Después de navegar por internet y consultar diversas fuentes propias y otras relacionadas con el fútbol navarro, entre ellas Tercera365, el jugador del Lagunak, Íñigo Torres, pudo haber logrado un hito en la historia de la Tercera RFEF al ser el jugador más joven en debutar, al hacerlo con 15 años y 147 días cuando entró al campo sustituyendo a Raúl Soria, con cinco minutos más el añadido todavía por jugar. Hay a quien le parecerá poco tiempo, pero fue suficiente para que Torres tuviera en su cabeza la opción de ganar el partido y firmar un debut inmejorable.

“Muy feliz, porque no me lo esperaba y es un premio que es muy difícil de conseguir y más a mi edad y es que todavía casi no me lo creo”, reconoce el protagonista, al que por el tono de voz se le deduce una sonrisa en el rostro. Torres rememora que se encontraba “estudiando Biología cuando me llamó Álex para decirme que iba con el primer equipo convocado”. Conforme colgó el teléfono, fue corriendo al “cuarto de mi hermana a decírselo y luego a mis padres”. Las horas fueron pasando, y llegó el momento deseado del joven estudiante, pues se encuentra cursando 4º de la ESO. 

“No conocía a nadie”, se ríe Íñigo Torres cuando detalla su llegada a Barañáin, pero agradece a Álex Rodríguez el trato recibido porque hizo que se sintiera como uno más. “Me sentí bastante acogido en el vestuario, me sentí uno más ya desde el principio. En el vestuario, antes de salir, ya dijo Álex que era muy joven, pero que muy bueno y que hicieran sentir seguro en el campo porque tenía que ser uno más”, añade. 

Durante el encuentro, Torres estaba concentrado viendo el desarrollo del mismo en el banquillo. “No estaba nervioso porque es algo que hago todas las semanas y tengo bastante confianza en mí mismo. Entonces me mandó a calentar e intenté calentar lo mejor que pude para ver si tiene la oportunidad de salir y una vez me llamaron, pues yo estaba metido en el partido para salir a tope y me dijeron eso que no tuviese miedo que hiciese lo que sabía que iba a salir de pivote.

Acabó el partido, y numerosos mensajes inundaron su teléfono. Sin embargo, y pese a contestarlos a todos, hubo uno que le marcó. El culpable, su entrenador, Tomás Soria. “Quería hacer mención especial a mi entrenador que durante estos dos años que ha sido el que más confianza me ha dado, que es Tomás Soria y agradecerle todo porque es el que más me ha hecho crecer como jugador y me mandó un mensaje de felicitación bastante bueno”.

Ahora, y mirando al final de temporada, Torres quiere tener “los pies en el suelo, pero con ambición y aspirar a más” y, por qué no, volver a tener una oportunidad con el primer equipo del Lagunak, club en el que ha pasado toda su trayectoria y en el que en enero ascendió a formar parte del equipo de Primera Juvenil. 

El curso que viene, en Osasuna

Su buen hacer en este curso del polivalente jugador, que puede desempeñar las labores de central y centrocampista –el domingo ejerció de pivote, su posición ideal–, le ha llevado a ser captado por Osasuna para la temporada que viene, en la que dará el salto al equipo juvenil de Liga Nacional. “Me siento cómodo en los dos lados y me veo con capacidad para jugar en los dos sitios, así que no me importaba mucho”, se describe Torres.

Será su ‘regreso’ a la entidad rojilla, puesto que en su momento sí que gozó de la oportunidad de formar parte de la tecnificación