Amaia y Julen Rodríguez son dos emprendedores que, con visión y determinación, han logrado posicionar Gravity Wave como una empresa pionera en la lucha contra la contaminación marina. Nacidos en Pamplona, su historia comenzó en la localidad alicantina de Calp, donde pasaban los veranos de su infancia. Sin embargo, fue un viaje a Asia lo que marcó un antes y un después en sus vidas y en su carrera empresarial. La experiencia vivida en las islas del sudeste asiático, donde el plástico cubría playas que deberían haber sido vírgenes, les inspiró a crear una solución innovadora para limpiar los mares y puertos.
Con Gravity Wave, no solo han conseguido hacer frente a la acumulación de plásticos marinos, sino que también han logrado generar un impacto positivo mediante la colaboración con pescadores tradicionales, creando un modelo de negocio que integra sostenibilidad, tecnología y economía circular.
En mayo, esta ‘start up’ celebra su quinto aniversario y aseguran que 2025 será un año de grandes novedades: “Vamos a probar cosas que no hemos hecho nunca. Será un año de expansión, con el objetivo de llegar a nuevos países del Mediterráneo para continuar retirando plástico del mar, además de avanzar en innovación e investigación para reciclar cada vez más residuos”.
¿Qué significa emprender en un proyecto con impacto social y ambiental?
Emprender en proyectos con este tipo de enfoque implica crear una empresa cuyo propósito guíe todas sus decisiones. Es un camino sumamente desafiante, ya que requiere encontrar un equilibrio entre la sostenibilidad económica y la ambiental. Además, cuando se trabaja en proyectos pioneros, sin muchos ejemplos previos en los que inspirarse, el recorrido se construye paso a paso. Para nosotros, sin embargo, este enfoque representa el futuro de las empresas. Los retos sociales y medioambientales que enfrentamos abren un abanico de oportunidades para crear iniciativas con impacto. Levantarse cada día sabiendo que tu trabajo contribuye a mejorar el mundo es una satisfacción incomparable.
Navarra está avanzando en sostenibilidad. ¿Ven sinergias entre su trabajo y el enfoque sostenible de la Comunidad Foral?
Observamos muchas sinergias, especialmente con el gobierno, los ayuntamientos y las empresas navarras, en la incorporación de materiales reciclados. Sin embargo, también percibimos que el camino hacia la acción es más largo de lo que nos gustaría. Es fundamental que se premien y bonifiquen los esfuerzos de las empresas y las entidades públicas por consumir productos más sostenibles; esta es la clave para acelerar la transición.
¿Creen que hay oportunidades para aplicar el modelo de limpieza en entornos de agua dulce?
En 2025 comenzaremos a explorar por primera vez proyectos de limpieza en ríos y puntos estratégicos que transportan residuos y plásticos hacia los océanos. Existen muchísimas oportunidades en el ámbito de la gestión de residuos; nos enfrentamos a un problema de gran magnitud que demanda múltiples soluciones y la colaboración de muchas empresas para abordarlo.
¿Creen que el modelo de Gravity Wave podría inspirar a emprendedores navarros a desarrollar proyectos con impacto social y ambiental?
Ojalá sirva como ejemplo para saber que se puede emprender para hacer un bien social y medioambiental sin dejar a un lado la parte empresarial. Hemos trabajado mucho en crear una marca que transmita un estilo de vida y un optimismo de que podemos crear un planeta más sano. Además los dos tenemos y sentimos la responsabilidad de ser un ejemplo y un contacto para la gente que quiera emprender.
¿Cómo imaginan que Navarra podría integrarse en la lucha contra los residuos plásticos y la contaminación?
Navarra debe apostar por el reciclaje local, apoyando a las empresas locales que están realizando un trabajo ejemplar, como Solteco, que lleva años liderando la lucha contra los residuos plásticos y promoviendo la economía circular. Además, es crucial fomentar que aquellas empresas que se comprometen a hacer las cosas bien, desde la incorporación de materias primas recicladas hasta una correcta gestión de sus residuos y la reducción de sus huellas plásticas, hídricas y de carbono, sean premiadas por sus esfuerzos y por los proyectos que realmente generen un impacto positivo.