El Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra subraya la necesidad de extremar la precaución ante la alerta roja sanitaria por altas temperaturas que se ha activado este viernes en la Ribera del Ebro para los próximos días.

En esta zona, según las previsiones facilitadas por el Ministerio de Sanidad y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), los termómetros rondarán los 39 ºC. Tanto las temperaturas mínimas como las máximas subirán en toda la Comunidad Foral.

En Navarra existe un Plan de Prevención de los efectos en salud del exceso de temperaturas y de la contaminación del aire que cuenta con cuatro niveles de riesgo (verde, amarillo, naranja y rojo), que cada persona debe interpretar según el grupo de población al que pertenece.

Concretamente, la alerta roja supone: un riesgo moderado en población general sin factores de riesgo; riesgo elevado para personas mayores de 65 años y menores de 65 con algún factor de riesgo; y riesgo extremo para mayores de 65 años con otros factores de riesgo adicionales.

Sin embargo, según precisa el Ejecutivo Foral, el 76,8 % de los casos atendidos por golpe de calor en 2024 no tenían factores de riesgo y, en ellos tuvieron mayor relevancia las actividades que realizaban las personas afectadas, relacionadas principalmente con el trabajo, el ejercicio físico y el ocio al aire libre sin esfuerzo físico pero que implicaba exposición solar o a temperaturas elevadas.

Comunicados 22 casos de patología asociada al calor

Desde que se activó el Plan, el pasado 16 de mayo, se han comunicado 22 casos de patología asociada al calor, de los cuales el 36 % se han producido haciendo ejercicio. Por ello, se recuerda la importancia de evitar hacer ejercicio en las horas con temperaturas más elevadas, de favorecer una correcta hidratación, antes, durante y después de la actividad, así como de utilizar ropa ligera, gorra y protección solar.

En el ámbito laboral, se considera muy importante que, con antelación, las empresas identifiquen y evalúen el riesgo de disconfort y estrés térmico, tanto en días representativos de verano de la zona en la que se ubique la empresa, como en jornadas de alerta sanitaria por elevadas temperaturas.

Al mismo tiempo, se debe garantizar una vigilancia específica de la salud en relación a la exposición a temperaturas extremas, con especial atención a la población trabajadora vulnerable y un proceso de aclimatación al calor, que suele requerir de varios días.

En ese sentido y con el objetivo de sensibilizar sobre los riesgos de las altas temperaturas y prevenir sus efectos en la salud de toda la población, Salud, a través del ISPLN, ha puesto en marcha la campaña 'Cabeza fría contra el calor / Burua hotz beroaren aurka'.

Al respecto, se recuerda que las temperaturas extremas afectan a la salud y pueden provocar una respuesta fisiológica insuficiente, alterando las funciones vitales y causando, entre otras afecciones, calambres, agotamiento, deshidratación, piel caliente y enrojecida, pero también problemas más serios, como el agravamiento de enfermedades crónicas y, en última instancia, la muerte por dicho empeoramiento o por golpe de calor.

Si los síntomas persisten pese a haber cesado la exposición o aparecen alteraciones de la conciencia, pulso rápido y débil, respiración rápida y superficial, se debe avisar al teléfono de emergencias (112) para evitar un posible golpe de calor.

Aunque el calor nos afecta a todas las personas, existen factores de vulnerabilidad personales, ambientales, laborales o sociales que intensifican sus efectos, siendo los más importantes la edad, el sexo y la existencia de patologías previas.

Para prevenirlos se recomienda beber más agua, incluso sin sed; no realizar esfuerzos físicos de forma excesiva, sobre todo en las horas de más calor; y evitar la exposición al sol, especialmente en mayores de 65 años, menores de 4 años, mujeres embarazadas o en situación de lactancia natural, trabajadores en actividades con una exposición excesiva al calor y personas con enfermedades crónicas.

Además, se aconseja estar en espacios frescos o ducharse con agua templada o fría, emplear sombrero y ropa holgada de tejidos ligeros y transpirables y evitar el consumo de bebidas con alcohol, cafeína o azucaradas, así como no permanecer en el interior de vehículos estacionados al sol.