Cuatro emprendedores de éxito abordan los retos de futuro de un sector en continuo cambio
Los empresarios hablaron en Foro Hiria de los desafíos que supone el pequeño comercio, sin perder la esencia del trato con el cliente
El comercio local en Navarra lucha por mantenerse y adaptarse a los nuevos tiempos. Se calcula que hay 7.000 en la Comunidad Foral y, ayer, como ejemplo, cuatro emprendedores navarros relataron sus experiencias de negocio, modelos con éxito en los que cercanía e innovación van de la mano. Los tiempos han cambiado para el sector comercial, como dijo ayer por la mañana la Gerente de la Asociación de Comerciantes de Navarra, Inma Elcano: “Antes nos venían a comprar al comercio, ahora tenemos que salir a vender”. Y en ese reto, la digitalización de estos negocios locales es esencial.
Amaia Bezunartea, del establecimiento de moda y complementos Hope de Olite; Luis Baines, de la Tiendita del Vino, situada en el Mercado del Ensanche de Pamplona; María Muguerza, al frente de los comercios Uro de Estella y Lodosa, que, además, acaba de crear su propia marca de ropa deportiva Mugma; e Iñaki Cambra, la tercera generación del histórico comercio de la calle Amaya, que el año que viene cumple 75 años, abordaron en una mesa redonda los retos de futuro del sector.
El comercio local debe reinventarse y mantenerse competitivo en un mercado en permanente cambio. Pero ¿cuáles son las fórmulas para conseguirlo? Para Amaia Bezunartea “es muy importante adaptarse a las nuevas tecnologías, y trabajar mucho en ello” y, más aún, “estar en constante formación y reinventarse”, opina.
En la misma línea, Luis Baines, de la Tiendita del Vino, defiende que este sistema se basa en la capacidad de cada comerciante “de adaptarse a los cambios”, mientras que María Muguerza, la diseñadora que ha creado su marca de moda deportiva, dice que es un proceso laborioso: “Los cambios son muy importantes y rápidos. Hay mil plataformas y lo importante es estar muy al día”, tanto en lo que pasa en el sector, como en el mundo y en el mercado. “Ya no solo qué se lleva el año que viene o qué colores son de temporada”, dice, sino en su caso, al tratarse de una marca deportiva, incluso “a qué gimnasios va la gente”. Estar “al tanto de todo y adaptarlo a nuestros recursos, que son limitados, además”.
También Iñaki Cambra, del comercio de ropa de hogar del II Ensanche Casa Cambra, comparte la opinión de que hay que tener una mirada amplia: “Por un lado estar atento a lo que sucede en tu sector, en tu entorno, pero sin descuidar lo de cerca”, indicó.
Los comienzos no son fáciles, pero emprender tiene la gran satisfacción de ver crecer una idea. Son caminos “duros”, coinciden en señalar, en los que las administraciones y las asociaciones de comerciantes resultan importantísimas, tanto económicamente, como a la hora de ofrecer la asesoría necesaria, un aspecto que también se destacó en la mesa de debate.
En su apuesta de futuro, deben aunar dos aspectos clave: estar visibles, no solo físicamente, sino a través de las redes, sin perder la esencia del comercio de siempre, la cercanía. “Las redes son un escaparate muy importante y tienes que estar, pero casi más importante es ganarte la confianza de los clientes”, apuntó Amaia Bezunartea, quien en los 9 años que lleva con el negocio, ha conseguido “estrechar relaciones” con sus clientas y “eso es súper bonito”. En esa línea, Luis Baines ve un futuro interesante para el comercio: “Quiero creer que va a haber como una vuelta a los orígenes, que la gente va a preferir ese trato que le das. Ya se está viendo un auge de los productos de kilómetro cero, de compra en tu barrio, y creo que la tendencia va a ir por ahí”.
“En las redes tienes que estar, pero también es está el boca a boca, el tú a tú, características principales del pequeño comercio. Y captar la confianza de la gente”, dice. Y eso “las grandes cadenas no lo tienen, y el ecommerce, tampoco”. La joven Amaia Bezunartea es la artífice de HOPE Olite, la tienda de moda y complementos que impulsó hace 9 años con un nombre evocador: hope (esperanza en inglés), que es la vez es un guiño a la Espe, su abuela. Ponerla en marcha “ha sido un proceso largo y agridulce”, explicó esta emprendedora. “No sabes qué va a pasar, si esa idea va a dar sus frutos”.
En este camino, mezcla de “nervios e ilusión”, le ayudó mucho el Consorcio de desarrollo de la Zona Media, que “desata muchos nudos”, por lo que “sin ellos hubiese sido prácticamente imposible”. Emprender es difícil, pero mantenerse, aún más. Y en ello coincide Bezunartea: “Una vez que tienes tu marca tienes que trabajar muchísimo, porque el sector está en continua evolución” dice y añade: “Solo te queda luchar”. Y estar muy atenta a las novedades: “Es muy importante adaptarse a las nuevas tecnologías porque es un poco el futuro, y trabajar mucho en ello y reinventarse”. De su comercio en Olite, HOPE, Amaia considera que “su punto fuerte es la cercanía y el trato de tú a tú. Yo me conozco el armario de muchas de mis clientas y eso la gente lo valora”, porque “las relaciones se van estrechando”.
