El Sabadell ha recibido este miércoles el respaldo que buscaba para defenderse de la opa lanzada por el BBVA. En una doble junta extraordinaria, los accionistas del banco han aprobado de forma unánime tanto la venta de su filial británica, TSB, al Santander como el reparto de un dividendo de 2.500 millones de euros asociado a la operación, una lluvia de dinero con la que la entidad catalana pretende disuadir a sus socios de aceptar la propuesta del banco vasco. El BBVA ya adelantó la semana pasada que podría retirar la opa si los accionistas del Sabadell aprobaban estas dos medidas, así que lo que ocurra en las próximas semanas será crucial. El banco presidido por Carlos Torres tiene previsto presentar en septiembre ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el folleto con la propuesta actualizada, lo que abriría el periodo de aceptación por parte del organismo (algo que suele durar unas tres semanas).

El BBVA debe actualizar la información de su propuesta tras las condiciones que le impuso el Gobierno español, que suponen congelar la fusión de los dos bancos durante al menos tres años en caso de que la opa salga adelante. Tras la decisión adoptada por el Consejo de Ministros, había dos cuestiones que sobrevolaban como una amenaza para el éxito de la operación: la sinergias y la venta de TSB. La primera cuestión, todavía no parece clara. Si bien el BBVA prevé que las sinergias alcancen los 850 millones de euros de ahorro anual que había calculado en un inicio –situación que no cambia, asegura, con la condición del Gobierno–, el Sabadell no opina lo mismo.

“Ya dijimos que faltaba claridad sobre las sinergias, ahora han cambiado muchas cosas”

Josep Oliu - Presidente del Banco Sabadell

Su consejero delegado, César González-Bueno, ha explicado este miércoles al accionariado que “nuestra estimación es que las sinergias serán cero” en los próximos tres o cinco años debido a la decisión adoptada por el Gobierno español. Y así, la doble junta extraordinaria se ha convertido en un alegato en contra de la opa. González-Bueno ha pedido que el folleto de la oferta sea “muy claro” para que los accionistas sepan qué les conviene más pensando en sus bolsillos y criticó que, por el momento, falta mucha información sobre aspectos como las sinergias y su coste de obtención. “Ya dijimos al principio, en abril de 2024, cuando no aceptamos la oferta, que faltaba claridad sobre las sinergias, ahora han cambiado muchas cosas”, ha señalado.

Al detalle

Prima de la oferta. La prima de la opa planteada por BBVA sobre el Sabadell se ha estrechado hasta el entorno del 7,5%, después de que la semana pasada el banco liderado por Carlos Torres publicara sus resultados semestrales e informara de su nuevo plan estratégico. En concreto, ayer, las acciones de Banco Sabadell terminaron la jornada cotizando en 3,223 euros, lo que supone un incremento del 1,99%. De su lado, los títulos de BBVA llegaron a los 15,24 euros, un 2,08% por encima. Esta diferencia supone que la prima de la OPA haya revertido parte de la senda negativa en la que llevaba inmersa gran parte del año. En todo caso, con los precios de ayer, el canje de acciones es negativo para un accionista de Sabadell en términos económicos, aunque el diferencial no era tan estrecho desde principios de julio. Es decir, con los precios actuales de cotización, un accionista de Sabadell perdería el 7,48% del valor de sus acciones en caso de que decidiera acudir a la OPA de BBVA. 

Oferta. El BBVA viene defendiendo que no tiene intención de subir la oferta por el Sabadell, es decir, una acción de nueva emisión de BBVA y 0,70 euros en efectivo por cada 5,5483 acciones de Sabadell.

En los motivos que ha expuesto el BBVA para retrasar la presentación del folleto a septiembre está que quería esperar a los resultados semestrales del Sabadell y las decisiones que se adoptaran en estas dos juntas. Dos citas inéditas, con tres horas de diferencia y en pleno agosto, sobre las que ya habló la semana pasada el consejero delegado de la entidad de origen vasco, Onur Genç, quien dejó claro que su entidad no va a mejorar la oferta por el Banco Sabadell para garantizar el éxito de la operación. Ni elevará el precio de la oferta ni rebajará el umbral de aceptación. De hecho, dejó la puerta abierta a renunciar a la opa. “Si no sale, no pasa nada. Seguimos adelante. Seguiremos centrados en cumplir nuestro plan de negocio”, apuntó.

“El banco tiene derecho a decidir si sigue adelante o no. Después de las juntas se podrá tomar la decisión de retirar la oferta”, avanzó Genç. Y, de esta forma, estas citas despejan la segunda de las amenazas en torno a la opa: la venta de TSB. La operación, pactada a principios de junio con el Banco Santander por un valor de 3.100 millones de euros, requería el apoyo previo de la junta para su validez por estar el banco catalán, precisamente, inmerso en una opa. Con lo que gane, el Sabadell va realizar una distribución extraordinaria de un dividendo de 2.500 millones (0,50 por acción). El pago está previsto para abril de 2026 y el presidente del banco catalán, Josep Oliu, ha lanzado un aviso: si el accionista vende sus acciones antes de esa fecha o acepta la oferta del BBVA, no podrá cobrar el beneficio extraordinario.

Clave

Esto es lo que ha recibido este 6 de agosto el visto bueno de los accionistas, un movimiento clave en la estrategia de la entidad financiera que preside Oliu, porque el reparto de estos beneficios puede decantar a los propietarios del banco catalán hacia la permanencia y rechazar así la oferta presentada por el BBVA. Y es que, con los 50 céntimos por acción, el Sabadell anticipa una remuneración total al accionista de cerca de 3.800 millones en doce meses.

Hasta 2027, el banco prevé distribuir cerca de 6.300 millones, según el plan estratégico que ha presentado en las últimas semanas y con el que pretende reforzar su propuesta de valor como entidad independiente. Desde febrero de 2024, antes de que el BBVA planteara su oferta, el Sabadell mantiene la política de distribuir todos los recursos que superen el 13 % del capital de máxima calidad CET1, un nivel que la entidad considera un colchón suficiente para garantizar su solvencia. Además, la venta le permite focalizar su estrategia en el Estado español, su mercado principal y en el que tiene “mayor capacidad de crecimiento”.

Oliu ha señalado que la venta de TSB es beneficiosa para el Sabadell y que la operación se produce ahora porque es “un momento óptimo” desde el punto de vista rentable. Además, ayuda a clarificar cuál tiene que ser “el proyecto de futuro del Sabadell en solitario”. En 2015, TSB le costó 1.700 millones de libras, algo menos de 2.000 millones de euros.

Aunque los apoyos recibidos no tienen una relación directa sobre la opa, sí dan alguna pista sobre el clima entre los accionistas. En este sentido, la presión crece ahora sobre el banco de origen vasco para que eleve su oferta, un extremo que la cúpula de la entidad financiera ha negado varias veces; la última, la semana pasada.