– La Jefa del Área de Regeneración Urbana del Departamento de Nasuvinsa, Ana Bretaña, explica el por qué es necesario abordar un nuevo modelo de rehabilitación de viviendas.

Está clara la apuesta estratégica del Gobierno de Navarra por la rehabilitación y la regeneración como uno de sus ejes centrales de las políticas públicas de vivienda.

–Sí, sin duda. La regeneración energética de entornos urbanos construidos es el principal reto al que nos enfrentamos en materia de vivienda. Desde Nasuvinsa somos muy conscientes de que la vivienda tiene un enorme valor de cohesión social y, en ese sentido, la rehabilitación a día de hoy es una actuación pionera dentro de la política del Gobierno de Navarra. Orientando tanto desde el punto de vista de la eficiencia energética como de accesibilidad. Nuestro objetivo a 2050 es conseguir un parque edificado, descarbonizado y accesible.

¿Cuál es el objetivo de esta rehabilitación energética por la que tanto se está apostando desde Nasuvinsa?

–Somos conscientes de que nos enfrentamos a un cambio de modelo. La transformación de las ciudades no puede producirse de forma espontánea de portal a portal. Por ello, estamos apostando por actuaciones a una escala mayor, a una escala de barrio. En este sentido, el papel de las administraciones locales es clave. A su vez, se han firmado convenios con 50 municipios de Navarra y las actuaciones buscan la regeneración energética de entornos, sobre todo de vivienda social, construida entre los años 50 y 80.

Eres la responsable del Área de de Regeneración Urbana de Nasuvinsa. Pero... ¿qué es la regeneración urbana? ¿Cuáles son sus objetivos?

–Por una parte están los procesos de cohesión social y la regeneración de entornos. La recuperación de entornos que, a día de hoy, están sometiéndose a procesos de deterioro. Pero el aspecto más importante es que a nivel político hace falta una apuesta por una política energética adecuada. Es decir, al final conflictos como el de Ucrania nos hacen ser conscientes de que tenemos que reducir al máximo el consumo de nuestras edificaciones y reducir la dependencia energética. Pero otra parte se contextualiza en una situación de emergencia climática. Venimos hablando estos últimos años de ciclogénesis, inundaciones, olas de calor, incendios forestales... El cambio climático es una realidad y necesitamos que nuestras y nuestros ciudadanos tengan viviendas adaptadas a este nuevo clima y, sobre todo, orientadas a mitigar el cambio climático reduciendo el consumo de Co2.

Nasuvinsa camina hacia un modelo pionero, innovador, en gestión integral...

–En colaboración con los ayuntamientos, con los que ya llevamos trabajando desde hace muchos años, hemos sido seleccionados a nivel nacional por varios ministerios como ejemplo de buenas prácticas en el modelo de gestión integral. Al final, el planteamiento es apostar por un perfil nuevo, que son equipos gestores localizados en el propio territorio, que acompañan al ciudadano en su proceso de transformación. Ofrecemos un acompañamiento técnico, financiero y social, en el sentido de que la Administración sale a la calle en colaboración directa, tanto con el sector privado como con las administraciones locales. Les facilitamos todo a esos vecinos y vecinas que están comprometidos con este proceso de transformación. Nos encontramos ante una oportunidad especial: es el momento de emprender proyectos de rehabilitación integral aprovechando las ventajosas ayudas públicas.

Dentro de estos grupos especializados que salen a la calle tenemos a ELENA-PRIMAVERA: una red territorial de 16 profesionales que dan servicio, apoyo a entidades locales, comunidades vecinales y propietarios unifamiliares con ventanas distribuidas en todas las Merindades.

–Sí, ese es el objetivo. La experiencia previa de Nasuvinsa nos había demostrado que en aquellos entornos en los que existen estos equipos de gestión la rehabilitación escala de forma exponencial. De hecho, un buen ejemplo es el barrio de la Chantrea de Pamplona. Con el proyecto ELENA-PRIMAVERA todo este apoyo se ha conseguido trasladar al ámbito foral. Es el proyecto de regeneración energética más extenso a nivel nacional a día de hoy. Es un servicio nuevo que complementa a las actuales ORVEs, pero que está mucho más focalizado en entornos que presentan una mayor vulnerabilidad y en los que es difícil que la iniciativa privada vaya a actuar de forma independiente.

De hecho, Biziberri es el primer Plan Foral que extiende la rehabilitación energética y regeneración al conjunto de las comarcas de Navarra.

–El plan Biziberri es un plan bastante ambicioso. Siendo conscientes de que con la rehabilitación son todo ventajas y beneficios, también sabemos que tiene dos dificultades. En primer lugar, son actuaciones costosas, una rehabilitación profunda supone una inversión importante. Y en este contexto, una de las líneas fundamentales del plan Biziberri es ese apoyo económico a estos primeros vecinos que se animen a rehabilitar: con subvenciones a fondo perdido, un tratamiento fiscal excepcional, además de la posibilidad de búsqueda de financiación. Entonces, el plan Biziberri se orienta en esas seis medidas que se han publicado, que es un momento de ayudas extraordinarias. Y por otra parte, son actuaciones complejas. Es otra dificultad de la rehabilitación. Y en esas actuaciones complejas, en esa idea de facilitar el proceso, está la labor de las ORVEs de una forma generalista para cualquier ciudadano que quiera rehabilitar su vivienda. Y también los equipos ELENA-PRIMAVERA, que se focalizan en aquellos entornos en los que las administraciones locales nos han dicho que están interesados en priorizar la rehabilitación.

Existen, como señalamos, siete líneas de ayudas.

–Por su carácter innovador, me parece importante mencionar la línea de barrios. Lo que hemos ido aprendiendo en los últimos años es que en un primer momento se partía de ayudas muy dirigidas a la vivienda, y de la vivienda se dio el salto a las comunidades de propietarios. Pues bien, con este programa de barrios se da el salto ya no solo a un portal, sino a un grupo homogéneo de portales en un entorno que, apoyados desde su administración local, rehabilitan de una forma coordinada un entorno en el que además se incluyen actuaciones de urbanización.