El sector de la construcción tradicional está atravesando un periodo de profundos cambios en los que conviven la inestabilidad y la búsqueda de nuevos horizontes. Según revela un informe impulsado por BBVA Research (enero 2024), la escasez de mano de obra es uno de los principales aspectos que está frenando el desarrollo de este campo, sobre todo en el caso de los trabajos especializados y las edificaciones verticales. Este déficit abarca más allá del contexto español y se repite en otros países de la Unión Europea como Alemania y Francia. De hecho, la construcción es el ámbito en el que más se ha incrementado la cifra de vacantes que no consiguen cubrirse desde el 2016.
El promedio de edad de la plantilla ha pasado de 37,3 años en 2007 a 45,1 en 2022.
En el mismo estudio se subraya el envejecimiento de los profesionales de la construcción en España, un factor que se vuelve especialmente palpable si se tiene en cuenta que el promedio de edad de la plantilla ha pasado de 37,3 años en 2007 a 45,1 en 2022.
En términos generales, las empresas constructoras hacen referencia a la “falta de demanda”, y achacan esta situación a causas de diversa índole como las condiciones meteorológicas, la falta de equipamiento apropiado y la dificultad para incorporar nuevos trabajadores.
No obstante, el sector de la construcción en España podría estar iniciando un lento pero sostenido proceso de remontada, y es que en el pasado 2024 se registró un 1,5% de crecimiento (cifras facilitadas por ING). Las entidades constructoras vuelcan sus esperanzas en que la cartera de pedidos se expanda gracias a las nuevas emisiones de permisos residenciales y no residenciales, además de las inversiones procedentes de los fondos de recuperación de la Unión Europea.
La importancia de la formación
En este contexto se vuelve más necesaria que nunca la apuesta por la formación específica de los profesionales y el refuerzo de la oferta educativa enfocada hacia el aprovechamiento de las nuevas tecnologías y la robotización. También se habla ya de un intento de recuperar la figura del “aprendiz”, a fin de que los estudiantes de Formación Profesional o FP puedan acceder al mercado laboral mucho más pronto y no migren hacia otros sectores.
Revolución industrializada
Las tendencias de futuro en este sector podrían estar protagonizadas por el auge de la construcción industrializada, un modelo que ofrece considerables ventajas medioambientales. Entre ellas destacan el menor consumo de energía y agua, la reducción de la huella de carbono, el uso de materiales reciclables (y bases estructurales de hormigón, acero o madera) y una mayor eficiencia energética en las viviendas realizadas de forma industrial.
Otros puntos a favor que presenta la construcción industrializada son la ejecución simplificada y la precisión, de modo que la producción de los componentes en las fábricas se convierte en sinónimo de un mejor control de calidad. Desde el primer momento se conocen con exactitud las unidades, características y precios del proyecto. A partir de ahí, dichas piezas son trasladadas a su localización definitiva, donde se ensamblan para crear edificios más sostenibles.
La producción de los componentes en las fábricas se convierte en sinónimo de un mejor control de calidad
Los módulos prefabricados permiten acortar el tiempo en obra, y la estandarización de procesos ayuda a abaratar costes a la vez que se refuerzan las medidas de seguridad para prevenir los accidentes laborales. Además del uso de la maquinaria de precisión, en este enfoque cobra especial relevancia el papel tanto de los ingenieros como de los arquitectos, ambos perfiles con un elevado nivel de formación específica. Esta es precisamente una de las diferencias principales respecto a la edificación convencional, que a menudo recurre a la mano de obra dotada de escasa cualificación.
Por el contrario, la construcción industrializada trabaja mano a mano con las nuevas tecnologías como es el caso de los datos en la nube o el Building Information Modeling o BIM, un sistema en el que toda la información del proyecto se centraliza en un único modelo digital y se gestiona a nivel colaborativo. Esta innovación podría llamar la atención del talento joven y paliar los efectos del envejecimiento de la fuerza laboral.
Del taller a la obra
Algunas de las nuevas especialidades que engloba este tipo de construcción son la prefabricación de componentes en fábrica, la automatización y la construcción modular. Esta última se refiere a la construcción de secciones por separado y a su posterior enlazado en la ubicación definitiva para conformar una sola unidad.
Las nuevas tecnologías en esta actividad también podría suponer una mejora significativa en las condiciones laborales de los trabajadores al reducir los esfuerzos físicos y los riesgos a pie de obra
No sorprende observar que el catálogo de capacitaciones destinadas a equipos y profesionales independientes se encuentre en pleno desarrollo y afloren plataformas como Sismo Academy, pioneros de la construcción industrializada en España. En muchas de estas formaciones se incide también en materia de digitalización, logística, robótica e impresión 3D, entre otras certificaciones relacionadas con las maquinarias y la salud de los profesionales.
En la misma línea, la implementación de las nuevas tecnologías en esta actividad también podría suponer una mejora significativa en las condiciones laborales de los trabajadores al reducir los esfuerzos físicos y los riesgos a pie de obra. De igual manera se fomentarían los entornos de trabajo controlados bajo cubierta, justo lo contrario a los espacios sometidos a las inclemencias del tiempo.