Morada y de piel brillante, esta verdura originaria de la India es casi toda agua y destaca por su aportación en fibra y su buena densidad mineral, sobre todo en potasio y manganeso. Así es como desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) hablan de la berenjena.

La berenjena, una de las verduras frescas con menos calorías 

Es, junto con el tomate y la lechuga, una de las verduras frescas que menos calorías tiene (aproximadamente 20 kcal/100 gramos). "Como todas las verduras, es rica en agua y tiene una buena densidad mineral, sobre todo en potasio y manganeso. Sus fibras, pectina y celulosa, estimulan eficazmente el tracto intestinal", detallan los especialistas de la OCU.

"El fruto, comestible, es una baya de 5 hasta 30 cm de longitud, de forma esférica, oblonga o alargada en la mayoría de los casos, con una piel lisa, brillante y de colores diversos según la variedad. La más común es la de color morado, pero existen: blanca, púrpura, negra, amarilla y roja, o de colores mezclados, sobre todo con blanco, morado y verde. La pulpa es consistente, de textura esponjosa, de color blanco, tiene cierto sabor amargo, y presenta pequeñas semillas de color amarillo", detallan desde la Fundación Española de Nutrición (FEN).

El lugar donde hay que guardar las berenjenas para que se conserven más tiempo

En lo que a su consumo se refiere, desde la Organización de Consumidores y Usuarios señalan que "a la hora comprarlas hay que elegir las berenjenas que tengan una piel lisa y brillante, con el rabito verde. Una piel flexible es señal de que la hortaliza está madura: si la maduración está demasiado avanzada, las semillas se vuelen más leñosas y la pulpa pierde consistencia. Evita las piezas que estén golpeadas".

La berenjena acepta todo tipo de técnicas culinarias: cocida, guisada, a la plancha, rellena, frita, rebozada, incluso en conserva. Según explican desde la OCU, la berenjena se conserva durante 3 o 4 días a una temperatura entre 10 y 12 ºC, con una humedad relativa del 80-90%. Para que se conserve durante más tiempo, no hay que quitar el peciolo y los frutos deben conservarse en el frigorífico.

"Antes de prepararla es recomendable cortarla, salarla o rociarla con zumo de limón, dejándola reposar una media hora tapada para evitar sabores amargos. También conviene taparla para evitar su exposición al aire, ya que se oxida y se pone negra", aconsejan desde la OCU.