Red Bull y el actual líder del Mundial, el neerlandés Max Verstappen, necesitan reaccionar este fin de semana en el Gran Premio de Estados Unidos, decimonovena cita de la temporada que se disputa en el Circuito de las Américas, para superar un examen vital y no jugar con fuego en la carrera por el título, en la que aprietan también McLaren y el británico Lando Norris, obligado a no fallar para agotar sus opciones de aquí a final de año.
Después de un parón de tres semanas y ya con el triunfo de Norris en Singapur muy lejos, el Gran Circo vuelve a escena con todo por decidir cuando restan solo seis carreras. La pelea será entre dos candidatos principales: el líder Verstappen (331 puntos), que aspira a su cuarto título consecutivo, y Norris (279), con la obligación y necesidad de recortar las 52 unidades a favor del neerlandés. Aún restan tres sprints, siendo este el primer de ellos, y 177 puntos claves, pero el COTA será un reflejo del final del destino del campeonato. Y todos los equipos han incorporado mejoras aprovechando esta larga pausa, aunque son los energéticos, con una racha de ocho carreras sin ganar, desde el GP de España en junio, los que deben dar un paso adelante para devolver a Mad Max (tres podios en las últimas ocho carreras) una máquina competitiva contra los versátiles McLaren, y para no sufrir en la recta final.
Los pilotos tendrán solo una hora de entrenamientos libres para probar las nuevas mejoras, porque es fin de semana con esprint, con su calificación, el viernes, y carrera, el sábado. Además, no se esperan lluvias, pero si calor, con temperaturas por encima de los 30º, por lo que la degradación apunta a ser clave para el devenir de la carrera.
Será una nueva oportunidad para un Carlos Sainz, quinto en la clasificación (190), que ya logró estar en el podio el año pasado, y busca despedirse con triunfo de la Scuderia.