Cristina Pardo se ha convertido en uno de los rostros más espontáneos y naturales de la televisión. Los momentos de tensión ella siempre los resuelve con una sonrisa pícara y el apoyo de Iñaki López, con quien copresenta ‘Más vale tarde’, en LaSexta, pero también la vemos en la tertulia de ‘El Hormiguero’, donde comparte mesa con Tamara Falcó, con la que ha llegado a entablar amistad hasta el punto de que Cristina será una de las invitadas a su enlace. Lo malo, que coincide con una fecha muy especial para todo ‘pamplonica’ que se precie, los ‘Sanfermines’.

De niña quería ser periodista deportiva. A estas alturas del partido, ¿se plantea dirigir su carrera hacia esos derroteros si le diesen la oportunidad?

-No. De hecho, alguna vez me han llamado de alguna radio por si quería ir a retransmitir algún partido de Osasuna a la cabina, con la gente que lo hace y la verdad, me parecería un poco temerario (sonríe). Creo que lo único que me atrevería es a intentar aportar algo en algún partido de Nadal, porque le sigo desde pequeña. Pero vamos, creo no, la vida me llevó por otros derroteros en los que quizá ha sido más fácil flotar.

 ¿Y entre Nadal y Alcaraz con quién se queda?

-A ver, es que son dos perfiles completamente distintos… Lo que pasa es que a Nadal le tengo un poco idealizado porque lo sigo desde que era pequeño. Cuando empezó, físicamente me recordaba mucho a mi hermano pequeño y me enganché mucho a sus partidos. Anteriormente sólo me había pasado con Arantxa Sánchez Vicario.

 Y siguiendo con el tema deportivo, lo de hacer deporte, ¿qué tal lo lleva? ¿Es más de verlo o de practicarlo?

-Lo llevo bien. Durante una época de mi vida, cuando era más joven, no hacía nada porque me daba mucha pereza. Luego, con el tiempo, empecé a hacer bici, después me pasé a correr, pero realmente hacía deporte sin ilusión. Cuando descubrí el boxeo con saco ne di cuenta de que me gustaba y no me supone ningún esfuerzo, así que intento hacerlo por lo menos tres veces a la semana y estoy contentísima.

Como periodista política también ha metido unos cuantos goles, algunos los narra en su libro ‘Los años que vivimos PPligrosamente’.

-Bueno, cuando estaba en la calle la verdad es que fue la época en la que me he sentido más periodista. Es verdad que puedes condicionar la actualidad, puedes hacer preguntas con algo más de intención y… sí, puedes meterle a los políticos el dedo en el ojo con mucha mayor facilidad que en un plató. Para empezar, porque en un plató, la mitad no te atienden, no hay tiempo o se enrollan mucho con las respuestas para ver si con un poco de suerte no les haces otra pregunta (risas). Entonces creo que la calle, en ese sentido, te permite desarrollar mejor la profesión.

¿Cómo se prepara para los ‘Sanfermines’, dos días después de su cumpleaños? ¿Cómo lleva la resaca?

-Pues este año tengo la boda de Tamara, entonces no puedo ir a ‘Sanfermines’, pero en los últimos años he ido el día del txupinazo, lo que pasa que este año me preguntaron en la ‘tele’ si me apetecía cubrirlo y como Iñaki López ha sido padre y está de baja paternal, pues no ha podido ser, así que un año que me los pierdo, pero el año que viene no pienso faltar.

Vaya… ¿No se ha atrevido a pedirle a Tamara que cambie la fecha? 

-No, porque fíjate que la vez anterior, que iba a ser el 27 de junio, aún me venía peor. O sea que yo por si acaso no digo nada, que se quede como está... (sonríe).

Otro de los eventos de este verano son, sin duda, las elecciones generales del 23 de julio. ¿Irá a votar o pedirá el voto por correo?

-Pues yo voy a estar aquí, porque me daban las vacaciones el 21 de julio, que es viernes, así que en el fondo sólo debo estirar un poquito más y no me ha generado ningún trastorno. Pero en mi entorno tengo a todo el mundo revolucionado porque no saben cómo pedir el voto por correo, pero aunque para algunos puede resultar una novedad se lleva haciendo muchos años, así que creo que no habrá tanto problema.

Ha trabajado, entre otros, con Jiménez Losantos y con Ferreras, ¿qué recuerdo guarda de cada uno de ellos?

-Son dos personas muy distintas pero ambos tienen muchísima personalidad y a mí la gente con personalidad siempre me resulta, de entrada, bastante atractiva. De todos los jefes aprendes algo, incluso a veces aprendes lo que no quieres hacer o lo que tú no harías. Trabajar con Federico fue una carambola del destino y hasta sus mayores enemigos le tendrán que reconocer que tiene un gran talento para el mal,lo que es una nota distintiva con respecto a la mayoría de la gente.

¿Y se encuentra con Ferreras en los pasillos de LaSexta?

-Sí. Hacer ‘Al rojo vivo’ fue una experiencia inolvidable que me permitió entrevistar a mucha gente y seguir muy de cerca la actualidad. Es un programa muy complicado de hacer y, desde entonces, todo me parece más bastante más sencillo. 

¿Y ahora cómo es trabajar con Iñaki López en Más Vale Tarde?

-Estoy segura de que no voy a trabajar nunca con nadie más despistado que Iñaki, pero es el mejor compañero que podría tener porque es divertidísimo. Y eso, a mí, me parece clave, porque hacer un programa entre dos personas es casi misión imposible. Cada uno tiene su propia visión, sus propias ideas y su propia percepción del ritmo del programa, pero Iñaki y yo nos llevamos muy bien. Nos entendemos con la mirada y sabemos por dónde va a ir el otro, así que está siendo una experiencia genial.