Un debut accidental
el argentino Juan esteban ibáñez Labari se estrenó sin haber arbitrado en preferente Tuvo que tomar las riendas del Izarra-Burladés tras la lesión de Roberto Flores en el minuto 52
pamplona. Debutar en Tercera sin haber pitado ningún partido en Preferente no es algo habitual en el arbitraje. Pero puede pasar y de hecho sucedió el domingo. Un cúmulo de circunstancias provocó que el argentino de 38 años, Juan Esteban Ibáñez Labari, saltara dos categorías para terminar pitando el Izarra-Burladés.
Corría el minuto 57 de la primera parte cuando Roberto Flores, árbitro del encuentro, sufrió una rotura fibrilar en el gemelo de la pierna derecha. No podía continuar. El primer asistente Ion Huici, es asistente específico de Segunda B, por lo que no puede ejercer como árbitro. Le tocaba el turno al asistente segundo. Un chico de Primera Regional, recién ascendido a Preferente, aunque sin haber debutado todavía en la categoría, ya que ni siquiera ha empezado la competición. David Pérez García, árbitro de Tercera que estaba en la grada, completó el trío y así terminaron el partido.
Juan Esteban Ibáñez Labari vivió esos minutos con intensidad. "Cuando entramos los tres al vestuario, al ver que mi compañero Flores se había lesionado, ingresé con la idea de que el tema se iba a solucionar y volvería a pitar. Al constatar que no podía seguir, automáticamente nos organizamos. Lo que hicimos fue corroborar las tarjetas que había mostrado hasta el momento para poder continuar y recordar la forma en la que debía reanudar el juego, con un balón a tierra, ya que el portero tenía el balón cuando mi compañero detuvo el partido", comenta Ibáñez Labari.
Y asegura que apenas le dio tiempo a ponerse nervioso. "En un momento aparecieron los nervios, pero lo bueno es que no te da tiempo a nada, porque todo es muy rápido".
En los 33 minutos que estuvo en el campo expulsó a un jugador visitante por doble amonestación. "El partido se puso peleón y tal vez los jugadores quisieron aprovechar la circunstancia, pero me comentaron que lo había hecho bien".
Lleva tres años en Navarra, pero sus inicios como árbitro fueron en Argentina. Advierte que la diferencia es enorme. "Aquí las infraestructuras son mejores, la estructura es más ordenada, hay menos agresividad en los campos. Arbitrar en Argentina es un riesgo; aquí es un disfrute. En Argentina se vive el fútbol con mucha más pasión y más inseguridad desde pequeños. Está claro que allí, para ser árbitro, te tiene que gustar mucho", admite.
En la Regional navarra no ha tenido problemas. "No tiene nada que ver con la tensión que se vive en Argentina en estas categorías. Aquí yo creo que hasta a los equipos les gusta que les arbitre un argentino, porque llevamos el fútbol dentro".
Destaca la labor "del Comité y la Junta directiva del Comité Navarro de Árbitros por su forma de trabajar".