La CAV y Navarra han posibilitado una importante tasa de descarbonización en su industria en las últimas cuatro décadas, lo cual ha requerido de un fuerte proceso de reconversión y de la reducción constante del consumo de carbón. Ahora, ambos territorios se enfrentan al ambicioso objetivo de desligar su demanda y crecimiento económico de las energía fósiles, concretamente del gas y del petróleo, con un peso aún importante en el mix energético.

Para ello, tanto Navarra como la CAV han iniciado el camino hacia la transición, apostando de forma decidida por las energías limpias. Así, la CAV y Navarra han asumido un cambio de modelo energético que mira hacia la eficiencia y el respeto medioambiental.

Esta opción conlleva innumerables ventajas:

  • ahorro de costes en procesos de compra
  • independencia en el suministro frente a otros países
  • la creación de un tejido industrial líder en I+D+i
  • la contribución de la CAV y Navarra a un sistema energético sostenible y eficaz en la lucha contra el cambio climático.

El mix energético de Euskadi ha variado enormemente desde la década de los 80. Esa transformación ha sido posible gracias a distintas herramientas de actuación, como la ‘Estrategia Energética de Euskadi 2020’ (3E2020), que posibilitó la expansión del uso del gas natural para la producción de energía eléctrica en detrimento del carbón o del petróleo, como paso intermedio hacia energías no contaminantes. Y el actual ‘Plan de Transición Energética y Cambio Climático 2021-2024’ (PTECC 2021-2024), que centra ahora sus esfuerzos en aumentar la cuota de energía renovable para limitar al máximo la emisión de gases de efecto invernadero.

Y es que, el ‘Avance del informe del sistema eléctrico español 2021’ de Red Eléctrica (REE) señala que la generación de electricidad en la CAV experimentó un aumento del 10,7 % el pasado año respecto al ejercicio anterior, alcanzando los 6.830 GWh. Del total, el 46,7 % tuvo su origen en el ciclo combinado, que utiliza gas natural para producir electricidad, y el 28,8 %, en la cogeneración.

Estos datos dejan patente que las tres plantas térmicas de ciclo combinado existentes en Bizkaia -en Zierbena, Santurtzi y Amorebieta- fueron responsables prácticamente de la mitad de la generación de energía eléctrica en Euskadi. A la cola se situaron la energía hidráulica (5,7 %), los residuos renovables (4,8 %) y la energía eólica (4,4 %). De esta manera, el año pasado solo el 16,7 % de la producción de energía eléctrica en Euskadi fue renovable: 1.138,7 GWh. Eso sí, esta cifra supone un 13,9 % más que en 2020, gracias al impulso específico de la tecnología hidráulica.

La segunda posición del mix vasco la ocupa una tecnología con fuerte presencia en el territorio: la cogeneración, en la que participan más de 80 plantas en todo Euskadi con importante presencia en el sector industrial. En esta línea, grandes empresas, como Petronor o Michelín, cuentan con instalaciones propias capaces de producir energía a través del gas y reducir así su factura eléctrica.

Sólo el 16,7% de la producción de energía eléctrica en LA CAV fue renovable

Si se tiene en cuenta que entre los objetivos fijados por la CAV para su mix energético de cara a 2030, destacan el incremento de la cuota de energías renovables hasta el 21 % en consumo final, un ahorro del 17 % en energía primaria en el periodo 2016-2030, o la producción de un 40 % de suministro eléctrico mediante cogeneración y renovables, queda aún trabajo por hacer. En la transición energética, el sector eléctrico juega un papel decisivo. Y dentro de éste, cobran especial relevancia las energías renovables a la hora de reducir las emisiones de CO2.

La potencia eólica en Navarra

Y si en Euskadi llama la atención la contribución hidráulica a las energías renovables, en Navarra la energía eólica impulsa el peso de las fuentes limpias en el mix energético. De hecho, en 2021, la comunidad foral incrementó la producción de energía renovable un 22 % gracias al viento y aumentó la producción de energía eólica en un 35,7 %, convirtiéndose así en la segunda fuente de generación del territorio, solo por detrás del ciclo combinado, responsable del 40,5 % del total, tal y como indican los datos recogidos por REE. No es de extrañar que el 56 % del parque navarro sea renovable y que la eólica suponga un 41,8 % del total de esa cuota. Un peso que solo superan, a nivel estatal, Castilla y León, y Aragón. Además, la energía hidráulica representa el 7,6 % de la potencia instalada en la región.

El 56% del parque navarro es renovable y la eólica supone un 41,8% del total de esa cuota

En Navarra, las energías renovables produjeron el 49,2 % del total de la electricidad en 2021. Esta cifra acerca al territorio aún más al objetivo de 2030 de lograr que al menos un 40 % de la generación del total de la energía sea por medio de renovables. La comunidad foral quiere comenzar a ser independiente energéticamente y para eso necesita reducir drásticamente la demanda de carbón, petróleo y gas natural.