La evolución del mercado inmobiliario en Navarra plantea retos cada vez más complejos para administraciones, profesionales y ciudadanía. En este contexto, la mirada de quienes operan diariamente en el mercado resulta clave para comprender cómo están influyendo las dinámicas económicas, territoriales y normativas en el acceso a la vivienda.

Idoia García, gerente de Inmobiliaria SLM, ofrece un análisis desde la experiencia directa del sector, con especial atención a la realidad de Pamplona y su comarca, a la transformación de la demanda en los últimos años y al papel que desempeñan la seguridad jurídica y la generación de oferta en el equilibrio del mercado residencial.

¿Cómo definiría 2025 en el ámbito de la vivienda en Navarra?

2025 ha sido un año de fuerte actividad en compraventa y de creciente tensión en el mercado del alquiler. Mientras las operaciones de venta han mantenido una tendencia claramente positiva, el alquiler ha evidenciado un problema estructural de falta de oferta, que se ha ido agravando a lo largo del año.

Desde su posición al frente de Inmobiliaria SLM, ¿qué cambios más significativos ha observado en el mercado de la vivienda en el último año?

El principal cambio es que el mercado empieza a mostrar signos de agotamiento en precios. La demanda sigue existiendo, pero el margen de absorción es cada vez menor. Esto se traduce en que las viviendas correctamente valoradas se venden, pero aquellas que salen al mercado por encima de precio comienzan a necesitar más tiempo o ajustes.

¿Estamos ante una situación similar a la previa a la burbuja inmobiliaria?

No. El contexto actual es muy diferente al de 2008. Hoy existe una demanda real y sostenida y una oferta claramente insuficiente. No hablamos de una burbuja, sino de un desequilibrio entre precios y capacidad adquisitiva que requiere un reajuste, no una corrección brusca.

¿Ha habido diferencias claras entre Pamplona y su comarca y otras zonas de Navarra en cuanto a demanda, precios o tipología de vivienda?

Sí, especialmente en precios. Pamplona y su comarca concentran los mayores incrementos, mientras que en otras zonas de Navarra el mercado se mantiene más estable. En los municipios más pequeños se sigue vendiendo, pero con valores más ajustados a la realidad del comprador.

En cuanto a tipología, ¿qué tipo de vivienda es la más demandada actualmente?

La mayor demanda se concentra en pisos, y de forma muy destacada en aquellos que cuentan con terraza o algún tipo de espacio exterior. Es una preferencia que se consolidó tras la pandemia y que se ha mantenido en el tiempo.

Tras la pandemia, la demanda parecía desplazarse al extrarradio. ¿Sigue siendo así?

No. En un primer momento hubo una clara salida hacia los pueblos y zonas periféricas, pero actualmente la demanda ha regresado mayoritariamente a Pamplona, aunque con criterios más exigentes. El comprador prioriza ubicación, eficiencia y calidad de vida, incorporando elementos que antes no eran determinantes.

¿Cuál diría que es hoy el principal reto del acceso a la vivienda en Navarra?

El principal reto es el acceso al alquiler. Las políticas recientes no han incrementado la oferta y, en algunos casos, han generado el efecto contrario. La consecuencia directa es una reducción de la oferta de alquiler y un desplazamiento de viviendas hacia la venta, el alquiler de temporada o incluso hacia la desocupación. Esto incrementa la presión sobre los precios y dificulta aún más el acceso, especialmente para jóvenes y familias.

¿Qué medidas o iniciativas cree que podrían mejorar el acceso a la vivienda, especialmente para jóvenes y familias?

Es fundamental reforzar la promoción de vivienda protegida y generar un marco de seguridad jurídica que incentive a los propietarios a mantener sus inmuebles en el mercado del alquiler. Asimismo, fórmulas como el alquiler con opción a compra pueden facilitar itinerarios de acceso progresivo a la vivienda.

¿Qué buenas prácticas, públicas o privadas, destacaría como ejemplos a seguir?

Aquellas que fomentan la estabilidad, la transparencia y la corresponsabilidad entre las partes. Un mercado equilibrado necesita confianza tanto del inquilino como del propietario.

¿Qué valor aporta el trabajo de una inmobiliaria profesional en este contexto?

Aporta seguridad, rigor y eficiencia a todo el proceso. Desde la selección y el análisis de la solvencia hasta la gestión documental y contractual, el acompañamiento profesional permite anticipar problemas, reducir riesgos y asegurar que las operaciones se desarrollen con todas las garantías. Este enfoque contribuye a generar relaciones más transparentes, equilibradas y sostenibles tanto para propietarios como para inquilinos o compradores.