La Tiendita del Vino, en el puesto 51 del mercado del Ensanche (hace un año cumplió 75 años) es otro ejemplo de emprendimiento local que se ayuda de las nuevas tecnologías para llegar más lejos. “El comercio es muy tradicional y muy de verse todos los días, pero eso no quita la innovación. Nosotros tenemos web, redes sociales y ecommerce (tienda on line)”, explica Luis Baines.
Este comerciante considera que la digitalización tiene que ser bienvenida: “Tenemos que ver los canales como una herramienta más, no como un enemigo”, opinó, si bien “a la experiencia con el cliente le damos toda la importancia del mundo”. Así lo recuerda él cuando, siendo un niño, iba a la tienda: “Mi padre me decía, ¡Vete donde Maribel, en vez de decirme vete a por el pan!”. Ese trato tan cercano del tendero o la tendera con el cliente es una forma de estrechar lazos para siempre. “Creas como un embajador de tu negocio que va a hablar siempre bien de ti”, y, de hecho, “cuando el comerciante se jubila, da pena”.
La Tiendita del Vino no solo vende vinos, sino también “destilado y denominaciones de origen”, explica Baines. Y siempre alerta y adaptándose a lo que llegue: “Considero que lo que basa este sistema es la capacitación que tengas para adaptarte a esos cambios. Siempre ha habido que reinventarse”, como “cuando llegó el primer híper a Navarra; no me quiero imaginar lo que supuso”.
Dos comercios de toda la vida, Deportes Uro, en Estella y Lodosa, a los que María Muguerza unió una marca de diseño propio, Mugma, de ropa deportiva. Todo ello, en medio de un relevo generacional que asume con responsabilidad. “Se está jubilando mi padre y me quedo con las tiendas físicas y, además, he creado una marca de ropa”, dice. Asumir ambos retos ha sido difícil, pero no exento de ilusión: “La tienda ha sido un negocio familiar y lo he vivido de cerca, por lo que ha sido un proceso muy natural”, pero “la creación de la marca es muy distinto, lleva muchísimo trabajo, pero ha resultado muy gratificante porque la ves crecer”, describe.
Porque “siendo un comercio local pequeño, un autónomo, tienes que hacer todo tú misma. Yo cuando empecé con la marca, yo no soy diseñadora, y tienes que aprender de costuras, de tejidos, de envíos internacionales, de cómo crear una web...”, tanto que “el proceso de crear tu marca para mí ha sido como un máster, un aprendizaje enorme”.
Mugma es una marca de prendas deportivas femeninas: “Me fui a hacer un máster de moda a Madrid y estuve 5 años en una multinacional de moda, pero llegó un punto en el que quería volver a casa”. Surgió entonces el dilema de cómo compaginar su pasión por la moda y hacerlo en casa”. “Volví a la tienda”, pero “allí surgió la idea de crear algo nuestro, una marca propia para la que no dependiéramos de nadie más. Y obviamente, tenía que ser el deporte”. Ahora Muguerza compagina tiendas y web, y ambas funcionan.
Iñaki Cambra es el ejemplo de que una tienda con historia puede conseguir relevo y mantener el éxito. Cuando Casa Cambra está a punto de cumplir 75 años, este comercio de la calle Amaya de Pamplona sigue en activo y para largo.
Según su experiencia, “hay que mantener unos mínimos de calidad, de servicio, de atención; es muy importante. Y luego, sigue pareciendo un tópico, pero la diferenciación. Vas a Internet y son cosas muy exclusivas, pero tú también puedes tener tu exclusividad en tu tienda y hay que saber defenderla”, remarca. Y adaptarse a los cambios. “Hay que ser constante, para saber llevar el pulso al negocio y cuando se dan los cambios hay que coger el camino y sumarte tú también”, detalla. Lleva 13 años en Casa Cambra y ha tenido que adaptar el negocio, a los proveedores y a los clientes. Así, cuando en el sector se produjo el boom de la importación de los productos chinos, a Cambra, en cambio, “eso nos abrió el mercado a productos exclusivos”, a las mantas famosas que hay en la Rioja y a Portugal, de tal manera que se mantuvieron en el mercado europeo. En Casa Cambra “hay un cliente de toda la vida, es evidente, y hay que hacerle intentar que pruebe lo nuevo” y “luego está la gente joven y ahí es muy importante las redes sociales”, aunque, en su caso, para descubrir “qué puedo hacer con ellas para que esa persona joven entre a mi tienda”. Porque “las redes hay que tenerlas muy presentes, pero el comercio sigue siendo algo muy íntimo entre cliente y vendedor”, concluye.
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