Ocho veces Rafa Nadal
El balear conquista París con autoridad y se convierte en el primer tenista con 8 títulos en un 'grande'
parís. El tenista de Manacor dominó de principio a fin la cuarta final totalmente española de un torneo que cumple 112 ediciones y levantó la decimosexta Copa de los Mosqueteros con acento español. Nadal se convierte en el indiscutible rey de París, un torneo que ha controlado con mano de hierro en los últimos años, sin contar la derrota que concedió en 2009 frente al sueco Robin Soderling, la única en este torneo.
El mallorquín domina Roland Garros de cabo a rabo y está dispuesto a hacerse con todos los récords de ese torneo. El año pasado destronó al sueco Bjorn Borg en número de victorias absolutas, este año ha acabado con el récord de Vilas en partidos ganados y todavía, a sus 27 años, no se atisba el final de su reinado.
sin opción a la sorpresa Nadal no deja lugar a la contestación. Acabó en un épico partido con Novak Djokovic en semifinales y en la final se deshizo de un Ferrer que llegaba pletórico, sin haber perdido un set. Ni el número uno del mundo ni el rocoso jugador levantino que comparecía con un expediente inmaculado pudieron con la determinación del mallorquín.
Como en su séptimo Roland Garros, el año pasado ante Djokovic, la lluvia tuvo su protagonismo, aunque en esta ocasión no obligó a suspender el partido. Fue un factor más en un encuentro en el que Nadal demostró su superioridad frente al de Jávea, que a sus 31 años había alcanzado por primera vez la final de un Grand Slam.
Todos los indicadores estaban en contra del levantino, y la realidad no decepcionó a la estadística. Hacía ocho años que Ferrer había conseguido su única victoria sobre tierra batida contra Nadal y, con 15 triunfos posteriores del mallorquín.
Ferrer aguantó el choque cinco juegos, en los que Nadal le rompió un servicio pero enseguida lo recuperó. Pero a partir del 3-2 a favor del levantino, el partido fue todo del mallorquín, que se apuntó siete juegos consecutivos, cerró la primera manga (6-3) y dejó encarrilada la segunda (3-0). El bote alto de la bola se convirtió en un suplicio para Ferrer, que echó de menos algún golpe ganador más, más opciones para crear problemas a un Nadal, que solo por momentos dejó muestras de su mejor nivel.
Entonces apareció la lluvia y el tenis liftado de Nadal perdió algo de eficacia. Pero tampoco pareció beneficiar mucho a Ferrer, que solo pudo sumar dos juegos. Con dos mangas abajo, el partido se convirtió en un calvario para Ferrer, que llegó a perder 2-0 en el tercero.
El levantino reaccionó, rompió el saque de su rival y alargó el partido. Pero Nadal sabía que tenía a su rival contra las cuerdas y aceleró. Volvió a romper en el octavo juego y dispuso de su servicio para ganar, una opción que no desperdició para volver a triunfar en la arcilla de París.
"hay mucho trabajo" Al término del partido, Nadal declaró que "nunca imaginé que algo así pudiera ocurrir, pero aquí estoy y solo puedo dar las gracias a todos los que me han apoyado durante toda mi carrera. Hay mucho trabajo para llegar hasta aquí", indicó. "Lo primero que quiero es felicitar a David por un fantástico torneo. Es un luchador. Él y todo su equipo merecen estar aquí y les deseo lo mejor de lo mejor", continuó. Por último, el tenista mallorquín afirmó sentirse feliz: "Soy feliz por lo que he hecho. Voy a descansar unos días, desde que he vuelto no he parado. Estoy fresco a pesar de haberlo jugado todo desde que volví. Tengo energía y por suerte voy aguantando bien. Eso es lo más importante, estar sano que sin eso no hay nada más", concluyó.