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Colaboración para acelerar la innovación agroalimentaria

Colaboración para acelerar la innovación agroalimentariaCedida

Vivimos un momento de desafíos sin precedentes en lo que respecta al sector agroalimentario. No solo a nivel regional o nacional, sino también europeo. El cambio climático, la escasez de recursos, la presión demográfica y las demandas de un consumidor cada vez más formado y consciente son algunos de esos retos que ya estamos encarando desde hace un tiempo. Este contexto requiere de un factor crítico: acelerar la innovación y la transferencia de tecnología hacia la industria agroalimentaria para mejorar la competitividad y la sostenibilidad de las empresas. Solo de esta forma podremos abordar el camino hacia el futuro de la alimentación.

Para impulsar esta aceleración, es fundamental fomentar una mayor colaboración entre todos los actores del ecosistema agroalimentario. Empresas, centros de investigación, universidades, administraciones públicas y organizaciones sectoriales deben trabajar de forma coordinada para identificar necesidades, desarrollar soluciones innovadoras y facilitar su adopción en el mercado.

Existen muchas maneras de alimentar ese trabajo colaborativo y todas ellas aportan aspectos positivos para hacer que la colaboración sea efectiva y real. La creación de hubs y plataformas de innovación, es fundamental para identificar necesidades reales del sector, intercambiar conocimientos y experiencias y desarrollar conjuntamente soluciones innovadoras. Estos hubs nos permiten conectar a innovadores, empresas y usuarios finales para desarrollar y validar nuevas tecnologías adaptadas a las necesidades reales del sector. En CNTA, por ejemplo, lideramos desde 2022 Eatex Food Innovation Hub, una iniciativa que cuenta con el apoyo financiero del plan complementario AGROALNEXT, y a través del que estamos promoviendo la transferencia de tecnología y conocimiento con resultados ya visibles de la mano de empresas como GSS o Nippon Gases.

Los programas de aceleración o impulso tecnológico son otra vía que facilita la suma de instituciones, centros de investigación y empresas o startups. Food (Tech)2 Challengers, programa de impulso tecnológico impulsado por CNTA Y financiado por el MAPA, acaba de cerrar su cuarta edición. Por él ya han pasado una veintena de startups que han logrado llevar sus desarrollos y soluciones foodtech al siguiente nivel gracias a una mejora sustancial de su solvencia tecnológica. Sus ideas iniciales se han convertido en retos superados e inspiradores para la industria agroalimentaria. Programas como este, además, son una herramienta indispensable para poner el foco a startups innovadoras y disruptivas y facilitar la validación y el escalado de tecnologías, acelerando así la transferencia al mercado.

Incrementar la inversión pública y privada en I+D+i agroalimentaria es otra manera de fomentar proyectos conjuntos entre empresas y centros de investigación. Si hablamos de I+D+i, para más inri, debemos reivindicar que se cree un marco regulatorio favorable a la innovación. Esto implica simplificar trámites administrativos, ofrecer incentivos fiscales a la I+D+i y adaptar la normativa para facilitar la adopción de nuevas tecnologías, siempre garantizando la seguridad alimentaria y la protección del consumidor.

También podemos hablar del refuerzo de la formación y capacitación del capital humano. Para liderar la transformación de la que tanto hablamos, debemos dotar a los profesionales del sector de las habilidades digitales y tecnológicas necesarias. Y, para lograrlo, existen herramientas y recursos como los programas de formación dual, las iniciativas de colaboración entre universidad y empresa o los planes de atracción de talento.

Nuestro gran objetivo debe ser combinar el conocimiento científico con la experiencia práctica y las necesidades del mercado, ya que de esa forma podremos desarrollar soluciones más efectivas y relevantes para los desafíos actuales y futuros del sector.

En conclusión, la colaboración entre todos los agentes del ecosistema agroalimentario es un catalizador clave para acelerar la innovación en el sector agroalimentario y, por tanto, su competitividad. En ese sentido, es pertinente finalizar esta reflexión con un ejemplo muy ilustrativo de lo que significa la colaboración: el reciente protocolo firmado entre los gobiernos autonómicos de Navarra y La Rioja para impulsar el sector agroalimentario en ambas regiones. Parte de la base de considerarlo como un sector estratégico y de situar la innovación, la transferencia de tecnología y el papel de CNTA como ejes clave para afianzar el sector y apostar por su futuro. Sin duda es un ejemplo concreto y muy positivo de lo que entendemos debe ser la colaboración público-privada con la mirada puesta en el beneficio del sector y de la sociedad, siendo capaces de trascender las fronteras administrativas. l