Qatar, principal patrocinador de la UEFA –ya lo era de los torneos de selecciones y ahora ha aterrizado en los de clubes–, exige a su patrocinado que este martes, en la reunión ejecutiva de la UEFA, se vote si se veta o no a la selección y a los clubes de fútbol de Israel. Y en Israel, dicen los medios de comunicación, están asustados, porque saben que tienen escasas o nulas posibilidades de ganar esa votación, ya que sus apoyos políticos son de países muy fuertes pero muy pocos. Y, por eso, el gobierno israelí no se está moviendo para vencer en esa votación, sino para impedir que se produzca, con presiones de todo tipo, a su estilo. Y es que la ficha del fútbol es tan grande que el efecto dominó en el resto de deportes sería fulminante. Lo que comenzó desde abajo en la Vuelta, porque nadie se movía arriba, ya ha llegado a lo más alto, a los despachos donde se toman las decisiones. Llega muy tarde pero parece que llega.