelo.