El pasado abril, con el equipo rozando el descenso, Álvaro Cordón, conocido como Cone, se ponía a los mandos del ATP Iluminación Tudelano Ribera Navarra en sustitución de Juanma Marrube. Mano a mano con Ferran Plana –ahora en el cuerpo técnico del Córdoba–, el riojano salvaba en el último suspiro al conjunto ribero tras un agónico partido frente al Jaén en casa y lo mantenía un año más en la máxima categoría. Esta vez, de nuevo al frente del banquillo navarro, Cone tiene ante sí la ingente tarea de confeccionar un proyecto que ha sufrido cambios significativos, al presentar diez incorporaciones de cara al nuevo curso. En ello está. El técnico de Alfaro (6/09/1981) conoce bien el club al que llegó en 2018, del que se marchó después de tres temporadas y media como segundo de José Lucas Mena Pato para entrenar en la Primera División femenina y al que retornó en la campaña 2022/2023 para dirigir al filial. Ahora el reto es mayor, pero la ilusión se mantiene intacta.
¿Cuál es su balance hasta la fecha de una pretemporada tan atípica como esta debido al Mundial?
Está siendo difícil, porque los jugadores venían con una desconexión de la competición de más de tres meses. Lo primero fue valorar muy bien al jugador para evitar lesiones. No ha sido fácil ajustar las cargas normales de pretemporada, eso es lo que más nos ha costado.
Ha sido mucho tiempo desde que se paró de competir allá por el mes de mayo.
Desde el 11 de mayo, fíjate. Sí que algún jugador ha participado en el play off o estaba en el extranjero y todavía tenía competición, pero aún así... A todo ello hay que sumarle que tenemos diez jugadores nuevos. Si a uno lo conoces porque lo has tenido, enseguida sabes de qué pie cojea. Pero al haber tantos nuevos cuesta un poco valorarlos a todos y ajustar. Ahora mismo, casi vamos ajustando las cargas de trabajo a diario.
Un reto importante, el tener que encajar tantas piezas.
Sí, lo es. Cuando vienes encima de hacer un año en el que has sufrido hasta el último segundo, te hace tener los pies en el suelo. Saber que tienes que trabajar desde la humildad, con mucho esfuerzo, y poco a poco dar pasos seguros para no tener que volver hacia atrás.
Y de momento, ¿cómo está viendo ese ensamblaje entre el equipo que ya estaba y las incorporaciones?
Está costando, la verdad. A veces es como una pequeña montaña rusa. Parece que va muy bien, completas unos días muy buenos y luego hay como un bajoncito cuando piensas que ya se van asumiendo conceptos tácticos y ves que algún jugador se ha quedado bloqueado y no fluye como debiera, cosa que es lógica entre tantos nuevos. Aun y todo, bastante contento con la actitud de los jugadores. Poco a poco se van dando pasos hacia adelante, que es lo importante.
El último partido fue el de la final de la Copa Navarra ante Osasuna Magna. Más allá del resultado, de ese 5-0, ¿qué lecturas extrajo?
Más o menos lo que estoy comentado. Cuando compites contra un equipo que ya tiene una base bastante realizada, en el tema físico y en los conceptos tácticos puede ir más avanzado. Vimos que era un equipo que nos estaba pasando un par de puntos por encima.
“Hay que ser conscientes de que el primer objetivo esta temporada es el de la salvación”
Cuenta con diez jugadores nuevos y muchos de ellos de una calidad contrastada. Eso, al margen del trabajo que toca hacer, dará una mayor tranquilidad.
Sí, es bastante positivo. Vamos a intentar competir lo mejor posible y que esos jugadores, que están contrastados, vuelvan a brillar, algo que a veces cuesta cuando vienen de otros equipos y tienen que adquirir ese rol y aportar al equipo.
Aún queda pretemporada para trabajar y allí está el 12 de octubre, cuando inician la competición ante el Noia. ¿Con qué perspectivas la encaran tras la salvación in extremis de la pasada campaña?
Hay que ser conscientes de que el primer objetivo es el de la salvación. Tenemos que tener claro de dónde venimos y lo primero es dar un paso más e intentar afianzar la salvación cuanto antes o, por lo menos, no coquetear con las plazas de peligro y que el equipo pueda coger soltura, confianza y mirar hacia donde haya que mirar, pero sin hacerlo hacia abajo.
¿Qué les pide sobre todo a sus jugadores? ¿Qué le gusta sacar de ellos sobre la pista?
Sobre todo que, dentro de una identidad como tenemos en Navarra tanto el Xota como nosotros en Tudela, que ellos saquen su mejor versión. Cada uno tiene sus detalles y me gusta que intenten brillar, pero siempre dentro de la identidad del grupo.
Una identidad que conoce bien, ya que lleva varios años en el club. Esta temporada ya a los mandos del primer equipo desde el inicio. ¿Cómo lo afronta personalmente?
A veces cuesta un poco. Han sido muchos años de segundo, trabajando en el cuerpo técnico, y a veces eras el poli bueno de los jugadores, por así decirlo. Y ahora no es que tengas que ser el poli malo, pero tú eres el que debe tomar las decisiones. Estoy cogiéndolo con naturalidad y con esa responsabilidad que lleva el puesto.
Y a gusto en Tudela...
Sí. De hecho vivo aquí, aunque yo soy de Alfaro, que está muy cerca. Llevo seis o siete años viviendo en esta ciudad y estoy muy contento.
EL PROTAGONISTA
Nacimiento. Alfaro (La Rioja), el 6 de septiembre de 1981.
Dos etapas en el club. En 2018 llegó al Ribera Navarra y fue durante tres temporadas y media segundo de José Lucas Mena ‘Pato’. Posteriormente se incorporó al Torreblanca Melilla de la Primera División femenina. En la campaña 2022/2023 regresó a Tudela para hacerse cargo del filial en su estreno en la 2ª B. El pasado abril asumió el banquillo navarro en sustitución de Juanma Marrube, junto a Ferran Plana. El equipo se salvó en la última jornada en casa, gracias a un empate ante el Jaén.
Un proyecto renovado. El ATP Tudelano presenta diez refuerzos este curso: el portero Raúl Jiménez, los cierres Adrián Tapias, Dani Fernández y Sepe; los alas Joao Batista, Joselito, Marc Campás y Darrieer; y los pívots Guilherme y Eric Pérez.