Niño de ocho años con cáncer de cerebro que quiso cumplir el sueño de ver a su equipo, el Olympique de Marsella, en el encuentro que lo enfrentaba al Ajaccio: No hay palabras para expresar el asco y la rabia por la actitud de parte de la hinchada ultra de la escuadra rival. Solo por vestir los colores del club marsellés, un grupo de energúmenos irrumpió en la sala en la que estabas, te arrancó la camiseta, la rompió y golpeó salvajemente a tu padre. Aunque no sirva de consuelo, te llevas por delante el cariño inmenso que te demostraron tus ídolos, empezando por Guendouzi, con el que posas en la imagen de arriba. En un gesto que le honra, el Ajaccio ha condenado con palabras claras el ataque que sufriste. Que no te roben la sonrisa.