Pamplona. Fernando Romay (A Coruña, 23 de septiembre de 1959) es una de las figuras más representativas de la historia del baloncesto estatal. Con sus 2.13 metros fue una de las piezas más importantes de la que era (hasta la irrupción de la quinta de Gasol y Navarro) la mejor generación del baloncesto. Hoy a partir de las 19.30 horas, en la Casa de Cultura de Zizur Mayor (Parque Erreniega número 25), tendrá lugar una charla-coloquio titulada Educación en valores a través del baloncesto, ofrecida por él y José Manuel Beirán (también exjugador). Romay, quien reconoce que viene a Navarra "de vez en cuando", cree que aquí "solo faltaban equipos de elite, porque siempre ha habido pasión por el baloncesto".

¿En qué consiste la charla que va a dar hoy?

Es una actividad de la Fundación FEB 2014, en la cual se da una charla para padres de jugadores de baloncesto y para entrenadores de base. En ella intentaremos dar pautas de comportamiento para que los chavales puedan realizar la actividad del baloncesto de la mejor manera posible

¿Cuál cree que es la actitud adecuada de los padres?

El que juega es el chaval, el que entrena es el entrenador y tú eres el padre. Padre, punto. No es un hooligan, no es un entrenador ni es el que juega. Uno va a ser padre de un jugador, con mucha suerte, unos 15 años, mientras que padre seguirá siendo una vez acabe esa faceta de su hijo. No hay que crearle presión añadida al chaval. A veces lo hacemos, incluso sin darnos cuenta, cuando crees que le estás ayudando pero realmente estás entorpeciendo.

¿Una mala actitud puede llegar a quemar a un jugador?

Sin duda, de hecho hay ejemplos. Una actitud protestona que hace que haya chavales que hasta reaccionan y responden a sus padres. Los padres deben analizarse un poco. Estamos en un ritmo de vida tan frenético que no nos paramos a pensar lo que hacemos con el chaval y hay que hacerlo.

Además, tanto usted como Beirán son padres de jugadores...

Entre los dos cogemos todos los aspectos. Beirán es jugador y padre de jugador (su hijo juega en ACB, en el Gran Canaria) y yo de un jugador y jugadora. Esto salió de autoanalizarnos, además José (Beirán) es psicólogo y ha trabajado con padres, lo que le da una visión muy técnica.

¿En su amplia carrera le ha tocado vivir algún caso de mucha tensión por culpa de algunos padres?

Sí, claro, a todos nos ha pasado. Todo esto saldrá en la charla, los que quieran saber más, que se acerquen (se ríe).

Además de un buen entorno, ¿tener un equipo de elite cerca beneficia?

Claramente, tener un equipo de elite cerca beneficia. Por ejemplo, los éxitos de la selección hacen que aumente el caudal de jugadores. El ídolo cercano, que sea de un equipo de la ciudad, es importante para hacer efecto imán.

Usted suele venir mucho por Navarra, ¿no?

De vez en cuando, sí. Tengo amigos en Cascante y en Artajona. Intento ir cuando puedo a verlos.

¿Y ha notado un aumento del interés en el baloncesto con la aparición de dos equipos de elite?

Sí, lo he notado. Tener equipos en la elite se nota. Pero siempre ha habido un poso de baloncesto en Navarra. No había en la elite, pero siempre ha habido pasión y calidad. De hecho, jugué en selecciones inferiores con varios navarros, como Etayo.