Transformación digital, desarrollo sostenible y cohesión social son los tres ejes en los que se fundamente el plan del Gobierno de Navarra para la recuperación y transformación de la Comunidad en los próximos años. El vicepresidente y consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio, José María Aierdi, explica las bases en los que se sustentan las líneas de actuación.

La crisis sanitaria causada por la covid-19, ¿ha generado oportunidades, de cara al próximo año?

Es evidente que 2020 ha sido un annus horribilis absolutamente condicionado por la pandemia de la covid-19. No solo en el aspecto sanitario, sino también en el desarrollo de toda actividad pública, económica y social. Esto ha trastocado al sector público, que además de movilizar ingentes recursos humanos y materiales para proteger a los sectores más vulnerables, está obligado también a acometer una profunda reflexión desde los principios de la solidaridad, la igualdad y la cohesión social. Con la perspectiva de 2021, sí nos ha permitido ver toda esta situación como una oportunidad de cambio, para caminar hacia un modelo más sostenible, integrador, resiliente, humano€ Y es también una oportunidad de acelerar la necesidad de realizar un cambio en el modelo socioeconómico y el sistema productivo, que ya planteamos varias agrupaciones políticas desde hace unos años.

¿La pandemia de la covid-19 ha podido ralentizar la Agenda 2030?

Al contrario; este Gobierno ha aprovechado la ocasión para acelerar los compromisos que ya había asumido a lo largo de la legislatura pasada con la Conferencia de París, la estrategia de desarrollo sostenible (ODS) de la Agenda 2030, los planes para incorporar criterios de lucha contra el cambio climático, las políticas sectoriales, etc. En este sentido, el análisis se ha realizado de manera transversal, implicando al conjunto de departamentos del Gobierno, y planteando tres ejes claves de actuación: la transición digital en las empresas, administración pública y sociedad; la apuesta por el desarrollo sostenible y la transición ecológica con la Estrategia Navarra Green y, por último, el impulso de programas de cohesión social y territorial. En el plano concreto de la Agenda Urbana, debemos dar nuevos pasos en el derecho a la vivienda para todas las personas, en la transformación de las ciudades desde la sostenibilidad urbana y, además, ser capaces de generar un equilibrio entre las zonas urbanas y rurales, de hacer que exista compatibilidad de la densidad urbana con la integración en el paisaje o la ocupación racional del suelo y su combinación de usos.

La edificación eficiente y sostenible es el pilar de la política de vivienda, que incluida en la Estrategia Navarra Green, opta a más de 300 millones de euros del fondo europeo de recuperación y resiliencia Next Generation EU.

Hace 10 años, hablar de vivienda pública significaba hablar de vivienda de compraventa y de desarrollismo del ladrillo, por decirlo de una manera coloquial, sin tener en cuenta la realidad y la demanda social, la apuesta por la rehabilitación y la recuperación de la ciudad construida, una demanda social mucho más diversificada que requiere nuevas respuestas de acceso a la vivienda o los nuevos principios que han surgido en torno a la sostenibilidad urbana, el urbanismo inclusivo o el diseño de espacios públicos. Por ello, ya desde la legislatura anterior imprimimos un profundo giro a la política de vivienda, priorizando la vivienda de alquiler asequible, la rehabilitación energética de edificios y la regeneración urbana. De hecho, desde 2014 hasta ahora hemos triplicado las ayudas en rehabilitación, ya que entendemos que esta apuesta tiene que ir creciendo en el futuro. Los fondos Next Generation EU van a facilitar esta política, siempre que la apuesta esté enfocada en la reducción de consumos, el uso de energías renovables y el impulso de los edificios pasivos o positivos, aquellos capaces de generar más energía de la que consumen.

¿En qué líneas de actuación se centran las acciones de rehabilitación y regeneración urbana?

La política de rehabilitación es una pieza clave para la recuperación de nuestras ciudades, barrios y pueblos, para hacer urbanismo de otra manera, mirando hacia dentro, hacia un tejido urbano integrado y compacto como alternativa a las grandes expansiones urbanísticas en las periferias. Y, además, tiene que tener en cuenta el conjunto del territorio foral; la realidad de las zonas urbanas (Pamplona y su Comarca, Estella Tudela, Tafalla€) pero también integrar otras zonas rurales.

¿Y qué primará en la promoción de vivienda pública?

