- Estos dos años de pandemia y de suspensión de fiestas de Santa Ana están encubriendo muchos aniversarios y celebraciones que pasarán sin pena ni gloria ni serán celebrados. Como ejemplo se cumplirían 80 años desde que Luis Gil Lasheras, el que fuera director de la Banda Municipal de Tudela, creara la última Revoltosa, que, a la postre, sería la que quedaría para el baile nocturno que se realiza en torno al kiosco.

Un aniversario más cercano es el cambio de ubicación del lanzamiento del cohete anunciador de las fiestas de Santa Ana, algo que durante unos 25 años se estuvo celebrando en la plaza Vieja pero que hace 40, en 1981, volvió definitivamente a la Casa del Reloj.

Se puede decir volvió porque frente a lo que se cree, anteriormente a 1956 el cohete o los cohetes (porque en la década de los 40 solían ser varios) se lanzaban desde la Casa del Reloj aunque hablaban de ella como "la Casa del Ángel" dado que el templete de donde sale el niño con alas en Semana Santa se coloca en el segundo piso de este edificio.

Así pues, hace 40 años, el 24 de julio de 1981, la plaza Vieja de Tudela se vestía con sus mejores galas para acoger el último lanzamiento del cohete anunciador de las fiestas de Tudela.

El entonces alcalde Alberto Tantos (PSN), que se había hecho con la alcaldía en octubre de 1980 tras la dimisión de su compañero socialista Paco Álava, fue el encargado de prender la mecha de aquel último chupinazo lanzado desde el balcón del Ayuntamiento en el que era, además, su debut ante una mecha.

En aquellos años el clima política era especialmente tenso. Apenas cinco meses atrás, el ínclito Tejero había entrado pistola en mano en el Congreso de los Diputados para intentar deponer al Gobierno elegido en las urnas e instaurar una cámara militar, seguramente con el rey al frente, que guiara los destinos del país.

Así que, dado que el PSN era entonces un partido más guerrero y los tiempos políticos también eran otros, no resulta extraño que según las crónicas, Tantos llegara a saludar al respetable con el puño en alto, desde el balcón donde los timbaleros estrenaban sus trajes. Los periódicos de la época indicaban cómo, "el alcalde saludó levantando la mano izquierda y en un momento determinado cerró el puño". "Su salida fue recibida por los de la Plaza con muestra de júbilo y gritó : 'Tudelanos, Viva Santa Ana', 'Viva Tudela' y 'Felices Fiestas'", ni qué decir tiene que son muchos menos vivas que los que ahora se entonan a diestro y siniestro. "Sonaron las trompetas y estalló el primer cohete. El alcalde saludó levantando la mano izquierda y en un momento determinado cerró el puño".

El comienzo de la fiesta llegó con la tradicional polémica de las banderas, algo que se ha repetido a lo largo de la historia en numerosas ocasiones. El concejal centrista Juan Moya se negó aquel año a estar presente durante el lanzamiento del cohete: "Ahora voy a presenciar el cohete desde la plaza, como un ciudadano más y no acudiré a ningún acto en Corporación con el Ayuntamiento" y basaba su decisión en "la fobia española que parecen tener algunos concejales". Según explicó, el Ayuntamiento no había colgado ninguna enseña nacional ni en el balcón consistorial ni en la Casa del Reloj.

En realidad se habían encargado 26 banderas de Tudela y se habían adornado todos los balcones de la Casa Consistorial y de la plaza de Los Fueros, no habiendo dejado ninguna roja y gualda. Cómo anécdota esas colgaduras reflejaban mal la bandera de Tudela ya que en lugar de llevar la cruz en un extremo estaba situada en el centro de la misma, por lo que la Casa del Reloj parecía haberse convertido en "un dispensario de la Cruz Roja", decían los diarios.

Más allá de las colgaduras, un par de años antes se habían eliminado de la fachada del Ayuntamiento los emblemas que adornaron la Casa Consistorial durante la Dictadura ("Viva Cristo Rey", "Viva Franco", "Viva Navarra", "Franco" y "Mola") por lo que aún se apreciaban los desconchones que había dejado su retirada.

Ese día del cohete se iba a hacer además un homenaje al joven de 16 años Rudi Ortiz, que días antes había salvado la vida de una niña que estuvo a punto de ahogarse en la piscina. Sin embargo, el bueno de Rudi prefirió disfrutar del día del cohete con sus amigos,se fue de marcha con una charanga y no apareció en el Ayuntamiento para su homenaje, por lo que se le citó para el día siguiente.

