La receta de la semana: albóndigas de cordero con salsa de tomate casera
Un plato de albóndigas de cordero es ideal para cualquier ocasión, desde una comida familiar hasta una cena especial. Es una receta llena de tradición y sabor, muy fácil de seguir con este paso a pasodos. Con ingredientes frescos y sencillos, como pan, leche, ajo y perejil, las albóndigas se transforman en una verdadera joya culinaria, que invita a disfrutar de cada detalle, desde la suave textura de la carne hasta la riqueza de la salsa. Un toque de perejil fresco al final y listo: tienes , que se convertirá en un favorito de la casa. ¿Te atreves a prepararlas?
Hay recetas que nunca pasan de moda y que, con cada bocado, nos recuerdan lo delicioso que puede ser un plato sencillo. Las albóndigas de cordero son el ejemplo perfecto: jugosas, sabrosas y llenas de carácter, gracias a la carne tierna de cordero, que combina a la perfección con una salsa de tomate casera que hace que cada bocado sea una explosión de sabor.
Ingredientes
- 500 g de carne de cordero picada (con un 30% de grasa para mayor jugosidad).
- 1 rebanada de pan de molde (preferiblemente del día anterior)
- 100 ml de leche (para humedecer el pan).
- 1 huevo grande.
- 1 diente de ajo picado muy finito.
- 1 cucharadita de perejil fresco picado (opcional, le da frescura).
- 1 pizca de nuez moscada (esto es lo que le da un sabor especial y sutil).
- Sal y pimienta al gusto.
- Harina (para rebozar las albóndigas).
- Aceite de oliva (para freír).
Para la salsa de tomate:
- 1 kg de tomates maduros (si no tienes tomates frescos, también puedes usar 800 g de tomate triturado en conserva de buena calidad).
- 1 cebolla mediana.
- 2 dientes de ajo.
- Aceite de oliva.
- 1 hoja de laurel.
- 1 pizca de azúcar (para equilibrar la acidez del tomate).
- Sal y pimienta.
- 1/2 cucharadita de orégano seco (le va muy bien al cordero).
- Un chorrito de vino tinto (opcional).
Elaboración
Antes de empezar, cuando vayas a la carnicería, si es posible pide que te piquen la carne de cordero con un 30% de grasa, ya que le dará jugosidad y sabor. Lo ideal es que te den carne de pierna o paletilla de cordero, ya que son cortes más sabrosos. También puedes comprar la carne y picarla en casa con un cuchillo bien afilado.
Corta la rebanada de pan de molde en trozos y colócala en un bol con un chorrito de leche asegurándote de que se empape bien, pero sin que quede líquido en exceso. Deja reposar unos minutos.
En un bol grande, coloca la carne de cordero picada. Agrega el pan empapado, el huevo, el ajo picado, el perejil, la nuez moscada, sal y pimienta al gusto. Mezcla bien.
Con las manos, toma porciones y forma bolitas del tamaño de una nuez. Es importante que sean de tamaño uniforme para que se cocinen de manera parecida. Si la mezcla está muy pegajosa, humedece las manos con agua o aceite.
Coloca un poco de harina en un plato y pasa las albóndigas, cubriéndolas ligeramente. La harina les ayudará a obtener un dorado crujiente cuando las frías.
En una sartén grande, calienta aceite de oliva a fuego medio-alto y fríe las albóndigas en tandas, dándoles vuelta para que se doren de manera uniforme. No es necesario que estén completamente cocidas, ya que se terminarán de cocinar en la salsa. Retíralas y colócalas en un plato con papel absorbente.
En la misma sartén, agrega un poco más de aceite de oliva y sofríe la cebolla picada a fuego medio hasta que esté suave y transparente, unos 5-7 minutos. Luego, agrega los ajos picados y cocina por un minuto. Si tienes tomates frescos, pélalos, pícalos y agrégalos a la sartén. Si usas tomate triturado, añádelo directamente. Cocina a fuego lento durante unos 10-15 minutos, removiendo de vez en cuando. Si deseas, agrega un chorrito de vino tinto en este paso para darle más sabor y dejar que se evapore el alcohol.
Añade la hoja de laurel, el azúcar, sal, pimienta y orégano. Cocina a fuego lento durante unos 20-30 minutos, hasta que la salsa espese y se concentre el sabor. No olvides probar y ajustar la sazón.
Añade las albóndigas y deja que se cocinen a fuego lento durante 20-25 minutos, para que se impregnen bien con el sabor de la salsa.
Cuando sirvas las albóndigas, espolvorea un poco de perejil fresco picado. También puedes añadir unas hojitas de albahaca o incluso un poco de queso rallado.
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