La apuesta es aumentar el parque de vivienda pública, desde la promoción pública, con la eficiencia energética, la vivienda asequible y la accesibilidad como los tres puntos clave que van a transformar, lo están haciendo ya, el mundo de la construcción para responder a una demanda creciente de alquiler, que suma en la actualidad más de 10.000 solicitudes. No se trata de hacer lo que se llamaba "casas baratas" para las personas más vulnerables, sino de hacer viviendas de alta calidad arquitectónica y constructiva para toda la ciudadana. La vivienda digna es un derecho para todas las personas y así lo hemos desarrollado en la Ley de Derecho Subjetivo a la Vivienda de 2018. Para ello, el nivel de exigencia en las condiciones de confort, prestaciones, reducciones de consumo energético y de emisiones CO2 nos conduce a construir bajo parámetros de Passivhaus y monitorizar todas esas viviendas. A las dos primeras promociones del plan Navarra Social Housing ya entregadas en Mutilva y Ardoi, este mes se suman otras 62 viviendas en Egüés, y a lo largo del año que viene se seguirán entregando otras tantas hasta completar las más de 500. Asimismo, a principios del año 2021 vamos a lanzar un programa específico mediante el derecho de superficie que aúne esfuerzos públicos y privados para aumentar la oferta de vivienda de alquiler. También, plantearemos una tercera fase de promociones para las zonas rurales de menor tamaño.

¿Qué principales cambios vislumbra en el sector?

El proceso de industrialización y robotización de la construcción, en el que el Gobierno de Navarra está inmerso de lleno, va a transformar completamente la manera de edificar que hemos conocido en el último medio siglo. En esta línea, es necesario dar un salto cualitativo que nos va a permitir reducir considerablemente los costes de la vivienda, reducir tiempos e incorporar materias primas locales como la madera, con la consecuente creación de empleo y revalorización de un recurso local. Estos momentos, el 50% de las promociones que estamos lanzando ya cuentan con estructuras, cubiertas y fachadas de madera como elemento estructural y diferencial. Pero, a su vez, la incorporación de los procesos industrializados nos va a permitir incorporar a la mujer en este sector, dado que requerirá profesionales cualificados frente a otros puestos de trabajo más físicos.

Las energías renovables son otro aspecto a tener en cuenta, más en una Comunidad como la nuestra que siempre ha estado liderando el sector. ¿Cómo es su integración en la vivienda?

El objetivo es reducir en Navarra el nivel de emisiones netas de CO2y de los demás gases de efecto invernadero en, al menos, un 45% para 2030 y un 80% para 2050 con respecto a las emisiones de 2005 y, además, reducir un 10% el consumo de energía, y que el 50% de la que se consuma en la Comunidad Foral sea renovable -ahora representa el 22% de la energía global que se produce en nuestra comunidad-. No obstante, la propia UE recientemente ha incrementado el nivel de exigencia al 55%. Y, en este sentido, la política de vivienda y la movilidad tienen un papel fundamental. Además, con el uso de las energías renovables podremos conseguir territorios vivos en los que la actividad económica sea una realidad y los espacios sean sostenibles. También, en este aspecto es relevante señalar que la pandemia ha cambiado las preferencias de los usuarios en materia de vivienda, priorizando el entorno rural. Esto se traduce en un mayor equilibro del territorio y en una mayor apuesta por la biodiversidad, abriendo la necesidad de reflexionar sobre las políticas medioambientales y de analizar la estrategia de ordenación del territorio que evite la despoblación de las zonas rurales. Es decir, el desarrollo por el desarrollo desde un punto de vista exclusivamente económico no sirve. Las personas tienen que estar en el centro de todas las acciones.

¿Cómo se logra un equilibrio entre la implantación de energías renovables y la sostenibilidad del entorno rural?

Tenemos que aprovechar todas las energías limpias disponibles, más aún en una Comunidad en la que la diversidad de entornos nos permite afrontar esos proyectos de manera muy diferente respecto a otras regiones. No se trata de producir más, sino de ir sustituyendo progresivamente las energías fósiles por las renovables (hidráulica, solar, eólica, fotovoltaica...) y de implantar parques de generación de una manera ordenada, sostenible, integrada y respetuosa con el territorio. Ello nos exige un esfuerzo de análisis del impacto que pueda producir todos esos proyectos en nuestro territorio y de combinar las acciones en función de cada zona. Un diagnóstico que se desarrolla de manera transversal entre los diferentes departamentos implicados (Medio Ambiente, Desarrollo Rural, Industria, Ordenación del Territorio, etc.). Quizás falta una mayor cohesión en mesas sectoriales o encuentros que diagnostiquen y analicen la situación y la importancia de las EERR como generadores de actividades económicas, así como de su impacto en el entorno. Creo que el equilibrio es posible y que la necesidad de sentarnos y trabajar todos los agentes implicados no es sólo una mera intención.

¿Qué papel juegan los espacios de actividad económica, los polígonos industriales, en la regeneración urbana?

El equilibrio debe establecerse en todas las zonas de la Comunidad Foral, ya sean en zonas urbanas como en áreas rurales. Hoy en día no basta con urbanizar los polígonos si no se tienen en cuenta un nivel de servicios que permita la implantación de empresas tractoras, además de ofrecer servicios energéticos -principalmente, banda ancha- que permita que esos núcleos locales sean competitivos, a la vez de convertirse en atractivos para la población como lugares de residencia

"La industrialización de la construcción va a permitir la incorporación de la mujer al sector, que busca perfiles más cualificados"

"La vivienda asequible, eficiente, accesible y de alta calidad constructiva es un derecho de toda la ciudadanía navarra"