ntrabamos en un año 2020 esperanzador, después de cinco años de una recuperación lenta pero positiva, después de una crisis que nos afectó a todos. Para la hostelería fue un inicio de año con continuo movimiento, buenas previsiones y reservas para lo que parecía un año de afianzamiento. Pero ni en la peor de nuestras pesadillas nos podíamos imaginar lo que se nos venía encima. Las discotecas, salas que vivimos del baile y donde se congregan en poco tiempo gran número de personas, fuimos de manera voluntaria y solidaria los primeros en cerrar€ y con el paso del tiempo vimos que fuimos los últimos en abrir. Los primeros en cerrar porque en nosotros después de muchos años de experiencia tenemos intrínseco la responsabilidad y sensibilidad desarrollada de una manera especial. Sabemos lo que es manejar cientos de personas, bailando, bebiendo y con todo lo que ello supone€ y viendo lo que venía con la covid preferimos cerrar sin que nadie nos tuviera que obligar a hacerlo.

Tras muchos meses de bandazos donde nada ni nadie sabía bien cómo actuar, incluida Salud y Gobierno, se reinicia la actividad dejándonos olvidados porque se entendida que podíamos ser lugares donde no se respetaría la distancia interpersonal. Después de mucho trabajo en el sector, junto con las asociaciones regionales y nacionales, sacamos adelante protocolos higiénicosanitarios que más adelante son aprobados por el Ministerio de Sanidad, para una apertura segura. Tanto es así, que después de un mes de apertura de final de junio a final de julio, con el paso de cientos de personas por nuestras salas, no se detecta ningún brote ni contagio. Pero de nuevo a finales de julio los casos empiezan a repuntar a nivel nacional y somos de nuevo el único sector que de manera voluntaria cerramos para así poder aportar nuestro granito de arena en la contención de los contagio. Pero cuál es nuestra sorpresa que nuestro Gobierno, el Gobierno de todos los Navarros, en vez de valorar nuestros actos responsables sacan adelante una Ley Foral, no una orden, donde nos cierran sin causa justificada ni demostrada. No solo se queda en esto que ya es bastante grave, sino que en la Ley no habla de fecha de apertura y de un futuro al cual aferrarnos, ya sea solo para un consuelo. Así que tenemos que vivir sabiendo que cerramos, volvimos a abrir adecuando las salas a las nuevas normativas con cuantiosas inversiones (sin ayuda alguna para ellas por parte de Ayuntamiento ni Gobierno) y nos vuelven a cerrar con los almacenes llenos y los bolsillos vacíos. Y así, hasta el día de hoy!!!

Propuestas

En un primer momento lo que sale de cada uno de nosotros es pedir que nos dejen trabajar. No queremos que nos regalen nada, porque nadie regala nada en la vida€ y si te dan algo sabes que te lo van a quitar por otro lado tarde o temprano. Pero la situación se fue empeorando a nivel de contagios y la apertura de nuestras salas es más incierta que nunca. Es por ello que lo único que pedimos es que a ingresos cero, gastos cero. Desde el inicio de la pandemia solo hemos tenido la oportunidad de abrir durante tres semanas, en pleno mes de julio. Casi todos nos hemos tenido que ver envueltos en préstamos de grandes cantidades para poder pasar por lo menos el año. Porque si no es el alquiler son los prestamos (en locales de media de 800 metros con grandes exigencias técnicas de sonido y evacuación) pero todos los meses aparte están los gastos fijos que no cesan. Impuestos como el de actividades Económicas (IAE), que no se entiende cuando nuestra actividad está cerrada. Impuestos como la contribución Urbana, de locales que no pueden explotar su actividad. Gastos de Mancomunidad, un servicio que no hemos tenido que usar, gastos fijos de luz, alarmas, extintores, seguros y un largo etcétera para que luego el Gobierno diga públicamente que es la comunidad que más ha dado a la Hostelería con cifras de 70 millones de euros. Donde incluye parte de los ERTE (que es una ayuda para el trabajador), los Prestamos Covid (donde las empresas pagan unos interés y en marzo hay que empezar a devolverlos sin haber facturado nada), la exención del autónomo durante solo unos meses y una paga de 2.200€ para los 10 meses que llevamos cerrados. Luego sacan a la luz los 20M en ayudas con máximos de 25.000€ por empresa, sabiendo de sobra que esto no nos rescata del agujero que nos han metido.

Pero lo más preocupante de todo en la falta de un plan de futuro. Un plan sobre lo que empezar a trabajar y establecer unas bases que nos den luz en este horizonte tan negro. Elaborar un plan con aforos y horarios. Están perdidos y sin rumbo. Nadie dice que sea tarea fácil gestionar esta situación tan excepcional, pero tiempo han tenido para equivocarse y rectificar. Tiempo para contar con el trabajo de la hostelería y de la mano construir un camino juntos. Y eso ni se ha hecho ni parece que haya intención de hacerse.

Objetivos

Los objetivos del 2021 seria poder abrir de manera segura y sin pasos hacia atrás. Siguiendo un plan de apertura con aforos y horarios de desescaladas. Que el gobierno trace un plan de rescate de las discotecas con ayudas y exenciones de impuestos, haciendo así más fácil su recuperación. (Bajada del IVA). Todo ello acompañado de una legislación que regule los alquileres en estos casos tan excepcionales.