ES la segunda casa del equipo en los desplazamientos, sobre todo en aquellos en los que el kilometraje invita a relajarse y pasar las horas de la forma más amena posible. El autobús de La Burundesa que conduce al MRA Navarra a las ciudades donde debe jugar sus partidos se ha convertido en la segunda casa de los jugadores del club de Irurtzun. Es el hotel con ruedas que les transporta hasta los pabellones donde después se parten el cobre sobre la pista. Este pasado fin de semana, el autobús fue casi un hotel de lujo, porque circuló durante 11 horas rumbo a su primera final desde que traslada al Xota.

El bus cuenta con sus propios directores de orquesta. Lauren Otxotorena y Joseba San Sebastián fueron los chóferes que condujeron a los futbolistas y el cuerpo técnico del Xota hasta Murcia. Ellos, al igual que el propio vehículo, son ya unos clásicos en los desplazamientos del MRA Navarra. En el caso de Otxotorena, las vivencias se remontan 18 temporadas atrás, por lo que acumula experiencias variadas en las diferentes etapas del equipo navarro. Desde semifinales de Liga como al de 2005 hasta dramáticos partidos de play off de descenso. Todo ello con buen humor y mucha conexión con jugadores y técnicos.

De hecho, Lauren colabora activamente con Imanol Arregui, hasta el punto de grabar casi todos los partidos desde la grada. Tras el choque, el técnico de los verdes confecciona con esa grabación un vídeo con el que explica a sus pupilos los fallos y aciertos durante el partido.

Tanto Otxotorena como San Sebastián conviven en los hoteles de concentración con el resto de la expedición y ya se han convertido en dos aficionados más en los desplazamientos del conjunto navarro.

Joseba cumple este año su segunda temporada como chófer. Su labor llega a la hora de realizar viajes largos, como el de los dos primeros partidos de la final, en los que son necesarios dos conductores para turnarse. San Sebastián comenzó sustituyendo a Pedro, un compañero que dejó La Burundesa.

Ahora ha tenido la oportunidad de vivir una final con el MRA Navarra. "La gente de Pamplona me preguntaba que si era en serio que iba en el autobús a Murcia. Y cuando les insistía en que sí, en que era cierto, muchos me decían que se morían de la envidia", afirma el chófer.

Durante la ida, hubo varios sistemas para matar el rato. La proyección de Blindado y Celda 211 fue la de más aceptación, aunque otros prefirieron echar unas partidas al mus o jugar a tenis en red con la Play Station portátil. Los fisioterapeutas del equipo, en cambio, avanzaron trabajo tratando a Parrel, que andaba tocado del tobillo.

El autobús del equipo no sólo hace las funciones de transporte hasta las ciudades. El camino hacia los pabellones desde el hotel de concentración supone toda una experiencia. Con la música todo volumen, los jugadores y técnicos elevan la adrenalina con diversas canciones. El sábado tocó el Viene y va de Fito&Fitipaldis, que les dio buena suerte en el segundo partido de semifinales en Segovia. El domingo sonó el I got a feeling de los Black Eyed Peas. A la vuelta, con el cansancio acumulado, fue otra historia. El sueño acabó imponiéndose en el hotel con ruedas.