Osasuna logró en Tafalla su primera victoria de la pretemporada. La consiguió el conjunto rojillo en su quinto intento, contra el Mirandés, el exequipo de su actual entrenador, Alessio Lisci, y jugando por vez primera en lo que va de verano con tres centrales, el sistema que tan buen rendimiento y resultado le dio el curso pasado al técnico italiano en el cuadro burgalés, al que estuvo a punto de ascender a Primera División. Raúl anotó los dos primeros goles del conjunto navarro, ambos en la primera mitad, y Budimir cerró la cuenta en la segunda, aunque tanto Jorge Herrando como Ale Gorrín, portero del Mirandés, podrían reclamar tranquilamente la autoría del último tanto del partido sin miedo a que se la negaran.
A Osasuna le fue todo de lujo en sus primeros 45 minutos de pretemporada con una defensa de tres centrales, en la que Jorge Herrando ocupó el eje, escoltado a la derecha por Asier Osambela y por Juan Cruz en la izquierda. La presión alta le funcionó a Osasuna porque se sintió más protegido atrás y porque todos los jugadores la ejecutaron a la perfección contra un rival que tampoco generó demasiado peligro, por mérito del cuadro navarro, pero también por demérito propio. Y es que el Mirandés es un equipo en construcción, ya que sólo quedan un par de jugadores de los que la temporada pasada estuvieron a punto de subir a la máxima categoría.
No tardaron los rojillos en generar peligro con algún disparo lejano –uno de Moncayola, otro de Raúl y un tercero de Aimar– y a los 12 minutos se adelantaron en el marcador con un gol de Raúl. El delantero aprovechó un pase en profundidad de Juan Cruz para ganar en carrera a Pica, después de aguantarle la lucha cuerpo a cuerpo, driblar a continuación al portero del Mirandés en su salida y anotar a puerta vacía.
Estuvo a punto de hacer el 2-0 Raúl al rematar de cabeza un medido centra de Barja en el minuto 33, poco después de que se reanudara el juego tras la pausa de hidratación, pero una buena parada de Juanpa impidió que Osasuna doblara su ventaja, algo que sí consiguió poco antes del descanso. Los protagonistas fueron los mismos, con Barja centrando y Raúl cabeceando a gol, una acción que nació de un robo alto de Iker Muñoz al que Aimar Oroz dio continuidad.
Lisci realizó cuatro sustituciones para empezar la segunda parte, modificando ligeramente la composición de su defensa, colocando a Asier Osambela en el centro, con Boyomo a la derecha en el carril de Rosier y con Herrando en la derecha en el carril de Barja, al que el italiano cambió de banda. Torró salió por Moncayola en el centro del campo y Budimir relevó a Aimar Oroz, por lo que el croata compartió el frente del ataque con Raúl, que pudo hacer el 3-0 a los nueve minutos de la reanudación. Su oportunidad llegó después de una buena conducción de una versión de Moi Gómez que se acerca a la de su primer curso en Osasuna, un buen disparo de Barja que repelió Juanpa, guardameta del Mirandés, que repitió intervención para desviar el remate a bocajarro de Raúl.
Poco más ocurrió en la segunda parte, más allá del gol de Budimir en las postrimerías del choque al aprovechar un saque de falta de Barja. La repetición televisiva no dejó muy claro si fue el croata el último en tocar el balón antes de colarse en la portería (tampoco se puede asegurar si la pelota entró del todo), si fue Jorge Herrando o si fue el portero del Mirandés. La cuestión es que el tanto subió al marcador y cerró la goleada de Osasuna.
El partido le sirvió a Lisci para estrenar su casillero de victorias como entrenador del conjunto navarro y también para que un nutrido grupo de futbolistas dispusiera de una mayor carga de minutos. Se llevaron la palma en este sentido Aitor Fernández y Moi Gómez, que lo jugaron todo, mientras que a Jorge Herrando, Iker Muñoz, Kike Barja y Raúl García de Haro les sustituyeron a dos minutos de la conclusión.