El reloj apremia porque se agota la ventana de tiempo favorable para la ascensión en el Manaslu (8.163 metros). La expedición de Alex Txikon, no obstante, no ceja en su empeño de generar una oportunidad de ataque a la cumbre. "Si el tiempo no nos obliga a bajar, la idea es intentarlo mañana por la noche", concretó el alpinista de Lemoa, que tratará de emprender el asalto a la cima sobre las diez de la noche.

Según relata la expedición, alcanzar el objetivo "está siendo más complicado de lo esperado". Días atrás el contratiempo fue una rimaya que obligó a modificar la ruta inicialmente prevista para optar por una inédita; ahora es la acumulación de nieve la que frena la escalada. A media de tarde, Txikon se encontraba a una cota de 6.750 metros, aunque con algo más de camino equipado.

La idea era instalar mañana el Campo 4, a una altura de 7.000 metros, para posteriormente continuar equipando la montaña hasta los cerca de 7.400 metros, de modo que sobre las diez de la noche se pudiera iniciar el último tramo hasta hollar el pico de la montaña. El trecho es largo teniendo en cuenta que el viernes el equipo apenas pudo avanzar 300 metros porque la nieve alcanzaba por momentos la cintura. Si bien, perdura el optimismo y la voluntad de realizar el gigantesco esfuerzo de crear la ocasión de coronar el Manaslu.

Las posibilidades de tener éxito dependerán del ritmo en el avance y de la climatología, puesto que los partes meteorológicos indicaban que el lunes se cerraba la ventana de tiempo que está aprovechando el grupo. Pero puede que se adelante el cierre. De hecho, hay previsión de viento y precipitaciones incluso para mañana. Esto último es la mayor preocupación para el equipo, que dice atesorar fuerzas. "Nos encontramos bien. Si no nieva demasiado y el viento no supera lo que dice la predicción, podríamos tener un par de días para seguir trabajando", relató Txikon, que, de lograr su objetivo, pisaría la cumbre en la madrugada de entre mañana y el lunes.

Simone Moro, en el Campo Base

El alpinista lemoarra no sabe si podrá contar con la ayuda de Simone Moro durante la ascensión, puesto que el italiano se encontraba a media tarde en el Campo Base, adonde tuvo que descender para reabastecerse de crampones. Y es que Moro cedió los suyos a Iñaki Álvarez, que perdió uno cuando se encontraba en una situación de cansancio extremo, y el italiano decidió cederle los suyos al alpinista de Zumarraga y regresar al punto inicial para recoger otros.

En cualquier caso, la ausencia del otro líder de la expedición no detendría a Txikon, que está decidido a apurar sus opciones de sumar la ascensión invernal a la octava montaña más elevada del planeta, cuyo nombres significa Montaña de los Espíritus. Un buen escenario para que Txikon demuestre su espíritu de perseverancia, el único que permitirá fabricar la oportunidad que pueda llevarle a la cima, siempre y cuando el tiempo decida respetar.