madrid. El jugador del Livorno Piermario Morosini falleció ayer tras sufrir un paro cardíaco en el partido, correspondiente a la Serie B italiana, que el equipo de la Toscana disputaba ante el Pescara, suspendido tras el duro suceso.
Morosini fue atendido en el campo por parte de los servicios médicos, que le realizaron un masaje cardiaco sobre el terreno de juego antes de ser trasladado en ambulancia al hospital Santo Spirito de Pescara, a donde, tal y como declaró uno de los médicos que le atendió, llegó "sin vida". La desgracia tuvo lugar en el minuto 31 del encuentro, cuando el jugador comenzó a tambalearse, llegándose a desplomar sobre el campo del Stadio Adriatico de Pescara. Pese a que intentó levantarse hasta en dos ocasiones, Morosini terminó desplomándose al suelo. Tras los intentos de reanimación, el futbolista de tan sólo 25 años falleció camino al hospital, en donde nada pudieron hacer por salvar su vida. De esta forma, la Federcalcio, que en un principio declaró un minuto de silencio en todos los partidos de la jornada del fin de semana, ha decidido finalmente suspender todo el fútbol, de cualquier categoría, en Italia.
Morosini, que participó con la selección italiana sub'21 en el Campeonato Europeo de Suecia en 2009, llegó para jugar en el Livorno este año gracias a una cesión por parte del Udinese, club de la Serie A de la Liga italiana. El centrocampista, que quedó huérfano de madre en 2001 y de padre en 2003, había crecido profesionalmente en las categorías inferiores del Atalanta, tras lo que pasaría bajo la fórmula de copropiedad al Udinese, club que lo ha cedido a otros equipos italianos en varias ocasiones.
trágica lista El fallecimiento de Morosini es el último en una trágica lista que integran el camerunés Marc-Vivien Foé, el húngaro Miklos Feher o el español Antonio Puerta, entre otros. El último episodio similar, aunque con final feliz, se vivió hace menos de un mes, cuando un colapso estuvo a punto de terminar con la vida de Fabrice Muamba, quien se desplomó en el partido de cuartos de final de la FA Cup. Tras recibir hasta 15 impactos con el desfibrilador antes de llegar al hospital, Muamba sobrevivió de forma milagrosa tras estar "muerto durante 78 horas", tal y como declaró el propio médico del Bolton.