El presupuesto que tenía el Ayuntamiento de Tudela para organizar aquellas fiestas era de 5 millones de pesetas, lo que al cambio de hoy serían 30.000 euros.

La clave para trasladar el cohete de nuevo a la plaza de Los Fueros se encontraba en que en diciembre de ese año 1981 la torre de la catedral iba a tener un enorme corsé de andamios para su restauración y el temor de los corporativos era que las mallas que la recubrían pudieran arder si caía alguno de los cohetes; ya en la historia se había perdido una torre en la catedral de Tudela. Tantos explicó que "es una medida provisional que se cambiará el año que viene", refiriéndose a que en 1983 se volvería a la plaza Vieja. Algo que nunca fue así, se trasladó para siempre a la plaza de Los Fueros dado el éxito que tuvo allí y la amplitud del lugar para acoger a más gente. "Ello no quiere decir que el hecho se convierta en un hábito, sino que cuando ya la Catedral este libre de obras, el cohete volverá a ocupar su lugar correspondiente en el balcón central de la Casa Consistorial", decían en 1982, el hecho se convirtió en un hábito y ya no se volvió.

Sin embargo, nadie entonces explicó que la plaza de Los Fueros ya había sido un lugar temporal donde lanzar el cohete, aunque la tradición de prender una mecha para anunciar que empezaban las fiestas en honor de Santiago y Santa Ana se inició en la Casa Consistorial.

Según se puede ver en las publicaciones de la época, era habitual que se lanzaran varios cohetes a las 12 del mediodía, algo de lo que se encargaba cualquier trabajador y nadie en concreto. El 24 de julio de 1943 "a las 12 de la mañana", los diarios apuntan que "hubo gran volteo de campanas como anuncio del comienzo de las fiestas en honor de Santa Ana. También se dispararon multitud de cohetes" y se realizaba desde el Ayuntamiento. Dado que no se nombra como algo especial hay que pensar que también anteriormente se hacía, si bien es la primera referencia escrita que existe.

Hay que remontarse hasta 1947 para leer la primera ocasión en que hablan de cohete en singular, como algo único, "sonó el primer cohete anunciador de nuestras tradicionales fiestas". No se hace referencia a varios cohetes. En 1950, sin que se explique ninguna razón se trasladó a la Casa del Reloj y las crónicas hablaban de que "se rompió la tradición de disparar del Ayuntamiento", pasándose a la "Casa del Ángel". A partir de entonces el cohete comenzó a tener un protagonista y un nombre propio que en esos años fue el teniente de alcalde José Calonge. Así lo lanzó en 1951, 1952, 1953 y 1954, si bien en 1955 el alcalde, Daniel Solano, le tomó el relevo y lo haría también en 1956 desde la misma Casa del Reloj.

Pero ya el acto era una cosa oficial en el programa (según Luis María Marín Royo apareció en el programa de 1954) y se creyó necesario darle la importancia suficiente como para pasarlo al Ayuntamiento, ya que ya entonces la Casa del Reloj se encontraba en un estado regular. Así en 1957 el alcalde Daniel Solano volvió a tirar el cohete desde el balcón del salón de plenos, a donde se habían mudado en el año 1950.

Sin embargo cuando en 1982 volvieron a la plaza de Los Fueros nadie recordó que ese lanzamiento ya se había realizado desde allí varias décadas atrás.

Cine. Ese año se estrenó en Tudela la película La vida de Brian.

Hospital. A mediodía del 23 de julio de 1981 "en el término de Cabezo Malla", tuvo lugar la colocación de la primera piedra del edificio que iba a ser Hospital Comarcal de Tudela. Al acto asistieron las primeras autoridades provinciales, presidente dela Diputación Foral, Juan Manuel Arza; gobernador civil, Francisco Javier Ansuátegui; diputado de Sanidad, Angel Lasunción; alcalde de Tudela, Alberto Tantos, la Corporación municipal, parlamentarios y alcaldes de los ayuntamientos riberos.

Corporación. Alberto Tantos Bordonaba, José Antonio Pérez Sola, Mª Gracia Ribas Colomer,

Milagros Rubio Salvatierra, Juan Moya Arderius, Ana Funes Castro, Eduardo Pérez Ordoqui, José María Lacarra Riega, Enrique Castel-Ruiz Calvo, Fernando Yanguas Zardoya, Ignacio Milagro Calvete, Mª Carmen Aparicio Urmeneta, Andrés Escribano Boldoba, Angel García Blanco, Javier Cordón Garnica, Pedro Beamonte Rodrigo, Antonio Bueno Navarro, Javier Otano Cid, Ines Redondo Gamen, Manuel Ucar Catalán, José María Cuadra Gracia.