El auge del running en nuestra sociedad conlleva la “profesionalización” de deportistas amateurs, es decir, el uso de una serie de herramientas que permiten practicarlo con ciertas garantías.
Todos queremos mejores zapatillas, ropa técnica, métodos de entrenamientos específicos, un fisioterapeuta que proteja nuestro cuerpo, una alimentación sana y un buen profesional que cuide de las ruedas de nuestro coche, que en este caso son nuestros pies. Esos que nos permiten desplazarnos de un punto a otro y que, además, lo hacen a gran velocidad cuando corremos, recibiendo grandes impactos.
El podólogo es la persona encargada de poner a punto nuestros pies en caso de que aparezcan durezas o problemas con nuestras uñas. Pero realmente, ¿nos hemos preguntado si sabemos correr?, ya que una técnica de carrera eficiente nos va a ahorrar muchos quebraderos de cabeza.
Dentro de un estudio biomecánico, en el que podemos tener en cuenta la pisada, estudiar la postura global, medir ciertos parámetros articulares y musculares que estén afectados por una lesión, podemos aplicar una serie de conceptos de técnica de carrera que harán que se vean modificados nuestros apoyos a la hora de la misma. En este sentido, ¿alguna vez nos hemos parado a pensar cómo movemos los brazos o las rodillas mientras corremos?, ¿o si la espalda está lo suficientemente recta?, ¿cómo apoya mi pie en el suelo?, ¿si es bueno el aterrizaje? o ¿si es buena la propulsión? El tiempo de contacto en el suelo será un factor determinante, ya que es el momento en el que realmente se producen las lesiones, y será la variable más importante a tener en cuenta.
Por todo ello, mediante todos estos parámetros de estudio, el podólogo va a ser el profesional sanitario más capacitado para diagnosticar patologías derivadas de la carrera.
Javier Benedicto Calzada, Ana Isabel Jaso Cía Esain, Mª Carmen De la Fuente Foncea, Begoña Irujo Echechipia, Ana Carmen Aoiz Lerendegui, Marisol Martínez Sada, Mª Pilar Navarro Ibáñez, Mª Luisa Álava Maiza, Javier María Rada Peman, Aurora Sanz Iraola, Maite Osés Orduña, Arturo Martínez Martínez, Itziar Telletxea García, Mónica Sarasa Lorenzo, Amaya Luis de Redin Subira, Mª Soledad Nájera García, Mª Pilar Gil Espinosa, Mercedes Legarra Eguzquiza, Yolanda Gallo Calvo, Olaia Bento de Miguel, Susana Sierra Cortes, Tamara López Ayensa, Julio Sagüés San Martín, Mª Esther Ruiz Aisa, Cristina Saenz Beraza, Vanesa Arasanz Boira, Ana Mercedes Sevillano Pérez, Sandra Arriazu Simón, Ana Collado Abadía, Miriam Del Villar Cruz, Judith Alustiza Yoldi, Sergio Fernández Perales, Nicolás Careaga Ciervide, Jordi Amenos Forcadell, Jorge Luis Carbó Pérez, Álvaro Rodríguez Lazaro, Idoya Cabodevilla Górriz, Edurne Arbizu Labarta, Sergio Gutiérrez Navarro, Ana Carmen Basarte Echarri, Amaia Berasategui Echeverría, Elena Villanueva Herrera, Loiola Careaga Ciervide, Maite Lizarraga López, Sonia Martínez Aldaz, Nuria Oscáriz Piedrafita, José Mª Rico Plantón, Nerea Argomaniz Saldaña, Alba San Martín Garde, Lorena Barrio Pérez-Aradros, Luis Ángel Arigita Muro, ÍñigoGonzález Romero, Manuel Ramos Hernández, Laura Slimani Acevedo, Alba Adriana Garcés Garcés, Mikel Gascó Caballero.
Profesionales
Por qué un podólogo y no una tienda de deporte o una persona no acreditada para evaluar y diagnosticar
El diagnóstico es algo que solo compete a los profesionales sanitarios (médicos, odontólogos, enfermeros, fisioterapeutas, podólogos) así que nadie más puede, legalmente, diagnosticar. Si lo hacen, están incurriendo en un delito, además de suponer un fraude al usuario.
También, porque están debidamente preparados para ello, porque existe un respaldo legal y civil de todas las acciones y porque realmente merece la pena cuidar nuestros pies; los que nos permiten estar en forma, desestresarnos, socializarnos o divertirnos.