El Deportivo Alavés estuvo muy cerca de dar un sonoro golpe sobre la mesa de la batalla por la permanencia, pero se vino abajo en la recta final del partido. Después de ponerse 0-2 en el Gran Canaria, con goles de Toni Martínez y Jon Guridi, los babazorros terminaron cediendo dos puntos entre el minuto 90 y el tiempo de prolongación. Fábio Silva, de penalti, y Alberto Moleiro amargaron la noche a los de Eduardo Coudet. 

Pocas sorpresas hubo en el once babazorro para la cita en suelo insular. Obligado por las diferentes bajas, el Chacho introdujo cuatro novedades respecto a los que formaron de inicio ante el Villarreal: Adrián Rodríguez ocupó el sitio de Antonio SiveraAnder Guevara reemplazó al sancionado Antonio BlancoCarlos Vicente entró por Pau Cabanes y Toni Martínez hizo lo propio en lugar del tocado Kike García, disponible en el banquillo.

La noche canaria empezó de manera inmejorable para el Alavés. A los 11 minutos de juego, superado el tanteo inicial, Toni no desaprovechó la primera oportunidad clara del partido para abrir la lata. Fue en el rechace de una acción de estrategia y asistido por Santi Mouriño. El uruguayo pasó el balón por encima de la zaga local y el punta murciano, sin oposición, definió de volea. Nada pudo hacer Jasper Cillessen para evitar el gol (0-1).

Ya por delante en el electrónico, los gasteiztarras dieron un paso atrás, en parte por el arreón de Las Palmas. Los locales se hicieron con el dominio de la pelota y no tardaron en generar su ocasión para responder al tanto visitante: el exalbiazul Javi Muñoz filtró un gran pase a Fábio Silva dentro del área y, por fortuna, apareció inconmensurable Abdel Abqar para evitar su remate. Adrián ya se veía solo ante el peligro en esa acción.

No varió demasiado el rumbo de la contienda con el paso de los minutos. Pese a mostrarse ordenado, al Alavés le costó quitarle el balón a los canarios y preocupante fue, sobre todo, la facilidad con la que tocaron entre líneas. Aun así, los del Chacho lograron marcharse al intermedio con ventaja. Y las mejores ofensivas, en realidad, siguieron siendo suyas. Toni remató al palo una vez y le anularon el 0-2 por fuera de juego.

Más allá del atacante murciano, hubo que destacar la actuación de la zaga. Las Palmas merodeó el área alavesista más de lo deseado, pero sus ocasiones, importantes en cuanto volumen, no generaron peligro en exceso. Visto lo visto, algo muy extraño tendría que pasar para que el argentino modificara la defensa en las próximas semanas. El equipo está encontrando esa seguridad atrás que tanto se estaba echando de menos.

DE LA EUFORIA A LA DECEPCIÓN

Ya en el segundo tiempo, al Alavés le siguió quemando el balón y Adrián tuvo que intervenir para evitar el gol de Moleiro. Pero, como la posesión no es sinónimo de éxito en el fútbol, los babazorros pudieron demostrar de nuevo que pasan por un buen momento de forma. Antes, eso sí, de poner el Gran Canaria patas arriba, el Chacho dio entrada a los dos primeros revulsivos: Jon Guridi y Asier Villalibre sustituyeron a Vicente y Toni.

Moleiro celebra su gol en el tiempo añadido. LaLiga

Ambos protagonizaron la jugada del 0-2. El Búfalo le quitó el balón a Sandro y, al ver la carrera del 18, no dudó en filtrar el pase raso. Ya en el mano a mano, Guridi no se puso nervioso, regateó a Cillessen y marcó a placer. Estallido de júbilo al que siguió un doble susto: Adrián salvó con la cara la diana de McBurnie y, poco después, Mouriño sacó bajo palos el intento del mismo delantero, que aprovechó un error del portero albiazul. 

Esa tensión fue a más según se acercaba el final del partido. Justo antes de llegar al tiempo de prolongación, Facundo Garcés cometió penalti por mano y Fábio Silva recortó distancias (1-2). El central argentino, y también Carlos Protesoni, habían entrado por Carlos Martín y Jordán. El castillo se vino abajo cuando, en la jugada posterior, Moleiro puso las tablas con un disparo desde la frontal. Mucho empeoró el equipo con esos dos cambios, aunque en el aire queda la posibilidad de anular la diana del empate por fuera de juego posicional.