Desparpajuda presidenta de Nuevas Generaciones y diputada del PP por Bizkaia a la que no se le conoce ninguna actividad en el Congreso: Después de un par de años en la nevera por aquella intervención espirituosa en la campaña de Ayuso que cerró con un “¡No me mates, Carromero!”, vuelve a la primera plana con otra declaración para descogorciarse de risa. O para llorar. A sus 31 años, sin haber dado un palo al agua, siendo miembro de una familia de muchísimos posibles y con potentes padrinos políticos que, pese a su nula valía para la vida pública, la han regalado sus puestazos, sale en un vídeo de su organización reivindicando “la cultura del esfuerzo” porque “a los jóvenes no se nos compra con paguitas”. Hay que tener rostro de alabastro.