Aunque ya en época de Carnaval las torrijas empiezan a aparecer en las mesas de los más aficionados a los postres, los días de Semana Santa y Pascua son la temporada alta de este tradicional dulce en la mayoría de los hogares. Esta receta de aprovechamiento, dulce, sabrosa y contundente se puede hacer todo el año, pero su aura temporal le da un plus de entusiasmo que muchas veces hace que no nos animemos a prepararlas más allá de la primavera.
Parte de su contundencia la obtiene de su fritura en aceite en la sartén, por lo que los que prefieren platos más ligeros suelen frenar su entusiasmo a la hora de dar cuenta de ellas. Por este motivo, la llegada a nuestras vidas de las freidoras de aire les ha supuesto un alivio al reducir la cantidad de grasa que contienen. Además, algunas variaciones de la receta tradicional también colaboran a ello.
Torrijas en la freidora
Tienes una freidora de aire en casa y una familia que adora los postres y que se lanzan sobre cualquiera que esté asociado a unas fechas concretas como el roscón de Reyes, los roscos de San Blas, los huevos de Pascua, el turrón navideño, los huesos de santo por Todos los Santos y las torrijas por Semana Santa.
De todos ellos las torrijas son las más sencillas de hacer en casa y ahora todavía más con estos sencillos aparatos que nos evitan muchas frituras con su gasto de aceite y sus inoportunos salpicones.
Ingredientes
- 10 rebanadas de pan
- 500 ml de leche
- 50 gr de azúcar
- Una rama de canela
- Un huevo
- 2 tiras de cáscara de limón
- Aceite de girasol
Elaboración
Tras cortar dos tiras de la cáscara de un limón eliminando toda la parte blanca del interior para evitar que amargue el postre, se coloca un cazo a fuego medio para calentar la leche con las cáscaras del limón, el azúcar y la rama de canela. Cuando esté a punto de empezar a hervir, se apaga el fuego y se deja reposar mientras se templa. Este proceso se puede acelerar un poco calentando la leche y el resto de los ingredientes en el microondas durante un minuto a máxima potencia. Hay que estar muy atento para que no hierva. Pasado este tiempo se saca y se deja templar.
Ahora es el momento de cortar en rodajas el pan del día anterior (ya hemos dicho que es una receta de aprovechamiento) o algún pan específico para torrijas que se pueden encontrar en las panaderías en estas fechas. Lo que sí hay que evitar es utilizar pan de molde, por lo blando que ya es de por sí, y el pan chapata, cuya proporción de corteza es mayor que la de miga.
Con el pan ya preparado y la leche templada, en una fuente ancha y suficientemente amplia se vierte la leche colándola para quitar la corteza, la canela y cualquier otro resto sólido que quede. Después, poner las tajadas de pan para que se empapen y absorban la leche. Si no quedan cubiertas, habrá que darles la vuelta a la media hora para remojar la otra cara.
Mientras se precalienta la freidora de aire a 200ºC, se pasan las tajadas de pan a un plato para que escurran la leche sobrante, se bate un huevo y se engrasa con un poco de aceite una hoja de papel de horno. Cuando la freidora de aire alcance la temperatura, se programa a diez minutos, se activa la alarma de media cocción y se cubre el fondo de la cubeta con el papel de horno aceitado poniendo la primera tanda de torrijas tras pasarlas por el huevo batido y aceitarlas con un espray por encima. También se pueden pincelar, pero con mucho cuidado para no romperlas. A los cinco minutos se dan la vuelta para que se hagan por los dos lados. Terminado el tiempo, ya están listas.
El truco y las variaciones de la abuela
Cada casa, cada abuela suele tener sus particulares variaciones a este tradicional postre que se transmiten a las siguientes generaciones.
Así, la primera variación es sustituir la corteza de limón por una de naranja, que le resta un poco de acidez para añadirle un toque dulce distinto. Además, algunas también añaden un chorrito de anís dulce o vino dulce a la leche o al huevo batido para darle un toque más especial. En algunos pueblos también pueden incorporar algo de clavo en lugar o además de la canela.
Si quieres hacer la receta tradicional de torrijas andaluzas con miel, basta con calentar en un cazo la miel con agua para hacerla más líquida. La proporción más habitual es dos partes de miel por una de agua. Una vez sacadas las torrijas de la freidora, con una cucharada se cubren con la miel.