El muro navarro

Perro ladrador, poco mordedor. Los locales iniciaban el encuentro superiores frente a un Logroñés sin costumbre de jugar en campos pequeños. El primer golpe de mazo lo daba el Subiza, que iniciaba el juicio con sus alegatos bajo el sol de Sotoburu. Un centro de Gascón, que dejaba en el suelo al lateral del Logroñés, asustaba a los riojanos. Las decisiones arbitrales no han gustado a la afición del Logroñés, que ha propinado “piropos” al árbitro como si les fuese la vida en ello. Minutos después, un fallo de la defensa del Subiza provocaba el choque entre el delantero y el guardameta. Apretón de manos entre los afectados y el encuentro continuaba. La lluvia invadía Sotoburu, y los escasos focos se encendían, para risas de la afición del Logroñes, acostumbrados a un campo de primera. El Subiza es más práctico que todo eso.