Kiko Rivera estuvo este martes en La Resistencia y habló de todo con David Broncano después de unos meses alejado de los medios de comunicación, concretamente desde el ictus que sufrió el 21 de octubre de 2022. De ese complicado tema de salud también charló sin problemas, explicando la gravedad de lo que sucedió pero también poniéndole humor. “Soy Kikictus Rivera”, dijo en el plató del programa de Movistar+.

“Casi me quedo en el sitio. Fue jodido, eh, lo pasé muy mal”, afirmó, y relató cómo notó que algo le pasaba. “Estaba en casa, me quedé dormido en el sofá y sentí la sensación como de que me caía del sofá. De repente me desperté y tenía toda la parte izquierda del cuerpo dormida. Pensé que sería una mala postura o algo así, porque estaba recién despertado y porque nunca me había dado un ictus”, prosiguió, y mezcló seriedad con cachondero. “Me fui al baño andando raro, jodido, me miré en el espejo y me vi la boca un poco doblada, pero ya estaba acostumbrado de muchos años, tampoco me sorprendió mucho”.

¿Qué hizo entonces? “La solución del tonto, voy a dormirme a ver si me despierto mejor. Me tumbé por el otro lado, me desperté por la mañana y estaba jodido, jodido. Mi mujer había salido de casa, llegó un colega y me dijo: ‘Te noto raro, vete al médico’. Cogí la moto, perdón, pero fui en moto y ya llegué al médico cabrón que me cogió, que me dijo que tenía una faringitis. ¡Una faringitis!, el hijoputa. Con la cara doblada me mandó a casa. Yo me lo creí, pues será una faringitis”.

Por suerte para él, su cuñada, que trabaja en el hospital, vio su estado y alertó a su mujer por videollamada. “Le dijo: ‘Mira lo raro que está este, a este le pasa algo’. Y mi cuñada me dijo: ‘Vente p’acá, que tienes una parálisis facial’. Yo escuché parálisis y me asusté. Llegué allá, me hicieron las pruebas, inyecciones por todos lados, y me quedé cinco días ingresado en la UCI de la planta de ictus, y la gente al lado se estaba muriendo. Yo estaba consciente y lo pasé muy mal”.

Tanto que asegura que el ictus ha supuesto un claro antes y un después. “Me ha cambiado la vida. El médico me dijo que había vuelto a nacer, que se salvaba muy poca gente. Me dijo que no puedo fumar, beber, drogarme… Una vida un poco aburrida, una mierda de vida”. Eso sí, le reconoció a Broncano que sí ha bebido alcohol. “Alguna me he tomado, fin de año, Nochebuena. He cambiado mucho, pero una reunión familiar, los colegas..., por una copita no pasa nada”.

El hijo de Isabel Pantoja reconoce que la vida que ha llevado ha podido influir en el ictus. “Yo he sido muy muy golfo y algo tendrá que ver. Lo que pasa es que ha llegado tarde, si me hubiera pasado con 20 años lo entendería”.

Lo que nadie esperaba es que después de salir de La Resistencia, programa en el que insistió en la vida sana que estaba llevando, se fue directo a comerse una hamburguesa en la calle, acompañándola con un cigarro, como captaron algunos reporteros.