leemos estos días noticias lamentables sobre corrupción en las altas instancias de nuestro deporte, parece que la ecuación que suma personas y dinero se empeña, una vez más, en dar este triste resultado.
No me resigno a callar y quiero escribir bien claro, negro sobre blanco, que ése no es mi fútbol, ése no es el fútbol al que he dedicado buena parte de mi vida.
En mi fútbol los jugadores entrenan en las noches lluviosas de invierno y salen al campo los fines de semana a jugar con ilusión para dar lo mejor de sí mismos y ganar o perder de modo limpio y noble.
En mi fútbol los árbitros se preparan física y técnicamente para dar a sus partidos una justicia de calidad y se equivocan o aciertan con la mejor voluntad del mundo.
En mi fútbol los entrenadores estudian y programan con ilusión sus entrenamientos, sacando tiempo de donde pueden para que sus equipos den en el campo una imagen digna.
En mi fútbol los directivos pierden horas de sueño imaginando cómo dar viabilidad a sus clubes para que los jóvenes de su pueblo o de su barrio puedan hacer deporte y además barren los vestuarios cuando hace falta.
Ése es mi fútbol con sus buenos y sus malos momentos, con sus pequeñas broncas y sus miserias pero esforzado, limpio y noble.
Me duele que una pandilla de sinvergüenzas, no quiero cambiar la palabra aunque sea dura, lo ensucien y hasta pongan en peligro su existencia.
Quedaos con vuestro dinero, que os aproveche, pero dejadnos el fútbol.
Finaliza la temporada y éste es el último artículo que envío, he ido asomándome, miércoles tras miércoles, a esta ventana que me presta Diario de Noticias con el objetivo de acercar a los aficionados mi visión sobre el fútbol en general y sobre las reglas de juego en particular.
Ha sido, como no puede ser de otro modo, una visión subjetiva. He intentado explicar la letra de la regla pero sobre todo me he propuesto ir más allá y tratar de abordar su espíritu. Si he conseguido entretener al lector consideraré un éxito mi trabajo.
Si Diario de Noticias cuenta conmigo para la próxima temporada allí nos encontraremos; mientras tanto, querido lector, te agradezco en lo que vale tu atención.
El autor es vocal de Capacitación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol.