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ESPAÑA Iker Casillas (Reina, m.88); Sergio Ramos, Puyol (Albiol, m.46), Piqué, Capdevila; Busquets, Xabi Alonso, Xavi (Cesc, m.61), Iniesta (Navas, m.82), Silva (Negredo, m.65); y Villa (Mata, m.82).
ARGENTINA Sergio Romero; Coloccini, Demichelis, Heinze, Ansaldi; Maxi Rodríguez (Lavezzi, m.83), Mascherano, Gago (Cambiasso, m.74), Di María; Higuaín (Tévez, m.58) y Messi (Perotti, m.83).
Goles 1-0, m.15: Xabi Alonso. 1-1, m.60: Messi, de penalti. 2-1, m.85: Xabi Alonso, de penalti.
Árbitro Allan Kelly (Irlanda). Amonestó a Busquets, por España, y a Heinze, Coloccini, Ansaldi, Gago, Tévez y Demichelis, por Argentina.
Estadio Vicente Calderón. Lleno. 54.000 espectadores. Encuentro conmemorativo del centenario de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Se guardó un minuto de silencio en memoria malogrado portero alemán Robert Enke, ex jugador del Barcelona y del Tenerife, entre otros clubes.
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MADRID. La selección española celebró su centenario derrotando a Argentina en un duelo de alto voltaje, en el que el oficio de la albiceleste apagó por momentos el virtuosismo de la Roja, que acabó sacando el carácter y manteniendo su racha ganadora con un doblete de Xabi Alonso. La selección española celebra 100 años de existencia en el mejor momento de su historia. Instalado en la excelencia de un fútbol vistoso. Aderezando la clásica furia con un juego que es admirado en todo el planeta. Los rivales caen por el camino, aunque se llamen Argentina, con la que no existen amistosos sino guerras deportivas de 90 minutos de pasión.
En pleno éxtasis avisa Vicente Del Bosque, y sabe perfectamente de lo que habla, de su gran miedo. El riesgo a perder el ansia de ganar preocupa a un seleccionador que tiene en su mente lo vivido en un pasado reciente en el Real Madrid. Pero la selección es diferente. La forma una familia, un grupo de amigos, que tienen el Mundial como el éxito que les coronaría en lo más alto.
La inercia de la Eurocopa empujó a España a una inmaculada fase de clasificación al Mundial y le hace jugar cada encuentro sin mirar el DNI del rival. Sea Argentina o Armenia, la Roja sale a por el partido. Impone un monólogo del toque, instalado en el campo rival, y rebaja al mínimo las cualidades futbolísticas de su adversario. Más aún si la selección que tiene enfrente es tan inestable como la que dirige Diego Armando Maradona.
A los tres minutos de juego ya había olés de la grada al juego de toque español, a la verticalidad que desde el primer instante devolvió a la albiceleste a sus momentos de dudas. Silva con un pase de la muerte al que no llegaba Villa a los cinco del inicio, un centro de Ramos y un chute de Iniesta avisaban.
Argentina no tenía el balón. Maradona se desesperaba en la zona técnica a la par que sus jugadores subían la adrenalina y lanzaban patadas a destiempo. Bien haría el que fuese Dios del fútbol en crear una selección a la imagen del virtuoso Messi y no de Heinze, su extensión en el campo, un futbolista que siempre juega al límite de la agresividad. A un paso de la violencia.
No respetó Del Bosque, como siempre hace, los galones. Se olvidó del jugador que mejor momento vive en el fútbol europeo, Cesc Fábregas, para buscar el equilibrio con Sergio Busquets en la medular. Y le fue bien. Xabi Alonso adelantó a España a los 15 minutos. En la segunda parte empató Messi de penalti, Argentina trabó el choque y sólo otro penalti, esta vez favorable a la Roja, permitió que Xabi Alonso anotase el tanto de la victoria.